10/09/2014, 00.00
HONG KONG - CHINA
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Cardenal Zen: Con Occupy Central quizás hemos provocado las iras del emperador

de card. Joseph Zen Ze-kiun
El movimiento democrático no es una amenaza para la supervivencia del Territorio. "Las tres bofetadas en la cara" de Beijing a la población local. "Cuando son los imperialistas a atacar, hacen sólo daños; pero cuando son los chinos como nosotros que quieren hacernos esclavos, entonces nuestro corazón es herido. Y quien no se resigna a la esclavitud no tiene otro camino sino el de resistir". Las consideraciones del obispo emérito de Hong Kong.

Hong Kong (AsiaNews)- Alguien nos dice: "¿Piensan que les hacen tener miedo al gobierno central con la amenaza representada por Occupy Central? Más amenazan, más el gobierno central les rechazará hacerles concesiones. ¡Se merecen lo que ahora se les da! En una crónica de la provincia de Shandong, leo que un padre le dio un puntapié y tres bofetadas fuertes a su hijita que se negaba entrar a la escuela el primer día de clases. También nosotros, ciudadanos de Hong Kong, hemos recibido 3 bofetadas en estos días.

En Beijing han decidido (primer bofetada) que la única Comisión que tendrá autoridad de nombrar candidatos para la próxima elección del jefe del ejecutiva estará compuesta según los cánones de la actual Comisión electoral; la segunda bofetada viene del hecho que para elegir al jefe político se necesitará la mayoría absoluta; la tercera bofetada es que serán sólo dos o tres candidatos para la votación.

Debemos hacer como esa niña de Shandong: dejarnos la cara roja por las bofetadas, tragarnos las lágrimas y, todos asustados, ¿seguir al padre al interno de las paredes de la escuela?

Alguien piensa que nos salvamos hasta  de forma muy barata. Por un delito similar, un delito de lesa majestad,  ¡mereceríamos morir bajo los tiros de las ametralladoras del Ejército de liberación popular! Si hubiésemos implorado de rodillas, ¡no se nos hubiese concedido la gracia de una verdadera elección general? Pero, estos jóvenes de la plaza Tienanmen ¿no se habían puesto de rodillas delante del palacio de la Asamblea nacional del pueblo? ¿Sirvió para algo?

El gobierno totalitario no puede entender a la democracia, o sea al concepto que el pueblo es el patrón. Son ellos los dueños, es más: el emperador. ¡Nazis, fascistas y comunistas son todos iguales! En un régimen democrático los gobernantes son los servidores, y cuando no hacen su propio deber- en vez de buscar el bien común, buscan sus intereses personales- el pueblo no está obligado a tratar de buscar palabras gentiles para demostrar su descontento. Es más, cuando el pueblo no está contento se puede hasta permitir gritar: será sólo un signo de desesperación. En aquellos gritos, los gobernantes que no son déspotas, sino padres sentirán la voz del llanto.

Solamente fue delante del rechazo de un diálogo nacional que salimos para hacer aquellas "caminatas", que fuimos a votar en aquel "referéndum" y a sudar por 8 horas por las calles sofocantes de la ciudad, el 1 de julio. ¿Son amenazas? No, ¡So súplicas! Pero expresadas con dignidad. En relación, cómo fueron ridículas aquellas "juntas de firmas" y aquellas "marchas patrióticas", manipuladas y mercenarias, cosas que suceden sólo en los países fascistas.

El gobierno dice que no le tiene miedo a Occupy Central. No lo dudamos; ¿por qué le debería tener miedo? Occupy Central no causará grandes daños y el gobierno tiene todos los medios para tenerlos bajo control. Somos nosotros los que debemos tener miedo. Una vez iniciada la acción de desobediencia civil, estaremos en una posición completamente pasiva: ¡Porque es una acción pacífica, movida por el amor!

Tenemos todas las razones para temer que quizás terminemos por pagar un precio superior a aquello que esperamos. Quiero darles coraje a todos aquellos que piensan tomar parte en la acción y "a no tener miedo del miedo". Por nuestros conciudadanos, por nuestros compatriotas, ¡encaminémonos con coraje en este camino sin retorno!

Una cosa de la cual los comunistas y sus cómplices no tienen miedo y que sin embargo deberían temer, es herir nuestro corazón. El ataque de las fuerzas imperialistas nos trae sólo daños materiales, pero cuando son los chinos como nosotros que nos quieren hacer esclavos para siempre, entonces sí, nuestro corazón se hiere. Nosotros que no nos resignamos a ser esclavos, ¿tenemos otra elección sino aquella de resistir?

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