Ankara, un muro en la frontera con Irán contra la migración y el contrabando
El principal objetivo es impedir el ingreso de refugiados afganos que huyen de los talibanes. La barrera está formada por módulos de tres metros de altura y dos de ancho que pesan siete toneladas. Las fuerzas de seguridad también están realizando actividades de desminado. Gobernador de Van: en 2021 se detuvieron 55 mil migrantes ilegales.
Estambul (AsiaNews) - Ankara está construyendo un muro de hormigón a lo largo de la frontera con Irán con el propósito de detener el ingreso ilegal de migrantes al país, el tráfico de vidas humanas y el contrabando. El problema fundamental son los refugiados afganos que tratan de llegar a Turquía para pasar luego a Europa a través de la República Islámica. En los últimos días las autoridades turcas han detenido a cientos de refugiados afganos que huían de los talibanes, un fenómeno que se define como "preocupante" y “en constante aumento".
La frontera entre Turquía e Irán tiene unos 295 km de longitud. Fuentes locales informan que el muro está construido con bloques (o módulos) de tres metros de altura y dos de ancho que pesan siete toneladas cada uno, y se extiende desde la frontera de la provincia oriental de Van hasta Dogubayazit, en la provincia de Agri, y Yuksekova, en la provincia de Hakkari. También está reforzado por 110 kilómetros de trincheras y 103 torres “inteligentes” de vigilancia de fibra óptica.
La construcción de una barrera a lo largo de la frontera se realiza en un momento histórico de creciente flujo migratorio desde Afganistán, donde los talibanes han aprovechado la retirada de Estados Unidos para tomar el control de gran parte del territorio. Hasta el momento se ha completado la instalación de un tramo de tres kilómetros del muro modular y se ha excavado un foso de 110 kilómetros de longitud, así como la construcción de 76 monobloques. Al mismo tiempo, las fuerzas de seguridad están realizando operaciones de desminado a lo largo de la frontera antes de continuar la construcción.
El diario Cumhuriyet informó que el lago Van, al este de Turquía, se ha convertido en un "mar de refugiados" y que el número de estos en el país ha alcanzado niveles insostenibles que justifican el enojo y la preocupación de la población. Por eso en los últimos tiempos las autoridades de Ankara han intensificado la represión y han detenido a numerosos grupos de migrantes en la frontera oriental para impedir que ingresen irregularmente al país.
Emin Bilmez, gobernador de la provincia oriental de Van, señala que "solo este año hemos capturado y procesado a más de 55.000 migrantes irregulares en nuestras fronteras". A ellos se suman 783 traficantes que facilitan el cruce ilegal, 300 de los cuale han sido detenidos. Los datos corresponden al período comprendido entre enero y julio de 2021; en todo 2020 se procesó a 599 traficantes, un número inferior al que registran los primeros seis meses del año en curso.
Según el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), al menos 270.000 afganos se han convertido en desplazados internos dentro de su propio país desde enero, lo que eleva el número de personas obligadas a abandonar sus hogares a más de 3,5 millones. Turquía es también el país que acoge el mayor número de refugiados del mundo: actualmente hay 3,6 millones de sirios, a los que se suman 320 mil refugiados de otras nacionalidades.