Covid-19: desde Egipto hasta los Emiratos, se atenúan las restricciones para el Ramadán

En Dubái, reabren los cafés y restaurantes, y los negocios y centros comerciales funcionan con horario reducido. A partir del 26 de abril vuelve a funcionar el transporte público. El Cairo reduce el toque de queda, pero permanece el máximo alerta en el país que registra el mayor número de contagios. En Irán, se busca dar un “respiro a la economía”. Un mes sagrado “triste” en Cisjordania y en Gaza. 

 


Dubái (AsiaNews/Agencias) - Desde los Emiratos Árabes Unidos hasta Egipto, son varias las naciones musulmanas del Oriente Medio y del Norte de África que, azotadas por la pandemia de coronavirus, han atenuado las clausuras, restricciones y el toque de queda para el Ramadán, el mes sagrado de ayuno y oración que comenzó ayer. Las autoridades de Dubái han dispuesto la reapertura de los cafés y restaurantes; las tiendas y centros comerciales funcionarán desde el mediodía hasta las 10 de la noche, pero con una capacidad limitada, al 30%.  

Según informan las autoridades locales, el transporte público (subterráneos inclusive) volverá a funcionar a partir del próximo 26 de abril. Además, en todo el territorio de los Emiratos, se reducirá en dos horas el horario de toque de queda impuesto para limitar la difusión de la epidemia. Desde hoy, regirá desde las 10 de la noche hasta las 6 de la mañana. 

En estas horas, Egipto también ha decidido aligerar las restricciones sobre sus ciudadanos, permitiendo la reapertura de algunos negocios y modificando el toque de queda nocturno. La medida fue anunciada ayer por el Primer Ministro Mostafa Madbouly, pese a que el país continúa registrando una situación crítica, con el número más alto de contagios desde que se inició la epidemia, en el mes de febrero. Ayer se confirmaron 232 casos nuevos de Covid-19 y 11 víctimas; el número total de infectados se elevó a 3891, con 287 muertos por el nuevo coronavirus. 

A pesar de que la situación sigue siendo compleja, El Cairo ha decidido acotar el toque de queda, que comenzará a las 9 de la noche (una hora más tarde, en comparación con las últimas semanas) y terminará a las 6 de la mañana. Sigue vigente el decreto de clausura de las mezquitas y la prohibición de realizar asambleas y reuniones publicas, incluso para rezar; se invita a los ciudadanos a observar el Ramadán desde sus hogares. 

Con un país dividido entre quienes piden la prosecución de las medidas restrictivas y los que presionan por su aligeramiento, las autoridades de Irán han optado por aplacar las restricciones para dar un “respiro a la economía”, como explicó el presidente Hassan Rouhani. El número de contagios muestra una disminución en todas las provincias, en la nación del Oriente Medio más azotada por el nuevo coronavirus. Sin embargo, los científicos temen que se produzca una segunda o tercera oleada de nuevos casos, con el peligro de una ulterior escalada en el número de víctimas. Así todo, hace dos días volvieron a abrir sus puertas los parques, algunos centros comerciales y tiendas; los negocios de bajo riesgo también tienen permiso para reanudar sus actividades, pero el gobierno continúa exigiendo que se respete un “inteligente distanciamiento social”. También se ha permitido el desplazamiento entre distintas provincias; en cuanto al empleo, hay cuando menos cuatro millones de personas que podrían perder el trabajo o sufrir un importante recorte del salario. 

Entre las naciones que han decidido aliviar las restricciones también figura Argelia, que a partir de hoy reducirá el horario de toque de queda nocturno y deja sin efecto el cierre total de una provincia (Blida) que limita con la capital, Argel. Sin embargo, siguen en pie las recomendaciones a la población: se pide “estar alerta” y se aclara que las medidas “podrán variar en base a la evolución de la situación epidemiológica”. 

Por último, se perfila un Ramadán triste para los musulmanes de Cisjordania y de la Franja de Gaza, “demasiado pobres para comprar, y demasiado aterrados para encontrarse”. A causa de la pandemia de Covid-19, se prohíben las asambleas y encuentros multitudinarios, las reuniones y oraciones en grupo y también las cenas en familia (Tarawih). Ammar Bakir, un habitante de Jerusalén Oriental, confirma que “no hay fieles, no hay personas y el cierre de la mezquita de al-Aqsa influye considerablemente en la población”. Normalmente, en estos días, decenas de miles de personas y hasta cientos de miles acuden al lugar para la oración, que ahora, será transmitida desde el interior de la mezquita.