Caritas Líbano: Se agudiza la crisis de los refugiados y los ciudadanos son cada vez más pobres
ONU: “Más vulnerables que nunca”, más de la mitad vive en condiciones de “extrema pobreza”. Las ayudas con cada vez más “inciertas”. P. Paul Karam: Al menos un 28% de los libaneses está por debajo de la línea de pobreza. Es necesario “alentar” el proceso de paz en Siria, pues la guerra tendrá “consecuencias para los próximos 50 años”.
Beirut (AsiaNews) – La emergencia que atraviesan los refugiados sirios en el Líbano “es cada vez más grave” porque no involucra solamente a quienes huyeron del conflicto, sino también “a la población local misma, que se está empobreciendo cada vez más”. Es lo que cuenta a AsiaNews el P. Paul Karam, director de Caritas Líbano, que hace más de seis años está a la vanguardia en lo que concierne a la acogida de las familias sirias que huyen de la guerra, y que difunde la alarma por el peligro de una “gravísima crisis económica, política y social” para el país. “El problema se difunde cada vez más –agrega- y hoy sabemos que al menos el 28% de la población libanesa vive por debajo de la línea de pobreza”.
Recientemente, un ministro libanés se refirió a una disminución en el número de refugiados presentes en el Líbano, diciendo que habrían descendido ubicándose por debajo del millón. Sin embargo, según los expertos de las Naciones Unidas, las situación se torna cada vez más complicada, al punto que hoy en día son “más vulnerables que nunca” y “más de la mitad” de ellos vive en condiciones de “extrema pobreza”, y “más de tres cuartos, por debajo de la línea de pobreza”. Esto fue confirmado por una investigación de UNICEF, el World Food Programme y el Alto comisariado de las Naciones Unidas paras los Refugiados (UNHCR), según la cual hay cada vez más incertidumbre sobre las ayudas y el financiamiento brindado para responder a la emergencia.
Tres cuartos de los refugiados sirios que están en el Líbano hoy viven con menos de cuatro dólares por día; a menudo pasa que el dinero ni siquiera alcanza para comprar los recursos más básicos, como la comida y los medicamentos. Una investigación arroja que nueve de cada 10 refugiados han pedido préstamos de dinero y que ahora están saturados de deudas. Cada núcleo familiar gasta un promedio de 98 dólares al mes, de los cuales 44 sirven para comer.
En esta situación de emergencia, el Papa Francisco, en su Mensaje del 2018 por la Jornada Mundial del Emigrante y del Refugiado, recuerda que además de acoger es necesario “proteger, promover e integrar”. Una advertencia que, según el P. Paul Karam, “no cae en saco roto”, sino que es esencial “para despertar la conciencia de la comunidad internacional” que suele ser sorda frente a las crecientes necesidades. “La Iglesia –advierte- debe promover el valor de la paz, y hacerlo siempre con mayor fuerza, así como el de la ayuda recíproca y el de la solidaridad, promoviendo una paz fundada en la justicia”.
Según cifras de la ONU, el 84% de los refugiados halla reparo en Turquía (que acoge a 2,9 millones de personas), en Pakistán (1, 4 millones), el Líbano (más de un millón), Irán (979.400 migrantes), Uganda (940.800) y Etiopía (761.600). “El problema – cuenta el padre Paul Karam a AsiaNews- es vasto y complejo. Las ayudas de la comunidad internacional están disminuyendo y no se podrá contar para siempre con la solidaridad y el asistencialismo”. La emergencia debe ser afrontada, prosigue, “alentando un proceso de paz en Siria, [un proceso] que todavía no se ha iniciado de verdad. Es necesario poner fin a esta tragedia, por las consecuencias negativas”, tanto a escala regional como global.
El director de Caritas Líbano se dirirge a cuantos han “manejado” la guerra hasta ahora, y los invita a “pensar en las consecuencias, que son más graves que la guerra misma” y que involucran a Siria, al Líbano, Jordania y Turquía, “para los próximos 50 años”. Son muchos los problemas y las urgencias, que van desde la vivienda al trabajo, desde la economía a las infraestructuras, prosigue, “por eso, clamamos con fuerza que se ponga fin a esta conflicto” y que se entable “un verdadero proceso de reconciliación”.
“En tanto, los libaneses se están empobreciendo –confirma el P. Paul- al menos el 28% de la población vive por debajo de la línea de pobreza y no tiene dinero para comprar comida. Cada vez son más los ciudadanos que acuden a los centro de Caritas; para nosotros, el 2017 ha sido un año trágico. Obispos, el patriarca, los ministros, trabajadores sociales, todos son conscientes de la gravedad del problema”.
Si bien hasta ahora no se han registrado episodios de hostilidad abierta hacia los refugiados, es igualmente cierto que “la gente está cada vez más cansada de esta emergencia. Hay conciencia del problema social, económico y político que debe resolverse”. “A nivel Iglesia y de Caritas –concluye- para el período de Navidad hemos organizado más de 100 actividades en apoyo de los refugiados y de los ciudadanos libaneses. Entre éstas, la distribución de comida, frazadas y medicamentos para los niños. Nuestro objetivo es ayudar a los más pobres entre los pobres”. (DS)
22/08/2018 10:14
18/06/2018 14:28