Card. Bo: el reinicio de los conflictos internos “es inaceptable”. “Volvamos al diálogo”

El arzobispo de Yangon lanza un pedido a toda la nación después de las violencias reiniciadas en los Estados de Kachin y Karen. La guerra “jamás es justa y no pueden jamás servir para alcanzar la paz”. La conferencia de Panglong “no sea un falso renacer”. “Involucremos a las religiones en el camino de la paz”.

Naypyidaw (AsiaNews)- Los enfrentamientos armados reiniciados en varias partes de Myanmar “son inaceptables, como es inaceptable que el país todavía resbale hacia soluciones militares. Un Estado democrático no puede permitirse otra estación de conflicto. Retornemos al diálogo”. Es el pedido que el Card. Charles Maung Bo, arzobispo de Yangon, dirigió a todo Myanmar después del recrudecer de los violentos enfrentamientos que de hace días se continúan en los Estados Kachin y Karen, donde ya murieron varias de decenas de civiles.

De hace dos meses se intensificó la avanzada del Tatmaadaw (ejército gubernamental) en el territorio habitado por la etnia Kachin (en la frontera septentrional con China). Las tropas de Naypyidaw realizan ataques aéreos y terrestres para atacar las posiciones del Kia (Kachin Independence Army), causando un número indefinido de muertes.

A partir del 9 de octubre reiniciaron los enfrentamientos en el estado de Karen (sudeste del país). Después que nueve militares murieron una emboscada por parte de los rebeldes, el ejército del gobierno inició una serie de operaciones contra los “extremistas islámicos”, considerados culpables del gesto. Fuentes de Naypyidaw hablan de treinta milicianos asesinados y veinte nueve arrestados. Los soldados han aislado la región y no permiten a los periodistas entrar y sacar fotografías. Las casas de los musulmanes, comprendidas las cabañas de decenas de miles de evacuados Rohingya-son registradas.

Los Kachin y los Karen son dos de las 135 etnias de las cuales Myanmar está compuesto, que siempre tuvieron problemas de convivencia pacífica con el gobierno central y su componente de mayoría birmana. Iniciada en junio de 2011 después de 17 años de relativa calma, la guerra entre Tatmadaw y Kachin causó víctimas civiles y al menos doscientos miles evacuados.

Los eventos recientes, escribe el Card. Bo, “han hecho surgir fuertes preocupaciones que la conferencia de paz Panglong (del 31 de agosto al 4 de setiembre pasado, ndr) puede haber sido un falso renacer. El conflicto explotó. Qué es: ¿guerra para la paz? ¿Guerra y basta? La guerra no puede jamás ser justa. Hacer la guerra para alcanzar la paz es una ilusión que sólo ha provocado ulteriores guerras en la historia”.

El arzobispo de Yangon pone la atención sobre las dramáticas condiciones de los civiles que se encuentran a pesar de ellos en medio de los conflictos. “Muchas personas evacuaron. En los campos prófugos la poca distribución de comida alcanzó niveles alarmantes. Mujeres y niños sufren hambre”. Por esto “es necesario permitir a las organizaciones humanitarias de alcanzar estos campos”.

Continuar en el camino de la paz, escribe el cardenal, significa reconocer que “la nación está construida sobre fundamentos religioso. El pueblo de Myanmar es muy religioso y sigue las líneas de los líderes espirituales. Por esto consideramos a los jefes religiosos como parte del proceso de paz”. Hagamos en modo, prosigue, “que el gobierno nombre funcionarios de diversas religiones- budistas, católicos, protestantes, musulmanes, hindúes, etc.- para que trabajen por esto”.

En el reciente encuentro religioso de Asís, concluye el Card. Bo, el Papa Francisco subrayó la importancia del diálogo como vía privilegiada para ser fautores de paz: “Continuemos juntos la peregrinación de paz iniciado con la conferencia de Panglong”.