Beijing en Londres: ‘Mantengan las manos lejos de Hong Kong”

El gobierno británico advierte sobre el peligro de una posible represión de la población del Territorio, y el embajador chino reacciona con furia. Se convoca al Ministerio de Relaciones Exteriores. En la ex colonia, persiste la situación de alta tensión.

Hong Kong (AsiaNews) - El gobierno inglés ha convocado al embajador chino al Ministerio de Relaciones Exteriores, a fin de presentar sus recomendaciones, luego de que el diplomático intimara al Reino Unido a mantener “las manos lejos de Hong Kong”. Londres había advertido sobre los riesgos de una “represión” de los manifestantes y, por toda respuesta, el embajador Liu acusó a Gran Bretaña de haber olvidado que Hong Kong ya no es una colonia británica.

Las tensiones diplomáticas se suman a la violencia y a los enfrentamientos que agitan el Territorio desde hace semanas. Durante la marcha del Primero de julio, organizada por el Frente Civil por los Derechos Humanos para celebrar el retorno de Hong Kong a la madre patria, los ciudadanos se manifestaron en favor de su libertad. Este año, las manifestaciones han estado marcadas por la cancelación de la ley de extradición a China, que podría llegar a aniquilar la autonomía jurídica y la libertad de expresión de Hong Kong.

Las manifestaciones, en un inicio pacíficas, tuvieron momentos de fuerte tensión y violencia. Algunos manifestantes, al pasar delante del Legco (Legislative Council, el parlamento de Hong Kong), alistaron una especie de “ariete” con un carro, empujándolo de lleno contra los paneles de vidrio del edificio. Los autores del gesto vandálico llevaban cascos y máscaras anti-gas y se protegían con paraguas, para evitar las cámaras de televisión. Algunos participantes presentes en la marcha intentaron detenerlos, pero fueron alejados a los empujones. Uno de los presentes explicó: “El gobierno no nos escucha… ¡Entonces nos vemos forzados a irrumpir en el edificio!”.

Hace semanas que las sucesivas manifestaciones exigen la cancelación de la ley, una investigación independiente sobre la violencia desplegada por la policía y que se elimine el término “revuelta” al definir las manifestaciones en curso. De muchas partes (diócesis, personalidades, políticos, etc.), llueven los pedidos de que el gobierno preste oídos a la frustración del pueblo de Hong Kong.