Beirut, centenares de ciudadanos en las calles contra el estancamiento político y la crisis económica
La dirigencia del Partido comunista inició la protesta, que aseguran: está destinada a continuar y a aumentar. Imitando a los “chalecos amarillos”, los manifestantes llevaban bufandas rojas y cantaban eslóganes y cantos contra la corrupción, la falta de servicios públicos y el crecimiento de la deuda. En la escena política pesan las divisiones internas sobre Siria.
Beirut (AsiaNews/Agencias) - Centenares de libaneses salieron a las calles ayer, para protestar contra el estancamiento político que ha -de hecho- bloqueado todos los intentos de nacimiento de un nuevo gobierno, ya a siete meses de distancia de las elecciones políticas. Un bloqueo aumentado por las divisiones internas y egoísmos personales entre los distintos partidos y las diversas facciones, sobre las cuales intervino recientemente el patriarca Beshara Raï, según el cual el país de los cedros es “rehén de las milicias políticas”.
Después de Jordania, que en los días pasados registró imponentes manifestaciones públicas que- por primera vez- se dirigieron en modo abierto contra la monarquía, la protesta en las calles en este fin de semana le tocó al Líbano.
Quien promovió las manifestaciones por las calles de la capital-que alguno compara con las de los “chalecos amarillos” de París- fue la dirigencia del Partido comunista, que recibió la adhesión de muchos ciudadanos ya frustrados por una crisis económica y política siempre más grave. Llevando bufandas rojas y desplegando banderas del mismo color, los manifestantes entonaron eslóganes contra la corrupción, la falta de servicios públicos y el crecimiento imparable de la deuda, que superó el 150% del PIB.
Un manifestante llevaba un cartel que invitaba a “Salir a las calles: ¡Basta de palabras!”. Un ciudadano de nombre Osama Assad afirma que la falta de gobierno “redobla los riesgos” para sostener el sistema país. Mientras tanto el líder de los comunistas, Hanna Ghari confirma que la protesta continúa y está destinada a aumentar en los próximos días.
En la mira las divisiones entre los diversos partidos- sobre todo chiíes y sunnitas- sobre la guerra en la vecina Siria y sobre otras cuestiones estratégicas a nivel regional e internacional.
Desde mayo pasado el Líbano espera el nacimiento de un gobierno fuerte y unido, que esté en capacidad de superar las muchas amenazas y desafíos que le esperan al país: de las dificultades económicas a la crisis inmigración; de la creciente pobreza al problema ocupacional que afecta con mayor incidencia a los jóvenes. Una situación, denuncia la Iglesia libanesa, de gravísima dificultad, aumentada por la guerra en la vecina Siria, que provocó una emergencia humanitaria sin precedentes.
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