Europa y Beijing alcanzan un principio de acuerdo sobre inversiones

Tras siete años de negociaciones, las dos partes están dispuestas a cerrar un gran acuerdo que debería garantizar la reciprocidad de trato para los inversores europeos y chinos. El impulso de Merkel. Los parlamentarios de la Unión Europea critican el pacto: los vagos compromisos de China sobre el trabajo forzado; peligra la cooperación con el presidente Biden.

 


Bruselas (AsiaNews / Agencias) - La Unión Europea y China alcanzaron ayer un principio de acuerdo para concretar un importante pacto bilateral sobre inversiones, cuyas negociaciones se prolongan desde 2013. Un encuentro virtual entre los referentes europeos y el presidente chino Xi Jinping selló la conclusión de las tratativas políticas.

Con el impulso de la canciller alemana Angela Merkel - presidenta de turno de la Unión Europea - las conversaciones con Beijing se aceleraron en los últimos días. El punto de inflexión se produjo cuando Xi dio luz verde a mayores concesiones en términos de acceso al mercado interno chino y desarrollo sostenible.

Para la UE, el acuerdo servirá para equilibrar las relaciones económicas con el gigante asiático, acusado de recurrir a prácticas comerciales desleales como los subsidios a las empresas del Estado y el dumping social. Hace años que los europeos exigían reciprocidad de trato para sus inversores. Mientras las empresas chinas pueden operar casi libremente en Europa, las empresas europeas en China están obligadas a crear joint-venture con empresas locales y transferirles sus secretos tecnológicos e industriales.

Las revelaciones periodísticas sobre la existencia de campos de trabajo en Xinjiang, donde se obliga a cientos de miles de musulmanes uigures a realizar trabajos forzados, parecían haber socavado la posibilidad de cerrar un acuerdo. Las partes acordaron una fórmula que establece el compromiso de Beijing de implementar efectivamente los convenios de la OIT (Organización Mundial del Trabajo) que ya ha firmado y de "trabajar en la ratificación" de todos los restantes, especialmente el que se refiere a la lucha contra el trabajo forzado.

Varios eurodiputados han expresado su oposición a la firma del tratado. Ellos consideran que la situación en Xinjiang (y en Hong Kong) requiere compromisos más concretos de China sobre el respeto de los derechos humanos; también critican el viraje de Merkel en las negociaciones cuando faltan 20 días para la toma de posesión del nuevo presidente de Estados Unidos. En contraste con la línea de Donald Trump, Joe Biden propuso crear un frente transatlántico común para responder al desafío global lanzado por Beijing: una invitación que los europeos habían acogido con satisfacción en las últimas semanas.

La Comisión de la Unión Europea respondió a las críticas afirmando que el acuerdo con China aún no ha sido ratificado por el Parlamento Europeo. No se espera su plena aplicación hasta dentro de dos años, durante los cuales la Unión verificará el cumplimiento de los compromisos asumidos por el gobierno chino.