Beijing: los EEUU son racistas. Pro China encuentra siempre más adversarios
El régimen aprovecha de las dificultades de los EEUU para oscurecer la figura de la administración Trump. China presenta a su adversario estratégico como un país injusto y racista. Tensión alta entre los pasajes navales de EEUU en el Estrecho de Taiwán y ejercitaciones militares chinos. Un grupo de 18 políticos occidentales auspician acciones más duras contra Beijing. También las naciones del sudeste asiático toman distancia del régimen chino.
Hong Kong (AsiaNews) – China pasa al contraataque y aprovecha de las protestas anti-racismo en los EEUU para criticar a la administración Trump. El esfuerzo del régimen chino de usar las dificultades internas estadounidenses para aparecer como una potencia global responsable no parece recoger los frutos esperados. Washington es el líder de un frente internacional que se opone a la represión usada por Beijing contra el movimiento pro-democracia en Hong Kong y siempre más países en Asia comienzan a protestar contra las pretensiones hegemónicas chinas.
Para los líderes, el gobierno estadounidense usa “dos pesos y dos medidas” respecto a los tumultos estallados en los EEUU después del asesinato en Minneapolis del afroamericano George Floyd por parte de algunos agentes de policía. Diplomáticos, periódicos ee internautas chinos acusan a Trump de criticar por un lado la intervención de las Fuerzas del orden de Hong Kong como manifestaciones consideradas ilegales y por el otro autorizar a la policía a reprimir en modo brutal a las manifestaciones que están sacudiendo a los EEUU en estos días.
China quiere repagar a los EEUU con la misma moneda, presentando a su adversario estratégico como un país injusto y racista. Lo que está sucediendo es la continuación de un enfrentamiento que desde 2016, año de la toma de posesión de Trump, ve a las 2 superpotencias afrontarse furiosamente. Del comercio a la tecnología, de la lucha al coronavirus a las disputas territoriales n el Mar Chino meridional y al status de Taiwán, Washington y Beijing siguen enfrentándose.
La tensión es alta. Ayer, por primera vez desde el inicio del año, una nave de guerra de EEUU pasó a través del Estrecho de Taiwán. El paso del destructor USS Russell sucedió en el día en el cual se recuerdan a las víctimas de la masacre de Tiananmen de 1989, cuando miles de estudiantes chinos fueron asesinados por haber pedido democracia y libertad en China. En estos días, las unidades militares chinas destinadas a la eventual invasión de Taiwán están comprometidas en cambio en una serie de ejercitaciones anfibias.
En la condena a la ley sobre la seguridad para Hong Kong deseada por China, los EEUU encontraron el apoyo de Gran Bretaña, Canadá, Australia y Taiwán. La Unión europea criticó a los chinos por la nueva normativa, pero tomó distancias de la decisión de Trump de castigar a Beijing con sanciones económicas y financieras.
Para frenar las pretensiones geopolíticas de China, algunos políticos occidentales han formado un grupo de intervención transnacional. Los 18 parlamentarios, entre los cuales hay representantes estadounidenses, europeos, australianos y japoneses, quieren planificar estrategias colectivas para responder a la creciente fuerza de Beijing.
También los países asiáticos están siempre más preocupados por el activismo chino. n un artículo en el Foreign Affairs, el Premier de Singapur Lee Hsien Loong sostiene que la presencia de los EEUU en la región Asia-Pacífico es vital y que China no podrá socavar a Washington en el sudeste asiático. Es el mantra de su padre Lee Kwan Yew, el difunto fundador de la ciudad-Estado, según el cual el poder de China debe ser “equilibrado” y sólo los EEUU pueden lograrlo.
En el otro reverso para Beijing, el 3 de junio Filipinas suspendió los trámites para anular un acuerdo militar de 20 años, con los EEUU. Junto a Vietnam, Malasia, Brunei, Taiwán, Manila se opone a las pretensiones territoriales chinos en el Mar Chino meridional.
También Indonesia, que normalmente evita polemizar con China sobre tales disputas n la región, tomó posición contra los chinos. En una nota oficial enviada a la ONU a fines de mayo, Yakarta afirma que la “Nine-Dash line”, la demarcación territorial reivindicada por Beijing según las motivaciones históricas, no tiene ningún fundamento legal y viola la Convención ONU sobre el derecho del mar.
17/12/2016 13:14