Basora: nuevos choques entre la policía y manifestantes, con más muertos y heridos
Ayer hubo un muerto en los enfrentamientos entre agentes y manifestantes. El día anterior se habían registrado seis víctimas y decenas de heridos. La policía lanzó proyectiles y gases lacrimógenos a la altura del pecho. La crisis hídrica y el pésimo funcionamiento de los servicios exasperan a los ciudadanos. Hay veinte mil personas hospitalizadas por beber agua contaminada. Al referirse a las manifestaciones en las calles, Al-Sadr habló de “vándalos infiltrados”.
Basora (AsiaNews/Agencias) – En los enfrentamientos entre ciudadanos y fuerzas de seguridad ocurridos ayer en Basora, en el sur de Irak, perdió la vida otro manifestante (y hubo cuando menos 25 heridos, algunos de gravedad), además de las seis víctimas que se habían registrado el 4 de septiembre. Así lo informó el líder local del Consejo provincial de derechos humanos, quien afirmó que la policía abrió fuego sobre personas indefensas. Ciertos testigos hablan de proyectiles y gases lacrimógenos lanzados a la altura del pecho, con agentes disparando sobre varios miles de manifestantes que se habían reunido en el exterior de la sede del gobierno regional.
Hace tiempo que la metrópoli del sur de Irak está siendo azotada por una grave crisis hídrica, deviniendo escenario de manifestaciones masivas en las calles. Los ciudadanos protestan por la pésima calidad de los servicios públicos, la desocupación (10%, según datos oficiales, con picos de hasta el 60% en la juventud) y la corrupción endémica. La región de Basora cuenta con casi el 90% de los recursos de hidrocarburos del país; sin embargo, sólo el 1% de la fuerza laboral procede de la zona.
A causa de las sangrientas protestas, en el pasado mes de julio la Iglesia local había decidido suspender las actividades culturales y las clases de catequesis, para preservar la integridad de los fieles. En aquél momento el arzobispo local, Mons. Alnaufali Habib Jajou, había advertido acerca de una posible escalada de la protesta.
El enviado especial de la ONU para Irak, Jan Kubis, llamó a restablecer la “calma”, invitando a las autoridades “a evitar el uso desproporcionado, letal, de la fuerza” contra los manifestantes. También solicitó a la magistratura que proceda a “indagar y entregar a la justicia a cuantos sean responsables de la explosión de la ola de episodios violentos”. El experto de las Naciones Unidas concluyó diciendo que se debe “hacer todo lo que esté al alcance” para responder a reclamos legítimos y a los derechos de los ciudadanos.
Entre las razones que fundamentan la protesta, figura la contaminación de las aguas subterráneas y del agua potable, que en las últimas semanas ha provocado la hospitalización de cuando menos 20.000 personas. Al intervenir sobre el tema, el premier iraquí saliente, Haider al-Abadi, aseguró que no se habrían usado “municiones de verdad” para dispersar a los manifestantes. El líder radical chiita Moqtada al-Sadr habló de la presencia de “vándalos infiltrados” entre las personas que protestaban.
Las manifestaciones muestran la envergadura del estado de abandono en que yace Basora, una ciudad situada en el extremo sur del país, cerca de la frontera con Kuwait. La exasperación de los habitantes frente a la impunidad de los corruptos se hace visible en un dato notable: en las elecciones de mayo pasado, allí se registró una de las tasas más elevadas de abstencionismo.
Las rivalidades y las luchas entre facciones que rigen en Bagdad –y que han llegado a paralizar la labor parlamentaria desde el inicio de sesiones- las promesas vanas de las autoridades y los llamados al diálogo han terminado exasperando a la población. “No me interesa saber a quién compete hacerlo –afirma Mehdi, un habitante sexagenario de Basora- lo único que quiero son servicios básicos, simplemente eso”.
12/07/2018 11:59
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