08/08/2016, 15.28
CHINA - VATICANO
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Estima por el Card. Tong, escepticismo en relación al diálogo China-Vaticano (I)

de AA.VV.

En China y en el mundo, han dado que hablar los artículos publicados la semana pasada: uno, firmado por el Card. John Tong,  sobre los diálogos entre China y la Santa Sede;  y otro, del Card. Joseph Zen, que enumera dudas y dificultades. AsiaNews ha solicitado comentarios a muchas de sus fuentes en China. Preocupación por los obispos “demasiado politizados” y por la “ideología imperial” y “opresiva” del gobierno chino. Primera parte de una serie de tres  notas.    

 Roma (AsiaNews) -  Personalidades católicas de China expresan su estima por el Card. John Tong Hon, que  en un artículo publicado días atrás, se concentra en los diálogos entre China y la Santa Sede. Al mismo tiempo, muchos expresan escepticismo ante su visión optimista, temiendo que dichos diálogos no lleven a ningún parte, habida cuenta de las señales de opresión sobre las religiones que el gobierno chino está mandando hace tiempo.  Hay quienes expresan, sobre todo,  un escepticismo  hacia algunos obispos de la Iglesia oficial, que son juzgados como demasiado ligados al Partido y no así a la Iglesia.

Algunos critican las ásperas palabras del  Card. Joseph Zen Ze-kiun, que en otro artículo listaba sin tapujos su perplejidad ante la llamada  Ostpolitik del Vaticano, pero varias intervenciones recalcan sus preocupaciones, que son las mismas de una parte considerable de la comunidad clandestina, que se percibe a sí misma como “olvidada” por el Vaticano. El artículo del Card. Tong trata de mostrar, justamente, que en el diálogo entre China y la Santa Sede la parte vaticana no ha olvidado algunas preocupaciones de las comunidades clandestinas (reconocimiento de los obispos no oficiales; liberación de aquellos que se encuentran en prisión).

Transcribimos abajo algunas intervenciones llegadas a AsiaNews. Por razones de seguridad, brindamos sólo algunas referencias genéricas acerca de la identidad de los autores (por indicación suya). Ellos forman parte tanto de las comunidades oficiales como de las clandestinas (BC).

 

Anónimo 1

El discurso del cardenal [Tong] es muy positivo. Para resolver los problemas de China se precisa seguir el método de Jesús. ¡Oponerse de manera ciega llevaría, como consecuencia, a la violencia! La Iglesia es testigo de amor en acción. Esto trae frutos de paz, alegría, amor: una bendición para la Iglesia y para China. Pienso que este estilo es lo más importante, si queremos ver un futuro para China. Y otra cosa: yo quiero tener confianza en los líderes de la Iglesia y en el Papa.

 

P. Joe (China del Norte)

Cada una de las palabras que ha dicho el cardenal [Tong] es equilibrada… Al mismo tiempo, él ha mostrado los problemas que enfrenta la Iglesia oficial. Su artículo rechaza los pensamientos del Card. Zen. En el pasado él ha sido muy valiente, pero luego de que el Papa Francisco nombró al Card. Parolin para tratar las relaciones entre China y el Vaticano, se ha tornado muy extremista… Por ejemplo, ¡públicamente ha invitado a los pseudo-fieles a vivir la fe de manera clandestina, apartándose así del camino señalado por el Papa Francisco!...

John Tong ha aclarado que, en el pasado, la Iglesia oficial se habría dividido de la Iglesia católica de no haber sido por San Juan Pablo II, que reconoció y aceptó [a los obispos] ilegales como legítimos. Pienso que el Card. Tong quiere dar a la Iglesia china algunos lineamientos antes de que se establezca un acuerdo entre China y el Vaticano.

 

Anónimo 2

Me duele que el Card.  Tong sea tan súper optimista. Veo que él sigue la actual política de la Santa Sede, pero la Iglesia china está muy secularizada y es controlada por el gobierno en muchos aspectos. Yo no soy tan optimista. Por supuesto, es bueno trabajar tendiendo a un diálogo y a una comunicación, y ser pacientes hasta llegar a una conclusión, pero debemos recordar que entre el Vaticano y China hay un problema muy grande. No se trata sólo de una diferencia cultural, que bien podría ser superada a través del diálogo y la comunicación recíproca. Es más que esto. El Vaticano está tratando con un gobierno que es hostil, y que oprime a la Iglesia constantemente.  Si el Vaticano trata de agradar al gobierno de cualquier manera y se compromete demasiado, no se llegará a nada.  Pienso que el Vaticano debe ser cortés, pero firme, y saber decir ‘no’ cuando se le pide sacrificar algunos principios. Es más, la Iglesia universal y el Vaticano deben asegurar y alentar a la Iglesia subterránea, porque éstase encuentra en una situación de incertidumbre . Todo esto es muy desalentador para ella, porque se siente abandonada por la Santa Sede.

 

 P. Vincent (China del Noreste)

En general, me parece que [en el artículo del Card. Tong] no hay nada nuevo, si bien no está mal creer y sostener que el Papa Francisco seguramente habrá de firmar un acuerdo positivo para ambas partes, más que un acuerdo que abandone a una parte de los hermanos y hermanas de la Iglesia.  Pero, ¿realmente tiene significado el reclamo que el Consejo de obispo chinos hace de aceptar e integrar a los obispos chinos subterráneos? ¿Cuántos de estos pseudo-obispos tiene posibilidades de influenciar las decisiones que se toman respecto de los asuntos de la Iglesia?  Su compromiso [con el sistema político] jamás podrá ser justificado, porque ellos se han olvidado de los derechos humanos, no dicen la verdad, jamás piden por una justicia social… sólo predican el amor. Este estilo de compromiso es la mayor preocupación para la Iglesia china, que así podría llegar a perder incluso su aparente integridad.  La sociedad china tal vez  se ha convertido en la más hipócrita que exista, y su integridad se perdió. Lo último que querríamos ver es que, en nombre del acuerdo entre China y la Santa Sede, el Vaticano se trague silenciosamente este fruto podrido.

 

P. John (China central)

Si lo que están haciendo va a permitir a la Iglesia china y a la universal lograr una comunión visible, entonces es natural que la gente esté expectante y contenta.  El punto es saber si los obispos nombrados por el gobierno serán fieles a los principios de la Iglesia católica. ¿O continuarán insistiendo en que la política es su prioridad primera? Todo eso es preocupante.  Es comprensible que la Santa Sede espere que haya una normalización entre China y el Vaticano. Pero que los deseos de la Santa Sede sean plenamente satisfechos depende de la actitud que tome el gobierno chino. La cultura imperial china está muy arraigada en la política. Y la Iglesia católica [china] está muy politizada. Aunque China firme un acuerdo, me temo que los problemas seguirán.  

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