En el Mar Chino, riesgo de colisión entre aviones chinos y americanos
Para el Pentágono, los aviones de Beijing habrían llevado a cabo una operación “insegura”. La aeronave de los EEUU descendió hasta los 60 metros de altura para evitar el choque. El incidente ocurrió el 17 de mayo pasado en el espacio aéreo internacional, durante operaciones de patrullaje de los EEUU. Las respectivas actividades militares en la zona motivan el intercambio de acusaciones entre China y los Estados Unidos.
Beijing (AsiaNews/Agencias) – Dos naves de la aviación militar china interceptaron de manera “insegura” a un avión espía de los Estados Unidos, que volaba sobre las aguas del Mar Chino. Según cuanto refiere el Pentágono, el incidente ocurrió en el espacio aéreo internacional el 17 de mayo pasado, cuando la nave de reconocimiento de la marina americana estaba cumpliendo operaciones de patrullaje, que son habituales en la zona.
El enfrentamiento no es sino una ulterior confirmación de la creciente tensión en la región Asia-Pacífico, con el intercambio de acusaciones recíprocas entre Beijing y Washington a raíz de sus respectivas actividades militares.
Diversas naciones detentan intereses contrapuestos en el área, por ser ésta rica en gas natural y en petróleo del subsuelo, según aseguran los expertos.
De acuerdo a lo referido por una fuente militar norteamericana, el piloto estadounidense que estaba a bordo de la aeronave interceptada por los chinos se vio obligado a descender hasta los 60 metros de altura para evitar, así, una colisión.
Confirmando la escalada de la tensión, la semana pasada, un avión militar chino tomó por blanco a una nave de la marina americana que estaba navegando en las inmediaciones de un atolón que está siendo disputado. En el 2014, un caza chino interceptó a un avión espía norteamericano llevando a cabo maniobras acrobáticas en torno a la nave. A partir de ese incidente, el año pasado EEUU y China optaron por suscribir una serie de acuerdos -que prevén reglas de conducta además de una línea directa a nivel de ejércitos- a fin de regular los encuentros en los cielos.
Según el gobierno americano, Beijing estaría “militarizando” el Mar Chino, una ruta clave para la navegación civil y comercial. En respuesta, los chinos acusan a los Estados Unidos por el “creciente” número de ejercicios marítimos y por el número de naves de patrulla presentes en el área.
Beijing reivindica una porción consistente de océano, que comprende las islas Spratly y Paracel, las cuales son disputadas por Vietnam, Taiwán, Filipinas, Brunei y Malasia (casi el 85% del territorio), y ha emprendido la construcción de una serie de islas artificiales, que poseen bases militares y faros de navegación.
Estimaciones recientes refieren que el valor comercial de los productos en tránsito en el área gira en torno a los 5 billones de dólares al año.
En respuesta, Hanói y Manila –que desde un inicio promovieron una instancia internacional ante el Tribunal de la ONU- han afirmado sus vínculos bilaterales y desde hace tiempo buscan contraponer un frente común.
Los Estados Unidos apoyan también a los países del sudeste asiático, por haber juzgado “ilegal” e “irracional” que Beijing haya usado la llamada “lengua de buey” para demarcar el territorio, hasta llegar a comprender casi el 80% de los 3,5 millones de km2.