25/06/2015, 00.00
CAMBOYA – VATICANO
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Camboya, los 35 mártires de los Khmer rojos “serán beatos gracias al amor del Papa Francisco”

El p, Benítez, misionero del Pime y director Pom en Camboya, cuenta sobre la apertura de la fase diocesana del proceso de beatificación. Un “largo camino, iniciado gracias a la obre “providencial” en primera persona del Papa Francisco. Para la Iglesia local es “fuente de aliento” y de misión. Y un modo para recordar el pasado reciente y las masacres del régimen de Pol Pot.

Phnom Penh (AsiaNews)- El “largo camino que llevará al reconocimiento de los primeros mártires de la Iglesia católica de Camboya inició gracias al apoyo “providencial” del Papa Francisco. Un recorrido que tiene un “valor grandísimo” para el catolicismo local, “no sólo a nivel espiritual”, porque se convierte en “fuente de aliento” y “testimonio fuerte para nuestros fieles”. Es cuánto afirma a AsiaNews el p. Gustavo ASdrián Benítez, sacerdote del Pontifico Instituto Misiones Extranjeras (Pime), originario de Argentina y director nacional de las Pontificias Obras Misioneras para la Conferencia episcopal de Laos y Camboya. La semana pasada se abrió la fase diocesana del proceso de beatificación de 35 mártires camboyanos, asesinados y dejados morir de hambre durante las persecuciones vividas bajo el sanguinario régimen de Pol Pot y de sus Khmer rojos.

Los testigos de la fe murieron entre 1970 y 1977 y son originarios de Camboya, Vietnam y Francia. Si la causa irá a un buen término se tratará de la prima absoluta para el país asiático en el cual, hasta hoy no hay beatos ni santos. Para mons. Olivier Schmitthaeusler, de 44 años y v icario apostólico de Phnom Phen, se trata del punto más alto de un recorrido iniciado en el año 2000, respondiendo a la llamada de Juan Pablo II que invitaba a conmemorar a todos los que murieron por la fe en el S. XX.

La celebración de apertura del proceso se desarrolló a inicios de mayo en Tankok, pueblo de la provincia de Kompong Thom y fue presidida por mons. Schmittheausler en ´presencia de más de 1.400 personas entre obispos, fieles, sacerdotes, religiosos y misioneros. Una vez concluida la fase diocesana del proceso, si el éxito de la investigación será considerada positiva, la documentación será enviada al Vaticano, a la Congregación para las causas de los Santos, para su segunda fase.

Sin embargo el camino hacia la apertura del proceso de beatificación inició hace tiempo, con la realización de un memorial dedicado a los mártires de Camboya inaugurado en Taing Kauk en mayo del año 2000. Se eligió la zona de Taing Kauk porque es el punto donde vivieron diversos cristianos de Phnom Pehn, Battambang y Kompong Thom durante los años del régimen comunista. Y es siempre allí donde fue deportado mons. Chhmar Salas, primer obispo de la historia de Camboya, junto a sus padres y familiares y donde encontrar la muerte por hambre y enfermedades en 1977. El prelado es parte del grupo de los 35 mártires asesinados por los revolucionarios maoístas.

Para la joven Iglesia local, explica a AsiaNews el p. Benítez, la apertura del proceso de beatificación de los mártires “tiene un valor grandísimo”, porque la mayoría de este grupo “es originario de Camboya”. El sacerdote confirma la alegría y el entusiasmo que caracterizó las celebraciones que han marcado la apertura de este proceso, hecho posible también gracias al interés demostrado directamente por el Papa Francisco.

En la VI Jornada de la Juventud asiática, que se desarrolló en Corea del Sur, entre las personas que hablaron delante del Papa estaba también una joven muchacha camboyana que vive en Seúl. Como deseo final, cuenta el misionero del Pime, la joven le pidió al Papa el “tener mártires camboyanos, porque hay por todas las partes del mundo, pero no en nuestra Iglesia”. “El Papa- ´prosigue el p. Benítez- inmediatamente recibió la invitación y prometió a la joven que, una vez que volviera a Roma, habría hablado con el card. Amato (Prefecto de la Congregación para los Santos, ndr) e indicaría los pasos a seguir”. Después de un mes llegó una carta del vaticano, que alentaba a los vértices eclesiásticos camboyanos “a abrir esta causa con el apoyo de la Iglesia universal”. Para nosotros, afirma el sacerdote, “fue una sorpresa”, pero también un signo de cómo “el Papa Francisco se tomó en serio la cuestión”.

“Debemos estar orgullosos- continúa el p. Benítez- para una Iglesia todavía pequeñísima y con número de fieles que está entre los 15 y 20 mil en todo el país. Continúa creciendo día tras día. Y también esta apertura del proceso de beatificación es un paso importante”. El sacerdote cuenta que la Iglesia local “la estamos haciendo nosotros misioneros, y está en los albores y el hecho de poder contar sobre el ejemplo de estos hermanos camboyanos que nos han precedido, perseverado y dado sus vidas es muy importante”.

Sus testimonios son “todavía hoy muy actuales” y también “si no hay libros escritos sobre ellos, hay personas que los han conocido en vida y han testimoniado directamente y contaron verbalmente para dar inicio al proceso de beatificación”. En concreto, concluye el misionero, su historia “sirve también para recordar el pasado reciente del país, el drama de los Khmer rojos y las masacres que han perpetrado (un cuarto de la población murió en manos de los revolucionarios maoístas, ndr) en una nación que hoy prefiere olvidar más que estudiar, entender y profundizar”. (DS).

 

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