21/09/2018, 16.23
CHINA-VATICANO
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‘En el diálogo entre China y el Vaticano, falta la voz de los católicos chinos’

de Shan Ren Shen Fu (山人神父)

El posible acuerdo entre Beijing y el Vaticano será firmado sin la presencia de ningún católico chino. Incluso más, los miembros de la Iglesia china no saben en absoluto qué se está discutiendo en el marco del acuerdo, aunque se pretenda hablar de “cuestiones religiosas”.  El artículo de un sacerdote y bloguero. En China, este artículo fue inmediatamente eliminado por la policía, que se ocupa de la censura en Internet. 

Beijing (AsiaNews) – En el diálogo entre China y el Vaticano - que, según muchos, debiera llegar a un acuerdo antes de concluirse el mes de septiembre - está ausente la voz de la Iglesia china. Y si el Vaticano también representa a la Iglesia china, ¿cómo puede ser que los católicos chinos sean mantenidos al margen de esto y no se les comunique absolutamente nada de cuanto se está discutiendo? Son algunas de las sorpresas que expresa un sacerdote chino en su blog. Otro motivo de perplejidad para Shanren Shenfu (nombre de fantasía del sacerdote-bloguero) es el carácter “religioso” del acuerdo, que, por el contrario, sólo parece tener connotaciones políticas. Sus amigos, que nos han enviado este texto, temen por su integridad.  El sacerdote resalta que, al no saber nada sobre este acuerdo, “realmente no sabemos si alegrarnos o aguardar una cruz todavía más pesada”. Tanto más sorpresa le produce que la posible firma del acuerdo se dé ignorando “por completo la realidad de la fe en China así como todos los tipos de persecución y dificultades que están teniendo lugar”. Con mucha diligencia, la policía de Internet censuró su reflexión, la cual transcribimos a continuación con su texto completo.

 

¿Legal? ¿Es en serio?

Hacia fines de septiembre de 2018, una delegación vaticana visitará Beijing para mantener una última ronda de diálogos entre Beijing y la Santa Sede. Si entre ambas parte no surgen disputas, entonces se firmará el acuerdo.

 En su artículo “Global Times: se aproxima el acuerdo sobre obispos entre China y el Vaticano”, Gianni Valente cita al Global Times [periódico semioficial del Partido Comunista chino, vinculado al Diario del Pueblo – ndr], que dice que el diálogo se desarrolla a nivel religioso, y que en el mismo no está contemplado ningún aspecto político, ni las relaciones diplomáticas entre Beijing y el Vaticano. También se refiere a las falsas alarmas fogueadas por los lobbies y agentes que son contrarios al entendimiento entre Beijing y el Vaticano”. Esto también ha sido extraído de la versión oficial en inglés del Global Times, que difunde las noticias de la China comunista en idioma inglés. Y por lo tanto, ¡sin duda, tiene que ser creíble!  

También somos completamente ignorantes en lo que respecta al acuerdo. Siempre hemos pensado que del lado chino implicado en las negociaciones, estaba cuando menos un representante creyente de la Iglesia católica china (Asociación Patriótica y Consejo de Obispo chinos). Por el contrario, tras haber consultado a algunas personas bien informadas, finalmente supe que en el grupo de las negociaciones no se ha incluido a ninguna persona de la Iglesia china. Por ejemplo, el arzobispo Savio Hon, a principios de este año, fue asignado como nuncio en Grecia. Esto significa que quienes estarán sentados frente a la delegación vaticana serán exclusivamente representantes del gobierno, y por ende, representan los intereses políticos de China, y no creen en Dios, o son ateos. Por otra parte, los que habrán de sentarse frente a los representantes chinos, son representantes de la Iglesia llenos de energía y fantasía (es decir, ilusiones) de evangelizar China, y serán recibidos con mucha cortesía por parte de las autoridades chinas.

No queremos hablar de la libertad religiosa garantizada por la Constitución china, ni sobre el modo en que los representantes de gobierno debieran obedecer a la Constitución. Simplemente queremos preguntar: ¿cómo es posible que representantes chinos que no son religiosos y representantes vaticanos religiosos discutan sobre “cuestiones religiosas” en una mesa de negociaciones, para lograr un acuerdo Sino-Vaticano sin que haya ninguna implicación política en ello? ¿Qué parte allí sentada representa y defiende los intereses de la Iglesia en China? Si el Vaticano representa los intereses de los fieles chinos delante de China, ¿esto significa que [China] reconoce los intereses de los creyentes católicos? ¿Significa que el Vaticano ha sido reconocido como líder de la Iglesia china, en la fe católica? 

Si [en cambio] la idea de China es que el Vaticano no tiene derecho a representar los intereses de la Iglesia china, los intereses de la Iglesia en China estarán representados sólo por el gobierno chino (y los no creyentes apoyan principalmente intereses políticos, y no los intereses de la fe). Entonces, ¿cómo pueden decir que el diálogo sólo trata de aspectos religiosos? ¿En qué se basan para decir esto?

En otras palabras, si el contenido del acuerdo es sólo de naturaleza religiosa, entonces no es posible que no haya nadie que represente los intereses de la Iglesia china, dado que los representantes chinos son personas sin fe. Pero entonces, ¿debería el Vaticano representarlos? Si es así, ¿por qué no permiten que los creyentes chinos conozcan al menos una fracción del contenido del acuerdo antes de firmarlo? Al no poder discernir en nuestros corazones cuál será la situación después de la firma del acuerdo, por ahora no sabemos realmente si tenemos que alegrarnos o si debemos esperar una cruz más pesada.

Lamentablemente, aparte de los negociadores del diálogo, nadie sabe nada sobre el contenido del acuerdo. Y esto no sólo con respecto al ahora, sino también en lo que concierne al futuro: porque las dos partes han prometido que el contenido del acuerdo nunca se dará a conocer. Nos han dicho que, como práctica general, los acuerdos del Vaticano con las naciones socialistas nunca se publican.

Entonces, aparentemente, lo que se ha discutido es solamente: que el Vaticano da la bienvenida a los siete obispos ilegítimos nombrados por el gobierno chino, incluidos aquellos que el Vaticano ha excomulgado públicamente; aquellos que han sido nominados por el Vaticano pero que no son reconocidos [por el gobierno] podrán trabajar legalmente en la sociedad. Pero sobre esto, el acuerdo sólo dice que debiera afrontarse lentamente.

Como se desprende de las últimas revelaciones sobre el acuerdo, la última palabra sobre el nombramiento de obispos debiera tenerla el Papa, pero con toda probabilidad [su poder] se limitará a algo así como: "Él acepta o no acepta", o se parecerá a una forzada impotencia, en caso de haber desacuerdo.

En resumen, al final, el acuerdo reconocerá a los siete obispos ilegítimos. Y aparentemente  el Vaticano no tiene otro valor [contraparte] en este intercambio. Pero ¿por qué motivo tiene que hacer esto el Vaticano? ¿Qué significa la Iglesia de China del futuro? ¡Solo Dios sabe!

Valente, que siempre ha difundido la información sobre el acuerdo chino-vaticano con bastante anticipación, describe las "falsas alarmas" como provenientes de "lobbies y agentes". Él cree que hay personas que trabajan a tiempo completo en la interpretación de los posibles acuerdos entre Beijing y el Vaticano desde una perspectiva meramente política, y esto es confirmado por su cita indirecta del Global Times, según la cual por "algunos puntos clave ... confirmamos indirectamente cuáles son los criterios de los objetivos pastorales que mueven a la Santa Sede a enfrentar las delicadas vicisitudes del catolicismo en China".

La idea de "nuevos espacios para vivir y expresar públicamente el vínculo de comunión con la Iglesia de Roma" sería el mejor resultado en la firma del acuerdo, si no se tratase de una mera ilusión del periodista.

¿Se puede firmar el acuerdo? Depende de si en Beijing, a fines de septiembre, todo marcha de manera fluida en las negociaciones. Pero ¿cómo podemos ignorar y no ver por completo la realidad de la fe en China, todos los tipos de persecución y las dificultades que están teniendo lugar?

Este es quizás mi último artículo sobre el acuerdo chino-vaticano. Haciendo un cálculo aproximado, debo haber escrito al menos 30 artículos sobre este tema. Hace poco, un amigo me preguntó: "¿Tú, como muchos otros, te sientes aturdido por esto?".

Sonreí y me sentí avergonzado; no respondí. Sin embargo, todavía creo que "la sabiduría [de Dios] es justificada por todos sus hijos" (Lucas 7:35).

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