Turquía, acusado de 'terrorismo' el monje que alimentó a la guerrilla del PKK

Sefer (Aho) Bileçen había sido blanco de la policía por compartir comida y agua con los milicianos. No negó las acusaciones, pero dijo que actuó de acuerdo con la fe cristiana. Se enfrenta a 15 años de cárcel. Aún no hay noticias sobre el destino de la pareja cristiana secuestrada hace un mes.


Estambul (AsiaNews) - La justicia turca ha hecho oficial la acusación al monje Sefer (Aho) Bileçen, de la iglesia de Mor Yakup en Nusaybin, en la provincia de Mardin, detenido el 9 de enero con dos fieles. En realidad, el sacerdote asirio había terminado en la mira de las fuerzas de seguridad por compartir comida [un trozo de paz y agua, ndr.] con un miembro del PKK, el proscrito Partido de los Trabajadores del Kurdistán en Turquía, cuyo líder Abdullah Öcalan ha estado en prisión desde 1999.

El sacerdote fue detenido el 9 de enero junto con otros tres cristianos en el sudeste del país, en una zona de mayoría kurda, escenario de enfrentamientos y violencia con el ejército turco; en la base del arresto hubo una denuncia anónima de que estaba distribuyendo alimentos a miembros del PKK. Después de pasar unos días en detención, fue liberado sin cargos formales.

De hecho, en los últimos días se ha sabido que la fiscalía -siguiendo las directrices de las autoridades turcas- ya ha presentado una denuncia formal por "terrorismo" el 16 de enero, pero sin comunicar la noticia a la parte en cuestión hasta el 8 de febrero. En el acta de acusación hay algunas denuncias anónimas y un informe policial que data de 2018, según el cual hubo repetidas visitas al monasterio de personas vinculadas a grupos y combatientes extremistas.

Durante los cuatro días de su arresto en enero, el monje Bileçen fue sometido a repetidos interrogatorios por las fuerzas de seguridad. En base a los cargos, si es declarado culpable, se enfrenta de siete años y medio hasta un máximo de 15 años de prisión. En la denuncia, la fiscalía acusa al monje de no haber informado de la visita de los milicianos y terroristas a sus propias instalaciones, a pesar de que conoce bien su identidad.

Para los investigadores, el monje no negó haber ofrecido comida y agua a los milicianos. Sin embargo, ha insistido repetidamente en que lo hizo sólo en respuesta a los preceptos de su fe cristiana, no por razones políticas, sociales o ideológicas. El monasterio está situado en el sudeste de Turquía, en una zona de mayoría kurda, que durante décadas fue escenario de un conflicto muy enconado entre el ejército gubernamental y los milicianos independentistas del PKK.

Al comentar la historia, Jon Koriel, presidente del Assyrian Policy Institute (API), habla de "profunda preocupación" por una acusación basada en "cargos injustificados" y el "mensaje" de intimidación que se envía "al resto de la comunidad asiria en Turquía". Apelamos a las autoridades turcas", concluye, "para que retiren todos los cargos.

Finalmente, un mes después, el destino de Hurmüz Diril y su esposa Şimoni Diril, una pareja de ancianos cristianos secuestrados el 11 de enero en su pueblo natal de Meer, aún permanece envuelto en el misterio. Uno de sus hijos, un sacerdote caldeo que vive en Estambul sigue pidiendo oraciones, aunque el paso del tiempo sin noticias no le hace ser optimista.