Dudas sobre el compromiso real de Beijing con el Afganistán de los talibanes
Beijing pide estabilidad a los fundamentalistas islámicos, protección para los intereses chinos y lucha contra los grupos terroristas. Wang Yi: fuera Estados Unidos del país para reforzar el compromiso con China y Rusia. Ex viceministro afgano: Los chinos quieren invertir en nuestras minas. Hasta ahora, los problemas de seguridad le han impedido operar en Afganistán.
Roma (AsiaNews) - Con la retirada militar de Estados Unidos y el incierto compromiso futuro de Washington y sus aliados en Afganistán, los talibanes parecen apuntar a China para reconstruir el país. En teoría, el movimiento islamista radical controla casi todo el territorio afgano y está a punto de designar su propio gobierno y está dispuesto a colaborar con los chinos en la Belt and Road Initiative, el megaproyecto de Xi Jinping para convertir a China en el eje del comercio mundial.
Sin embargo, muchos observadores ponen en duda que Beijing esté dispuesto a apoyar al Emirato Islámico Afgano de manera relevante. El gobierno chino no quiere quedar atrapado en el país limítrofe, como les ocurrió a los soviéticos y estadounidenses. Básicamente el gigante asiático pide tres compromisos a los talibanes: estabilidad interna, protección para las empresas y ciudadanos chinos y lucha contra los grupos extremistas, que podrían utilizar el santuario afgano para lanzar ataques contra la provincia de Xinjiang.
En una conversación telefónica con su homólogo iraní el 3 de septiembre, el ministro de Relaciones Exteriores de China, Wang Yi, dijo que Beijing quiere colaborar con Irán en la reconstrucción de Afganistán. Wang criticó luego a Estados Unidos afirmando que la retirada del atolladero afgano tiene como objetivo fortalecer el compromiso de Washington contra China y Rusia. En el último mes los chinos han declarado en varias oportunidades que Estados Unidos debe contribuir a la recuperación económica de Afganistán y la lucha contra las organizaciones terroristas que se encuentran dentro de sus fronteras.
El Estado afgano sobrevive gracias a la ayuda exterior. Muhammad Qahir Haidari, viceministro de Finanzas afgano entre 2015 y 2017, durante el primer gobierno de Ashraf Ghani, explicó que Afganistán enfrenta ahora dos escenarios. "Si el nuevo gobierno talibán - dice Haidari a AsiaNews - es reconocido por la comunidad internacional, podrá sobrevivir, siempre que cuente con expertos para reconstruir el país y ponerse al servicio de la gente".
Pero si el régimen talibán sólo es aceptado por algunos Estados, continúa Haidari, los nuevos gobernantes tendrán que afrontar tiempos difíciles, y con ellos el pueblo afgano, que sería el más perjudicado. “No habría proyectos ni obras de desarrollo; la mayoría de los ciudadanos estaría sin trabajo e intentarían huir del país o unirse a la resistencia armada”, explica Haidari.
Rusia e Irán no tienen los medios económicos - y probablemente tampoco la voluntad política - para ayudar a reconstruir Afganistán. Lo mismo ocurre con Pakistán, que ha desempeñado un papel activo en la creación y afirmación del movimiento talibán afgano. "China es la única que tiene lo que hace falta, siempre que logre establecer una relación aceptable con los talibanes", dice Haidari. Sin embargo, el ex viceministro afgano no está convencido de que Beijing quiera otorgar préstamos gratuitos significativos: "Los chinos están más interesados en invertir, especialmente en el sector minero".
En los últimos 20 años, desde que Washington y las fuerzas afganas de la Alianza del Norte derrocaron al primer gobierno talibán, China ha invertido 2.800 millones de euros en Afganistán, concentrados en dos proyectos: uno minero y otro petrolero. Los analistas señalan que es probable que los chinos encuentren en el país los mismos problemas de corrupción que los inversores occidentales.
También hay otros obstáculos más difíciles para Beijing. “Durante mi trabajo en el Ministerio de Finanzas - dice Haidari - nuestro gobierno y China tenían muy buenas relaciones y cooperaban en diversas iniciativas nacionales y regionales. Sin embargo, los problemas de seguridad impedían que las empresas chinas pudieran operar en el sector minero”. Como pudo comprobar AsiaNews, no es de extrañar que varias empresas chinas que ya operan en Afganistán estén dispuestas a liquidar sus inversiones.
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