de Vladimir Rozanskij

El patriarca ecuménico y el patriarca de Moscú se encontraron en Constantinopla. Ninguna declaración final, sino sólo apreciaciones mutuas por el clima de “diálogo” y la “satisfacción” por el encuentro. Para los medios ucranianos, Bartolomé puso a Kirill delante de un hecho ya decidido: la autonomía de la Iglesia ortodoxa ucraniana, pero teniendo como jefe a Onufrij y no a Filarete (de Kiev).

 

Moscú (AsiaNews)- El esperado encuentro entre el patriarca Bartolomé de Constantinopla y el patriarca de Moscú kirill, se concluyó ayer a las 13.00 horas en Estambul, sin ningún resultado tangible. Se esperaba una decisión definitiva sobre la autocefalia de la Iglesia ortodoxa ucraniana, que crearía tantos problemas al patriarcado de Moscú. Dejando el aeropuerto de la metrópolis turca, Kiril declaró que la discusión no llevó a nada que pueda “provocar terremotos en las conciencias”, que el intercambio de opiniones estuvo muy tranquilo y correcto. “Hemos discutido sobre las cuestiones que nos preocupan, pero quiero reafirmar una vez más que se trató de una conversación fraterna y no quiero entrar en detalles sin el acuerdo mutuo con su santidad (Bartolomé), si bien no hay ningún secreto que defender”, agregó el patriarca ruso.

En la entrada de la residencia patriarcal turca, saludando a Bartolomé que lo recibía en la entrada, Kirill recordó la responsabilidad “para toda la Iglesia de Cristo” y por la custodia de la unidad ortodoxa en mano de los dos patriarcas. “A este lugar-recordó- me ligan muchos recuerdos felices, aquí no hemos hecho nada de malo que pudiese dañar a la ortodoxia universal porque nosotros tenemos la responsabilidad de la Iglesia entera”. A su vez, Bartolomé quiso expresar su satisfacción por la llegada del cohermano moscovita: “Cada vez que Ud. viene a visitarnos es para nosotros una gran alegría y poder discutir juntos por las cuestiones que representan intereses comunes. Nosotros creemos en la fuerza del diálogo: es este el camino que Dios mismo nos ha indicado”.  
 

Para recibir a Kirill, junto a Bartolomé había un nutrido grupo de metropolitanos y arzobispos, reunidos desde el día precedente para la reunión del Sínodo de los obispos de Constantinopla. A ellos el patriarca de Moscú les recordó la diferencia “entre simple diálogo y el encuentro entre los jefes de las Iglesias; los políticos defienden los propios intereses, pero en el diálogo entre las Iglesias la cosa más importante es la unidad fundamental entre los cristianos ortodoxos, que se dirigen a la Iglesia una, santa, ‘sobornaja’ y apostólica. Esto nos da una gran responsabilidad, además nos transmite también una gran fuerza y la inspiración para nuestro servicio”.

Kirill recordó que con el cohermano “ecuménico” no se veían desde hace 2 años, desde el encuentro en Ginebra en 2016 en la vigilia del Concilio de Creta, luego fallido justamente por el retiro de la delegación de Moscú. Él concluyó con un breve “resumen del encuentro: fue un momento muy bello, con una espléndida atmósfera, hemos evaluado las cuestiones que estaban en el orden del día”. Se trató de un encuentro “entre dos jefes de Iglesias que se dan cuenta de la responsabilidad por las condiciones de la ortodoxia universal y de los problemas de la humanidad contemporánea”, quiso especificar el jefe de los ortodoxos rusos, poniéndose de ese modo en el mismo plano del patriarca universal de la Ortodoxia.

En el canal oficial Telegram del servicio de prensa del patriarcado de Moscú fue difundido un breve de resumen de la visita, que se desarrolló en la residencia de Bartolomé en el Fanar. Las tratativas duraron cerca de 2 horas y media, después de que Kirill salió de la residencia anunciando: “El encuentro se hizo y todo salió muy bien”.
 

En las horas sucesivas, los medios de información ucranianos han sostenido la tesis que el patriarca Bartolomé habría puesto a Kirill frente a un hecho cumplido, comunicándole la intención de Constantinopla de conceder la autocefalia a la Iglesia ortodoxa ucraniana. La relativa brevedad del encuentro podría validar la tesis que no hay mucho para discutir, pero las expresiones positivas del patriarca de Moscú indican también una satisfacción respecto a las modalidades de la decisión. Si fuese confiada la nueva jurisdicción autónoma al metropolitano Onufrij (Berezovskij), cuya lealtad a la “Iglesia hermana” moscovita jamás fue puesta en discusión, sin que haya necesidad de elevarlo a la dignidad patriarcal, Kirill podría igualmente reivindicar una paternidad suya sobre la nueva Iglesia local. Esto podría significar la definitiva exclusión del irreducible adversario, el patriarca no canónico, Filarete (Denisenko), que desde hace un cuarto de siglo compite con Moscú sobre el control de la grey ucraniana. Según los medios ucranianos, la decisión definitiva será tomada en octubre, por el Sínodo de los obispos de la Iglesia de Constantinopla.