Activista palestino: El atentado de Jerusalén, respuesta equivocada a una ocupación equivocada

Para Adel Misk, vocero de The Parents Circle, la política israelí en los territorios es la base de la violencia. Urgente encontrar “el camino de la paz” e “ir a la causa del problema”. En la explosión del autobús, que recuerda los ataques de los primeros años de los años dos mil, heridas veintiuna personas, dos graves.

Jerusalén (AsiaNews)- El atentado en Jerusalén es hijo “de la política de ocupación” por parte de Israel, de la “falta de libertad” para los palestinos y de la ausencia de voluntad entre diversos líderes “de sentarse y hablar, de firmar un acto de paz reconociéndose el uno al otro”. Es cuánto afirma a AsiaNews, Adel Misk, médico y activista palestino, comentando el ataque del 18 de abril a un autobús de línea israelí en el sur de Jerusalén, que provocó diversos heridos. Vocero de The Perents Circle, asociación que reúne a unos doscientos cincuenta israelíes y en igual número de palestinos, todos familiares de víctimas del conflicto, él agrega que “hasta que dure la ocupación” la cadena de violencia “está destinada a perdurar”. “Por esto es urgente encontrar el camino de la paz”.

A dos días de la explosión de un pulman en el sur de Jerusalén, que provocó veintiún personas heridas, dos de las cuales graves, no hay todavía reivindicaciones oficiales del gesto por parte de individuos o grupos organizados. Las imágenes del medio en llamas han traído a la mente de muchos ciudadanos los atentados terroristas a inicios del dos mil, en los cuales los medios públicos eran los objetivos privilegiados. Por primera vez desde 2005 un autobús es nuevamente objeto de un ataque.

De las primeras informaciones dadas por las fuerzas de seguridad israelíes el autobús, con varios pasajeros a bordo, explotó poco antes de las seis de la tarde (hora local), mientras transitaba por el barrio de Talpiot, en el sur de Jerusalén. La explosión provocó el incendio del medio, que se propagó a una automóvil privado y a un segundo autobús (vacío) que estaba de paso, hiriendo a otras personas.

Inmediata la reacción del gobierno que, por boca del Premier Benjamín Netanyahu, asegura: “Encontraremos a quien colocó la bomba, buscaremos a quienes los ha mandado” y “llegaremos también a quien está detrás de todo esto”, pagando las cuentas “con estos terroristas”.

El líder de la Liga (árabe) Unida, Ayman Odeh, si bien denuncia el ataque, acusa al Premier israelí que alimenta las violencias. “Condeno la explosión-declaró- en el cual muchos civiles inocentes resultaron heridos. Atacar a civiles es inaceptable y daña a la justa campaña palestina para llevar a término la ocupación israelí”.

Diversa, como previsible, la reacción de las principales organizaciones palestinas en Cisjordania y Gaza, si bien no reivindicando en primera persona el ataque, recibieron favorablemente la noticia. Hamas dio el bienvenido a “la operación de Jerusalén que consideramos una reacción natural a los crímenes israelíes. En particular modo a su ocupación de territorio (palestino) y a la profanación de la mezquita de Al-Aqsa”.

Interpelado por AsiaNews, Adel Misk habla de un gesto de contornos “poco claros”, que “agrava” pero “no cambia” la substancia del problema que aflige a la región. “No es suficiente entender quien haya realizado el gesto-afirma- sino que es necesario ir a la raíz, a la causa del problema”. Hasta que exista la “ocupación militar”, agrega el activista, “será difícil detener el espiral de violencia. Estamos frente a un pueblo bajo ocupación, alguno protesta usando medios pacíficos, otros la lucha violenta”. Frente a los ataques de grupos extremistas, prosigue, va considerado también “el terrorismo de Estado” por parte israelí, que también provoca víctimas.

Aquello que aumenta el drama israelí-palestino es también “la indiferencia del mundo” que parece estar acostumbrada a los problemas de Medio Oriente, se puede ver Irak, Siria, Yemen. “El silencio del mundo occidental que no quiere desafiar a la voluntad israelí (y americana)” concluye el activista “es también este culpable y partícipe. En alguna manera esta actitud legitima y se convierte en cómplice de la ocupación y de las violencias que se consuman en esta tierra. No es posible permanecer indiferentes, no pomar posición”.