Xi Jinping relanza las reformas económicas (bajo la dirección del Partido)

En su viaje por el sur del país, el presidente chino celebró los 40 años de la creación del área económica especial de Shenzhen. La autosuficiencia productiva y tecnológica para vencer los desafíos del exterior. Xi quiere que la ciudad costera sustituya a Hong Kong y se convierta en el nuevo polo económico del país. Para el ala “liberal” del régimen, detrás de las reformas, hay una política neo-marxista.

 


Shenzhen (AsiaNews) – Con un discurso programático y el relanzamiento de reformas, Xi Jinping hoy celebró los 40 años de la inauguración de la zona económica especial de Shenzhen, uno de los motores del crecimiento chino. 

Para vencer los desafíos del exterior, el presidente chino destacó la necesidad de que el país refuerce el desarrollo local de nuevas tecnologías: una referencia velada a la guerra comercial con los EEUU, que llevan adelate un boicot mundial de las compañías chinas del rubro hi-tech, sobre todo del coloso de las telecomunicaciones, Huawei.  

En su visita del 12 de octubre al sur de China, Xi dijo que el mundo está por sufrir cambios sin precedentes, como quedó demostrado por la pandemia de coronavirus, con el crecimiento del proteccionismo, del unilateralismo y las amenazas a la seguridad; en este escenario, China deberá apostar más y más a una autosuficiencia, sobre todo en el campo de la innovación. 

El presidente procura un sistema basado en la producción y el consumo internos. El objetivo es pasar de una economía de alto crecimiento a una economía del “alta calidad”. Se considera que Shenzhen es un modelo a seguir, que será exportado al resto de China (donde se crearán nuevas zonas especiales): Sin embargo aún está pendiente la resolución de algunos problemas, como la falta de espacio para desarrollarse y los servicios públicos, inadecuados. Se dará mayor autonomía a la ciudad costera en aquellas zonas consideradas clave para el éxito de las nuevas reformas.

Además, Shenzhen deberá convertirse en el motor para el desarrollo del área conocida como la “Gran bahía” (Hong Kong, Macao y Guangdong), algo que impactará en la realización de “un país, dos sistemas”: de forma indirecta, es una degradación de Hong Kong, que hasta ahora era considerada el polo económico de China y su puerta al exterior. 

En su discurso, Xi reafirmó el compromiso del país para llevar adelante “reformas y aperturas”, el camino trazado por Deng Xiaoping hace 40 años. Sin embargo, confirmó que será el Partido Comunista Chino (PCC) el que guíe el desarrollo de la economía.

Para muchos analistas, el líder chino en realidad procura fomentar una mayor intervención estatal en la economía. El 15 de septiembre, el PCC impartió una directiva con la cual pide a las empresas privadas que “Acepten su dirección”. Según el documento, el Partido deberá ejercer su liderazgo, tanto para marcar el rumbo de los negocios del sector privado como para decidir contrataciones y despidos en sus empresas, lo cual inaugura un retorno a la economía planificada, controlada por el régimen.

El giro neomarxista de Xi está siendo criticado por el ala liberal del PCC, que exige un mayor espacio para las compañías privadas y la protección de sus inversiones. Por dar un ejemplo, tal es la propuesta de Li Youwei, una personalidad reformista, ex secretario del Partido en Shenzhen y, en los años ‘90, artífice del boom económico de la ciudad. Si bien la economía privada ha crecido significativamente en China, él destaca que el sector todavía no cuenta con una protección legal adecuada.