06/04/2020, 15.22
LIBANO- SIRIA
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Bekaa, refugiado sirio se prende fuego: el Covid-19 crea desesperación y abandono (Vídeo)

de Pierre Balanian

Bassam Al Hallak murió después de 7 horas de agonía: Nadie hizo nada, ni siquiera la ONU. El hombre estaba desocupado desde hacía dos años y temía que la epidemia habría aumentado la miseria. Refugiados sirios considerados como portadores del virus y por lo tanto son discriminados.

 

Beirut (AsiaNews) - Bassam Al Hallak, refugiado sirio  de 52 años, se dio fuego ayer por la mañana en la pobre periferia de Taalbaya (Bekaa). El Covid-19 había aumentado su desesperación, siendo prófugo y desocupado. Llevado de urgencia al cercano hospital d la Bekaa, presentaba quemaduras de tercer grado. La mujer y los hijos sintieron los gritos de alarma de los vecinos, viendo al hombre quemarse mientras caminaba por la calle. Durante la tarde de ayer el hombre murió.

La familia había llegado hacía 6 años a Taalbaya, proviniendo de Daraya, en los alrededores de Damasco. Por su dignidad, Bassam  rechazó ir a vivir bajo las tiendas en un campo de refugiados y trató de trabajar. Pero esta elección le costó cara: según el hijo del hombre, Haitham, el Alto comisario de la ONU para los refugiados le negó varias veces cualquier apoyo económico y alimenticio. El joven de 27 años recuerda también que el padre “igualmente perdió el trabajo de albañil hace 2 años y no podía ni siquiera podía pagar el alquiler mensual de 400 mil liras libaneses (unos 180 dólares estadounidenses)”.

“Como nosotros-concluye Haitham- hay tantos”. La referencia es a los 5 mil refugiados sirios en la zona, hospedados en los campos de refugiados o en las míseras casas privadas de los suburbios.

En el hospital de la Bekaa, antes de acoger al hombre quemado, tuvieron que esperar las garantías del UNHCR (el Alto comisariado de la ONU para los refugiados). Habían decidido transferirlo a Jetawi (Ashrafieh, Beirut), donde hay un hospital especializado en quemaduras, pero la aprobación llegó muy tarde y Bassam murió después de 7 horas d agonía en el hospital cerca de su casa.

“Por horas nadie respondió a nuestros pedidos de ayuda. mientras mi padre agonizaba en el silencio”, agregó Haitham. El intendente Sadek Mehyiddin trata de explicar: “La familia vivía en pésimas condiciones de miseria. Recibimos muchas familias por parte familias necesitadas, después que el gobierno decidió dar una ayuda económica de 400 mil liras mensuales a cada grupo familiar. Pero estas ayudas son reservadas sólo a los libaneses”.  Los sirios, n cambio, estarían a cargo del UNHCR, que redujo sus ayudas, comprendidos aquellos médicos.

Muchos sirios en Líbano se arrepienten no haber vuelto a su patria durante los 2 días de tiempo concedidos por el gobierno sirio antes de cerrar la frontera con el Líbano. Muchos intentan volver pasando la frontera clandestinamente, pero en Siria son mirados con sospecha porque escapando de un país infectado, se piensa sean portadores del coronavirus. De todos modos, hasta ahora, ningún sirio en Líbano fue diagnosticado como positivo.

Desde inicios de marzo, al menos 8 municipalidades han impuesto la prohibición de circulación a los refugiados sirios, aún antes de las medidas impuestas por el gobierno libanés. A todos está permitido circular para hacer compras de alimentos de las 5 de la mañana hasta las 13 horas.

 

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