¿Acuerdo o fiasco? El plan de paz israelí-palestino, según Kushner (y Trump)
El 25 y 26 de junio se realizará la Conferencia de Manama, donde los Estados Unidos presentarán el plan de paz para el Oriente Medio. Estarán ausentes los palestinos, que boicotean un evento en el cual se los ha dejado marginados. Sorpresa y preocupación de muchos observadores, frente a un proyecto que muestra ser más económico que político. Detrás del plan, estaría la idea de reforzar un eje en clave anti-iraní.
Jerusalén (AsiaNews) - ¿El acuerdo o el fiasco del siglo? En la Vigilia de la Conferencia a realizarse en la capital de Bahréin, los días 25 y 26 de junio, durante la cual se develará el misterioso “plan de paz” entre Israel y Palestina, elaborado por la administración Trump, se multiplican las dudas y sorpresas en torno a la cita. Cabe recordar que esta ha sido boicoteada por el frente palestino, en vista de que se centra, tal como aseguran muchos analistas y expertos, en un factor económico, dejando de lado los aspectos históricos y políticos que han determinado divisiones cada vez más profundas con el correr del tiempo.
Detrás del llamado plan de paz para el Oriente Medio, que se viene gestando hace dos años y que la Casa Blanca ha rebautizado como “el acuerdo del siglo”, está Jared Kushner, el yerno del presidente, y otras personalidades que, a decir verdad, tienen escasa experiencia en temas de diplomacia regional. Judío ortodoxo con fuertes lazos personales y religiosos con Israel, Kushner fue elegido por el presidente, ante todo, por el lazo de sangre que los une (según un criterio de pertenencia clánica).
Su historia personal y el camino político recorrido no colocan a Kushner en un punto equidistante, de cara a un encuentro y confrontación entre israelíes y palestinos. Entre sus más estrechos colaboradores de los últimos dos años de labor y proclamas -que se han distinguido por varios deslices, en el contexto de un proceso mayormente oscuro, tanto en los modos como en los contenidos- encontramos a Jason Greenblatt y David Friedman, ambos con profundos lazos con el mundo judío ortodoxo y radical.
Kushner, Greenblatt y Friedman - todos ellos, sin mayor experiencia diplomática- son los tres pilares sobre los cuales Trump ha fundado las bases para la resolución del conflicto palestino. Por tanto, no resulta sorprendente que los máximos dirigente de Ramallah hayan rechazado la invitación recibida, rotulando como “traidor” a cualquier palestino dispuesto a adherir -incluso a título personal- a la conferencia a realizarse en Bahréin.
Se trata de un equipo, tal como resalta más de un observador, que no está capacitado para entender la perspectiva y las reivindicaciones históricas de los palestinos. Además, las tratativas e iniciativas promovidas en todo este tiempo no son por cierto las de un “mediador neutral” que trata de acercar dos posiciones opuestas, sino que parecen haber partido desde la perspectiva y la causa israelíes.
A dónde habrá de llegar todo esto, es algo que se sabrá en los próximos días. Aún así, los contenidos del plan “del siglo” -suponiendo que lo sea- debieran ser de naturaleza exclusivamente económica, más que política. De esta manera, quedan sin resolver las razones profundas del conflicto, que se ha exacerbado en el último tiempo, tras algunas decisiones polémicas adoptadas por la administración de Trump, como el reconocimiento de Jerusalén como capital de Israel y el traslado de la embajada, el visto bueno con respecto a la soberanía israelí sobre la región -disputada- de Golán. Y aún más, la terminación del financiamiento de EEUU en relación a la Agencia de la ONU dedicada a los refugiados palestinos (UNRWA), y las palabras del embajador americano en Israel, David M. Friedman, quien afirmó que Israel tiene derechos a anexar una parte de Cisjordania, “pero quizás no toda” ella.
Los pasos antedichos han avalado, en los hechos, la política de ocupación promovida por el premier Benjamin Netanyahu, aliado férreo de Trump que, en los últimos años, ha sabido estrechar lazos (tras bambalinas) con los jóvenes líderes del Golfo. Un nuevo eje que conduce al príncipe heredero saudita Mohammad bin Salman y al homólogo de los Emiratos, Mohammed bin Zayed. Es por ello que, en verdad, el “acuerdo del siglo” enarbolado por Trump parece ocultar una renovada coalición, encabezada por los estadounidenses, contra Irán. Todo esto arriesga aniquilar las aspiraciones palestinas a cambio de unos pocos denarios y exacerbar el ala religiosa y tradicionalista del mundo árabe.
17/12/2016 13:14
20/06/2019 15:57