El Estado islámico en Mosul: el lento genocidio de las mujeres cristianas y yazidíes
Duraid Kikmat Tobiya, consejero para las minorías de la gobernación de Nínive, confirma los abusos y las violaciones ejercidos contra mujeres cristianas. Se trata de “víctimas individuales” y de “casos aislados”, a diferencia de los abusos masivos contra las yazidíes. La decisión de la ONU de declararlo un genocidio. Y confirma que hay familias cristianas que son mantenidas como rehenes por los milicianos.
Bagdad (AsiaNews)- El Estado islámico también ejerció la “violencias y abusos de índole sexual” contra las “mujeres cristianas”; sin embargo, a diferencia de lo sucedido con las yazidíes, que fueron objeto de violaciones en masa, se trata de “víctimas individuales” o de “casos aislados”. Es lo que subraya ante AsiaNews, Duraid Hikmat Tobiya, católico, que fue consejero para las minorías de la gobernación de Nínive y miembro de la Hammurabi Human Rights Organization, que confirma los casos surgidos en las crónicas internacionales de las semanas pasadas. Por esto, agrega el líder católico, que dispone de una red de informantes en los territorios bajo el control del EI, tiene aún más el valor el “reconocimiento” por parte de las Naciones Unidas del “genocidio” cometido por los yihadistas contra los yazidíes (y los cristianos) porque certifica los episodios de violencia y es “elemento de fuerza” para las minorías en su lucha.
En los días pasados suscitaron profunda conmoción e indignación las palabras de una mujer cristiana iraquí, que huyó de Mosul, bastión del Estado islámico en Irak, que describió la violencia sufrida en manos de los yihadistas.Una noche, mientras estaba encarcelada, explica en una entrevista a la emisora Usa Fox News, la mujer se “casó” y se “divorció” al menos nueve veces, para dar a los torturadores una justificación religiosa para las violaciones. “Me violaron todas las veces que quisieron”, agregó, manteniéndose tras el anonimato, por su seguridad.
La mujer, de unos treinta años, recuerda en particular a uno de sus torturadores, un tal Farouk, que “estaba obsesionado conmigo” y que repetía constantemente “me gusta la gente de Jesús”. Violaciones y violencia eran precedidas, agrega, por ceremonias que se realizaban vía telefónica y durante las cuales los líderes religiosos radicales concedían a los milicianos de turno el permiso para abusar de ella.
Entre las milicias del Estado islámico estaría vigente una especie de tarifario, en el cual se especifica el costo de los “esclavos” en base a la edad, etnia o credo de pertenencia. El precio máximo es para los niños de entre uno y nueve años de edad ; mujeres y niños son llamados “mercancías” o “botín de guerra” y los yihadistas están obligados a respetar dichas tarifas, y cuando las transgreden son “ajusticiados”.
Con la subida al poder de Daesh (acrónimo árabe del Estado islámico) en Mosul y en la llanura de Nínive, “los cristianos y los yazidíes fueron víctimas de enormes sufrimientos”, narra Duraid Hikmat Tobiya; el líder católico es originario de Mosul y su casa (en la foto9 fue una de las primeras en ser marcada con la N de nazareno (modo con el cual los yihadistas llaman con desprecio a los cristianos en sus territorios).
Ambas comunidades, agrega el consejero para las minorías de la gobernación de Nínive, fueron objeto de “expropiaciones forzadas, éstas fueron echadas de sus propias tierras y despojadas de sus propias casas”. La mayor parte logró escapar, pero “aún hoy hay tres mil quinientas mujeres yazidíes bajo el control de Daesh. A éstas se agregan “algunas familias cristianas de Mosul, que suman un total de casi cincuenta personas”, y que aún hoy están “en manos del Estado islámico”.
Estas últimas “no lograron escapar” hace dos años porque muchas de esas personas son “discapacitadas o enfermas” y tampoco fue posible hacerlas escapar en un segundo momento. Todavía hoy viven “bajo Daesh pagando el impuesto para los no musulmanes o se convirtieron (después de presiones) al islam", refiere Duraid, para quien “hay más de ciento cincuenta cristianos, incluyendo niños y familias, que fueron secuestrados hace tiempo y están en manos de los yihadistas”.
El líder católico es favorable al nacimiento de territorios especiales destinados a las minorías, como Sinjer para los yazidíes o la llanura de Nínive para los cristianos, bajo la protección de una coalición internacional con titularidad de mandato. Sin embargo, de momento, “sigue siendo difícil” que se dé el retorno de los cristianos a sus tierras, porque, aún si se diera el caso de una completa liberación, de todos modos seguiría habiendo “células dormidas en el área”, listas para atacar. Y la obra de limpieza “llevará mucho tiempo”. “Daesh-concluye- cometió todo tipo de crímenes y produjo un retraso en el país”.