21/06/2016, 16.04
CHINA - VATICANO
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Confusión y polémica por el silencio del Vaticano ante el caso de Mons. Ma Daqin de Shanghái

de Bernardo Cervellera

Para algunos, el artículo de Mons. Ma, en el cual elogia a la Asociación Patriótica, reconociendo sus  propios “errores”, es mero “fango”. Para otros, él se ha humillado “por el bien de su diócesis”. Muchos expresan su perplejidad ante el silencio de la Santa Sede: silencio ante el contenido del artículo; silencio ante la persecución sufrida por el obispo de Shanghái. La sospecha de que en el Vaticano sea bien visto el desarrollo del “caso” Ma Daqin, el cual, no obstante, hace surgir un problema: ¿la Carta de Benedicto XVI (con la cual declara que la AP no es compatible con la doctrina católica), ha sido abolida? ¿Y quién la ha abolido? El riesgo de tomar un camino de compromisos, sin verdad.

Ciudad del Vaticano (AsiaNews) – Entre los fieles de Shanghái sigue predominando un clima de confusión por el“cambio de posición” de su obispo, Mons. Tadeo MaDaqin, que luego de cuatro años de arresto domiciliario por haber renunciado a la Asociación Patriótica (AP), en un artículo publicado el 12 de junio pasado, “confesó” sus errores y elogió “el rol insustituible en el desarrollo de la Iglesia en China” que ejerce el organismo de control del Partido comunista en la Iglesia. Al día de hoy, muchos fieles y amigos del obispo creen que Mons. Ma fue forzado a escribir dicho artículo, y que su contenido “no es más que fango”.

Un sacerdote del norte (que es vigilado por el gobierno) tiene palabras de compasión por Mons. Ma. “Es comprensible el cambio de Mons. Ma Daqin –dice a AsiaNews. Él ha aceptado tragarse todas estas humillaciones, considerándolas seriamente. Lo ha hecho por el bien de su diócesis, para que pueda volver a cuidar de ella. El gobierno chino estaba fuera de sí porque ‘se le cayó la cara” (de vergüenza) frente a la actitud que tomó el obispo cuatro años atrás. Su arrepentimiento y sus elogios hacia la Asociación Patriótica, expresados en el blog, han restituido la “fachada” al gobierno, y esto podría volver las cosas más fáciles, incluso para el mismo Ma”. 

Para muchos católicos chinos de diversas partes del país, la sorpresa más grande ha sido el silencio del Vaticano, y piden que intervenga para precisar si en el artículo –haya sido éste escrito o no por Mons. Ma- hay “elementos no compatibles con la doctrina de la Iglesia”.

 

¿Ha sido abolida la Carta de Benedicto XVII?

En efecto, en el artículo, lleno de elogios dirigidos hacia la AP, se considera vano cuanto expresara Benedicto XVI en su Carta a los católicos de China, en la cual definiera los principios de “independencia y autonomía, autogestión y administración democrática de la Iglesia” sobre los cuales se funda la AP, como “incompatibles con la doctrina católica” (n. 7, nota 36). Para diversos chinos, el silencio del Vaticano parece dar lugar a la sospecha de que la Carta de Benedicto XVI haya sido superada.

Un sacerdote de 70 años se pregunta: “La Carta de Benedicto XVI a los católicos de China, ¿ha sido abolida? ¿Con qué poder, siendo que el mismísimo Papa Francisco ha dicho que esta sigue siendo válida?”.

“Admitamos también –continúa- que ese artículo de Mons. Ma es un intento de ponerse de acuerdo con el poder: ¿no se corre el riesgo de confiar el camino de la fe a un contrato de índole política? ¿Hasta qué punto se puede llegar en este comercio? Avalar la sujeción una vez implica correr el riesgo de deslizarse hacia toda una serie de compromisos. ¿Y cuál es el límite? ¿A qué nos atenemos? ¿Aceptamos todas las indicaciones de la AP y del gobierno? ¿Aceptamos a todos los obispos excomulgados? ¿Aceptamos a todos los obispos ilegítimos (a aquellos que no han sido oficialmente excomulgados)? Llegado este punto, ya no hay más verdad. Entonces, ¿por qué seguir siendo cristianos?

En efecto, muchos son los que previeron que Mons. Ma seguiría la misma parábola que Mons. Wu Qinqing, obispo de Zhouzhi (Shaanxi). Ordenado sin el permiso de la Asociación Patriótica, él fue mantenido en aislamiento durante 10 años, y fue instalado por el gobierno  como obispo de su diócesis sólo luego de haber aceptado concelebrar con un obispo ilícito. “En poco tiempo más veremos a Ma Daqin concelebrar con un obispo ilegítimo, o bien será llamado a hacer un ‘show’ de su ‘reconversión’ como preparación para la Novena Asamblea [de los representantes católico chinos, cuya preparación está en curso], o bien lo hará durante esa misma Asamblea”.

El sacerdote –de una diócesis de China central- concluye con amargura: “El silencio del Vaticano sobre esta situación es verdaderamente grave porque, como mínimo, mantiene e incrementa la confusión”.

Un obispo del sur confiesa su vergüenza ante el silencio de la Santa Sede: “No importa quién sea el autor del artículo, la Santa Sede debe ratificar que dicho artículo contiene elementos no compatibles con la doctrina de la Iglesia. De otro modo, uno es dado a tener sospechas y temores, como si la ‘reconversión’ de Ma Daqin hubiera sido consentida por el Vaticano, quizás con la esperanza de promover el diálogo con el gobierno chino”.”El silencio de la Santa Sede –reitera- no hace otra cosa que generar confusión, además de muchas preguntas”.

 

Fracaso del diálogo entre China y la Santa Sede

Para un laico que se desempeña como profesional en Beijing, el “cambio de posición” de Mons. Ma Daqin representa “un fracaso” de la política vaticana en relación a China. “Si el artículo publicado es de Mons. Ma –dice a AsiaNews- entonces tenemos que decir que el Vaticano ha fallado en su policy (que buscaba entablar una relación con el gobierno, pero afirmaba que la AP era inconciliable con la doctrina católica). Si no fue Ma Daqin quien lo escribió, entonces es un gesto forzado y de persecución, que no obstante, nadie denuncia, ni siquiera la Santa Sede”.

 

“En realidad –continúa- en este episodio se revela el fracaso de la política vaticana: la misma jamás apoyo, ni siquiera moralmente, a Mons. Ma Daqin, no obstante él  a menudo envió mensajes al Papa. De la Santa Sede sólo obtuvo un silencio vergonzoso. Si Ma Daqin fue obligado a escribir el artículo en su blog, significa que fue ejercida la violencia contra su persona,  obligada a seguir la política de falsa libertad religiosa del régimen. Y también aquí se evidencia el fracaso de la política vaticana, en su intento de diálogo con el gobierno chino. Este diálogo ni siquiera ha servido para salvar un mínimo de libertad para este pobre obispo”.

Vale la pena destacar que esta posición está en las antípodas de la posición manifestada por algunos comentadores de cuestiones sino-vaticanas, que en los últimos días han dicho que el caso de Ma Daqin hace esperar bien en relación al diálogo entre Beijing y la Santa Sede, porque desmantela algunos obstáculos para este diálogo. No hay condena alguna por los cuatro años de arresto domiciliario a que fue sometido Ma Daqin; no hay escándalo alguno por el hecho de que un obispo de la Iglesia católica no pueda ser contactado para entender qué piensa, qué está viviendo, y qué es lo que está sufriendo: él es solo “un caso”, otrora negativo, ahora positivo, para las relaciones diplomáticas entre China y la Santa Sede. Y, sin embargo, el Papa Francisco ha pedido justamente a los sacerdotes y obispos (y pienso, también a los laicos) que no reduzcan los problemas de las personas a “casos”, sino que tengan en su corazón su rostro.

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