Mons. Nikolaj Dubinin, primer obispo católico ruso
de Vladimir Rozanskij

Franciscano conventual de 47 años de edad, formó parte del primer grupo del Seminario mayor reabierto en 1993. Es un signo del crecimiento espiritual y social de la pequeña comunidad católica en la Federación Rusa.


Moscú (AsiaNews) - La Oficina de Prensa vaticana ayer comunicó que Papa Francisco ha designado a un obispo auxiliar para la arquidiócesis de la Madre de Dios, en Moscú. Se trata del padre Nikolaj Dubinin, un franciscano conventual de 47 años de edad. Es el primer obispo católico de nacionalidad rusa desde la reconstrucción de las estructuras eclesiásticas, tras la caída del comunismo. Para la Federación Rusa, es también un signo del crecimiento espiritual y social de la pequeña comunidad católica y de su plena integración al tejido cultural e histórico del país en el cual predomina una mayoría ortodoxa. 

El padre Nikolaj formó parte del primerísimo grupo de seminaristas del Seminario mayor reabierto en Moscú en 1993.  A fuerza de oración y mediante una serie de manifestaciones, los miembros del Seminario “reconquistaron” la Catedral de la Inmaculada Concepción y lograron que se le restituyera su antigua sede en San Petersburgo, donde continúa funcionando en la actualidad. Desde 1995, Dubinin ingresó a la familia franciscana, como miembro de la comunidad de los conventuales, que en aquél entonces, en Moscú,  estaban bajo la guía del padre Grzegorz Cioroch, docente del Seminario y a partir del 2001, custodio de la Provincia franciscana de Rusia. El padre Grzegorz perdió la vida en un accidente de auto, cuando regresaba a Rusia luego de visitar Polonia. Tenía solo 42 años. El nombramiento del padre Nikolaj también es un tributo a la obra del padre Grzegorz, uno de los primeros misioneros en la Rusia de los años ‘90, además de fundador de las Ediciones Franciscanas rusas y de la Enciclopedia católica rusa. 

Por otro lado, la presencia de un obispo auxiliar para la diócesis de Moscú es una necesidad que ya fuera expresada en los años ‘90 por el entonces arzobispo Tadeusz Kondrusiewicz, actual arzobispo de Minsk, en Bielorrusia. Los católicos, a pesar de no ser numerosos, están presentes en todo el país, y la arquidiócesis de la Madre de Dios, en Moscú, comprende las “dos capitales”, Moscú y San Petersburgo, situadas a más de 700 kilómetros de distancia la una de la otra.  Hay otras ciudades importantes como Pskov, Kursk, Vladimir y Nizhnij Novgorod, que también son muy distantes entre sí, por no hablar del enclave báltico de Kaliningrado. Mons. Dubinin acompañará al arzobispo italiano Mons.  Paolo Pezzi, inaugurando una nueva temporada para el clero local. 

Con los recientes proyectos de ley y disposiciones gubernamentales se ha complicado aún  más la acción de los misioneros extranjeros en Rusia, y la situación afecta a todas las religiones. Si bien los católicos tienen excelentes relaciones con la Iglesia ortodoxa y con las autoridades rusas, las dificultades para obtener los permisos de residencia permanente, o a largo plazo, siguen vigentes. Los sacerdotes locales no alcanzan para cubrir todas las necesidades pastorales de un territorio tan vasto; los primeros sacerdotes del Seminario de San Petersburgo fueron ordenados en 1999 y el mismo Dubinin se hizo sacerdote en el año 2000. Ahora se aguarda una nueva maduración, no solo de las vocaciones locales, sino también de la vida de tantas comunidades y familias católicas rusas que ya han superado el cuarto de siglo desde su fundación.