Bangkok, la Junta cancela la ley marcial e introduce el “poder absoluto”
Bangkok (AsiaNews/Agencias)- La junta militar en el gobierno en Tailandia anunció la cancelación de la ley marcial, pero que será substituida por “nuevas leyes” que considerarán a los vértices del ejército como una especie de poder absoluto”. En un discurso televisivo el ex general y actual Premier, Prayuth Chan-ocha, mente del “golpe blanco” que llevó a los vértices del gobierno a los militares, anunció el fin de la ley marcial. En su lugar será aprobado un nuevo paquete de leyes referidas a la seguridad, que se prevé será más represivo y que concederá al ejército aún más poderes que en el pasado. Fuentes diplomáticas americanas, detrás del anonimato, expresan preocupación por las disposiciones que ciertamente estarán en las huellas de los derechos humanos de base.
Desde hace un tiempo el gobierno thai era objeto de crecientes presiones internacionales por parte de los gobiernos extranjeros y grupos de activistas, además de hombres de negocios y empresas, por la remoción de la ley marcial. Normas que, si bien no visibles en la vida de todos los días- pocos soldados que patrullaban las calles- han provocado miedo a los inversores extranjeros y dieron un golpe muy duro al turismo local, que corresponde al 10% de Producto Interno bruto (Pib).
En su intervención televisiva, el general Prayuth anunció que el rey Bhumidol, concedió la aprobación formal de la ley marcial. Sin embargo, esta será substituida por el art. 44 de la nueva Constitución, ya objeto de fuertes críticas por parte de los movimientos pro derechos humanos. El nuevo artículo concede al Premier emitir leyes para “bloquear y suprimir” genéricas “amenazas a la seguridad nacional y a la monarquía”. En este contexto los soldados podrán “en caso de incidentes, arrestar a cualquier persona sin ningún mandato”.
Como confirmación del clima de tensión, en los días pasados el Premier Prayuth se dirigió a los periodistas, prometiendo “ajusticiar” a cuántos “no refieran la verdad” en sus crónicas, las cuales deben ser en vez fuente de “reconciliación nacional”. Un mensaje que confirma la política seguida por el gobierno contra aquellos-periodistas, activistas, opositores políticos- que no adhieren a la línea oficial.
Desde el año 2005, la nación es teatro de profundos enfrentamientos entre “las camisas rojas”- cercanos a los Shinawatra, populares en el campo y en la faja débil de la población- y “las camisas amarillas” representantes de los democráticos, apoyados por la clase media y las elites de la capital, guiados en el Parlamento por el ex Premier Abhisit Vejjajiva. En la primavera de 2010 los enfrentamientos entre manifestantes y la policía han causado centenares de víctimas, iniciando un proceso político que llevó a nuevas elecciones y al provisorio retorno al poder de la familia Shinawatra.
En mayo pasado, una nueva intervención del ejército puso fin a meses de estancamiento político y a las protestas callejeras, que causaron al menos 27 muertos, y que determinó la expulsión de la Premier Yingluck Shinawatra, hermana de Thaksin, ganadora en las urnas con un amplio apoyo popular. Ahora el país está bajo el control de los militares, y como jefe de las Fuerzas Armadas nombrado Primer ministro y con la tarea de reformar el Estado, si bien se ignoran los contenidos de tales reformas y existe el riesgo de una derivación autoritaria. Fue el actual Premier quien arquitectó y guio la sangrienta represión del 2010, pero ningún miembro de las Fuerzas Armadas fue incriminado. En los últimos meses se verificaron diversos episodios de censura, represiones violentas al disenso, censura de los medios y condenas por lesa majestad.
18/04/2015
