Ayudas a los enfermos de Tbc de Corea del Norte: para curar ‘no hay fronteras’

La “Eugen Bell Foundation” provee curaciones y comida a unos 1500 enfermos en 12 centros. Desde hace más de 20 años, el “padre abuelo” Hammond y la Ong ayudan a los enfermos norcoreanos.

Seúl (AsiaNews)- “Si están sufriendo, ¿por qué no deberíamos estar allí?”. Así el p. Gerard Hammond, superior regional de los misioneros de Maryknoll en Corea, comenta su compromiso con la Ong cristiana Eugene Bell, que envía, cada 6 meses, remedios y elementos de nutrición para unos 1500 enfermos de tuberculosis a Corea del Norte. El pasado 7 de noviembre, el p. Hammond, junto a otros misioneros y el presidente de la fundación han realizado una visita a los pacientes.

Por lo que reportan los medios surcoreanos, la situación humanitaria en el régimen socialista es cada vez más grave. Dan a la luz las dificultades vividas por los norcoreanos las condiciones de salud en el cual se encontró al desertor que recientemente escapó a través de la frontera entre las dos Coreas.

En este contexto, algunas fundaciones se comprometen en mandar ayudas humanitarias y Seúl está a menudo en primera fila en el apoyo a la vecina población de Corea del Norte.

La fundación Eugene Bell ayuda a 1500 pacientes, distribuidos en 12 centros de 4 provincias, con el envío de remedios y alimentos suficientes para 6 meses. El apoyo de la Ong dura desde hace más de 20 años.

El 7 de noviembre, el p. Hammond fue con la fundación a Corea del Norte. “Cuando llegamos, los remedios habían pasado la aduana. No tuvimos problemas en distribuirlos”.

En el curso de las numerosas visitas, él estableció con las personas en los centros una relación de confianza. “Visto que soy el más viejo del grupo, 84 años, me llaman ‘padre abuelo’. Los conozco desde hace tantos años, esta es la 53° vez que voy”, nos cuenta el misionero. “Saben quién soy, estoy a gusto con ellos como ellos conmigo. No hablamos de cuestiones políticas ni religiosas. Estamos allí sólo por motivos humanitarios”.

El viaje fue posible no obstante las tensiones entre Corea del Norte y la comunidad internacional, encendidas por las amenazas de Pyongyang y de Washington y por las nuevas sanciones decididas por el Consejo de seguridad de la Onu.

“Para curar no hay fronteras, estas personas están enfermas. No hacemos distinciones -concluye el p. Hammond- Para mí lo importante es que tratemos de ayudar a estas personas, darles vida y esperanza”.