‘Extremismo’: El Estado ruso y la caza de brujas contra los Testigos de Jehová
Una mujer y su hijo arrestados en Kursk por haber distribuido volantes de invitación a la secta. “Extremistas” también las traducciones de la Biblia que no partan de fuentes griegas o hebreas. Lo mismo para las traducciones del Corán que no estén en árabe. Arrestados un pastor protestante que se ocupaba de los drogados. También los fieles de un obispo considerado santo, calificados como ‘extremistas: arriesgan la cárcel’.
Moscú (AsiaNews)- El pasado 11 de agosto algunos Testigos de Jehová fueron arrestados en la ciudad rusa de Kurk y acusados de extremismo religiosos, delito equiparado al terrorismo, por haber distribuido en el mercado ciudadano volantes de propaganda de la propia comunidad. Es el mismo lugar de la fiscalía local en difundir particulares del arresto, confirmado por el juez para las investigaciones preliminares.
La acusación se basa sobre el Artículo 282 del Código penal ruso, que se refiere a la “influencia, reclutamiento u otra forma de atracción a la actividad de organización extremista” que en Rusia se aplica siempre más a cualquier forma de actividad religiosa que se desarrolle fuera de las paredes de los edificios adaptados para tal fin, como en los tiempos del ateísmo de estado. La sanción prevista por tal crimen va de los 4 a los 8 años.
En la fiscalía explican que el hecho fue denunciado por un simple ciudadano “delator” de paso por el mercado local, que vio a una mujer de su pueblo con su hijo de 15 años que distribuían volantes, invitando a la gente a entrar en el grupo de los Testigos de Jehová. A partir de la prohibición emitida hace algunos meses atrás, en todo el país, cada miembro de la organización puede ser inmediatamente arrestado en situaciones similares, como se verificó ya en numerosas ocasiones. El Centro ruso del “La Atalaya” reúne a más de 2 mil comunidades, en las cuales participan unas 175 mil personas.
Desde el 20 de abril pasado, los arrestos y condenas continúan. Y se aclara ulteriormente la interpretación del Art. 282, en relación con los Testigos de Jehová y de cualquier otra minoría religiosa. La acusación de extremismo no se refiere a infracciones a normas de orden público: en los documentos de las fiscalías se subraya el carácter “extremista” también de las publicaciones confiscadas a los activistas y en general de la literatura religiosa de las confesiones bajo acusación.
El Estado interpreta la Biblia y el Corán
El problema es que en el año 2015 una enmienda introdujo en la ley contra el extremismo religioso una aclaración: los libros sagrados del cristianismo, del islam, del budismo y del judaísmo y las citaciones de ellos, no pueden ser acusados de extremismo. Desde junio pasado, las fiscalías de varias ciudades han introducido en las motivaciones de arresto y confiscación de libros una relación de asesoramiento, preparada por un especial “Centro para las iniciativas socio-culturales” de presuntos “expertos oficiales” en materia religiosa. En tal informe se afirma que la trdaucción de la Biblia aprobada por los Testigos de Jehová “fomenta discordia y enemistad y debe ser considerada extremista”, razón por la cual su Biblia “no puede ser considerada como Biblia”. En el informe se entra en detalles teológicos, considerando que en la confesión de los TdJ “se niega a la Santísima Trinidad y a la Eucaristía y se cambia el concepto de Dios por Jehová”. El peligro mayor está en el hecho que muchos lectores podrían “confundir su traducción con la ortodoxa”. Particularmente criminal, según los expertos, sería la concepción por las cuales los Testigos de Jehová “dividen a las personas en dos categorías: aquellos que pertenecen a la secta y a todos los otros”, esto que del resto hacen todas las religiones y los partidos.
Las argumentaciones traídas sobre la cuestión de las traducciones de los textos sagrados son desalentadoras. Según la relación acogida por las fiscalías rusas, siendo que el Corán en el islam es reconocido sólo en lengua árabe, toda traducción se debe considerar prohibida. La Biblia de los TdJ, además de las distorsiones teológicas, tendría también el defecto de ser traducida del inglés y no del hebreo y del griego; en ella es evidente “la equivocada interpretación de la unidad y de la igualdad de naturaleza entre el Padre y el Hijo, que no concuerda con la tradición ortodoxa y el nombre del Espíritu Santo está escrito en minúscula”.
Más allá de las grotescas motivaciones de los “expertos”, hay que hacer notar que la traducción rusa de la Biblia, si bien hay una versión ortodoxa oficial llamada “sinodal” es una cuestión abierta y no resuelta de hace siglos. Las nuevas leyes arriesgan el re-proponer los fanatismos de los tiempos del cisma de los “viejos –creyentes”, cuando por una coma se llevaba a la gente a la hoguera acusándolas de fanatismo. Las posiciones “anti-extremistas” de la magistratura y de la política rusa aparecen más extremistas de aquellas de la misma jerarquía ortodoxa.
Mientras tanto, casos de represión de las minorías religiosas se ensanchan en todas las direcciones. Un pastor evangélico, Evgeny Peresvetov fue arrestado con su esposa y su hijo de 9 años con la acusación de secuestro de persona. El pastor fundó una comunidad terapéutica para los drogadictos, llamada “Reconstrucción” y la acusación involucra a 5 personas en ella sometidas a “terapias forzadas”. La comunidad fue cerrada y los drogadictos enviados a los lager.
Mientras tanto en Ucrania, el obispo Vladimir de Kamensk, de la jurisdicción del patriarcado de Moscú, declaró heréticos a los devotos del archimandrita Rafail (Baranko), muerto hace un año. Ya después de la caída del comunismo en los años 90, por muchos él es considerado santo por el testimonio de fe contrarrestada por las autoridades. Los fieles que se reúnen a rezar por él, en Ucrania y en Rusia, son considerados también ellos “extremistas”.
31/07/2020 11:31
04/05/2017 10:07