El llamado electoral será el 16 de noviembre. En total, se presentan 41 candidatos. Lo más probable es que la victoria sea de Gotabaya y Chamal Rajapaksa, los hermanos del ex dictador Mahinda.

Colombo (AsiaNews/Agencias) – El presidente de Sri Lanka, Maithripala Sirisena, ha decidido no presentarse en las elecciones presidenciales a celebrarse el próximo 16 de noviembre. De esta manera, deja allanado el camino a los dos principales candidatos de la oposición: los hermanos Gotabhaya y Chamal, de la poderosa familia Rajapaksa (photo 2).

El plazo para presentar las candidaturas venció a las 12 horas del día de ayer. Al cerrarse las operaciones para reunir adherentes, faltaba el nombre del actual presidente. El vocero del Sri Lanka Freedom Party (SLFP), la agrupación que lidera Sirisena, confirmó que éste no participará de la próxima carrera presidencial. Con su renuncia, la silla del cargo más elevado del Estado permanecerá vacante por 52 días, hasta que asuma funciones el nuevo presidente, a principios de enero. 

En total, se batirán 41 candidatos. Las caras más prometedoras parecen ser los hermanos Rajapaksa, conocidos por la población y cuestionados por algunos sectores. Ambos son miembros del Sri Lanka People’s Front y han presentado su candidatura para desafiar a Sajith Premadasa, vicepresidente del United National Party del premier Ranil Wickremesinghe. La presentación de Chamal (el mayor de los dos) es funcional, para cubrir una eventual exclusión de Gotabaya, que podría bajarse de la carrera electoral por estar implicado en varios procesos de corrupción. Su figura divide a la opinión pública: quienes lo apoyan, lo consideran un héroe de guerra, por haber derrotado a los Tigres tamiles rebeldes en las últimas dos fases del conflicto civil; los tamiles y los sobrevivientes de las zonas más bombardeadas por el ejército, del cual fue responsable mientras se desempeñó en el cargo de secretario de Defensa, lo acusan de haber ordenado disparar contra miles de civiles.

La deserción de la carrera electoral por parte del presidente Sirisena hace surgir interrogantes sobre una creciente crisis de su liderazgo, agravada el año pasado luego de su intento de apartar del gobierno a Wickremesinghe, su principal adversario político. Tras reemplazarlo por el ex dictador Mahinda Rajapaksa (el más famoso de los hermanos, aquél que gobernaba cuando fueron derrotados los Tigres), la Corte suprema revocó su decisión y reincorporó a Wickremesinghe en el cargo. En tanto, el país quedó envuelto en el caos administrativo por varios meses. Según algunos expertos, entre ellos el Card. Malcolm Ranjith, arzobispo de Colombo, la confusión de aquellos meses llevó a ignorar las señales provenientes de los sectores más extremistas de la comunidad musulmana, que preparaban los atentados del domingo de Pascua.

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