Después de la visita del Papa, la amistad entre budistas y católicos es aún más profunda
de Paolo Fossati

Habla el vice abad del Templo real de Wat Phra Chetuphon. “El Santo Padre es simple, gentil y sereno. El mundo tome ejemplo de él”. Cristianismo y budismo son similares a las alas del pájaro: trabajan juntas y permiten al ave poder volar”

 


Bangkok (AsiaNews) – Después del viaje apostólico del Papa Francisco a Tailandia (20-23 de noviembre), la amistad entre catolicismo y budismo es aún más profunda. Lo declara a AsiaNews, Phra Rajapariyattimuni (el Ven. Thiab Malai), vice abad del Templo real de Wat Phra Chetuphon Vimonmangkhalaram Rajwaramahawihan – conocido también como Wat Pho – y docente en la la Mahachulalongkornrajavidyalaya University (MCU), el más antiguo y prestigioso ateneo budista de Tailandia. 

“La visita de Su Santidad es el último capítulo de una casi cincuentenaria relación fraterna entre nuestras dos religiones. Ésta dio sus primeros pasos el 5 de junio de 1972, cuando el Papa Pablo VI recibió en audiencia a Somdet Phra Ariyavongsagatanana VII (nacido como Pun Puṇṇasiri y conocido con el título de Somdet Phra Wannarat ndr), 17mo Patriarca supremo de Tailandia y precedente abad de este Templo”, afirma el vice abad de Wat Pho. 

Phra Rajapariyattimuni recorre los más recientes encuentros que han consolidado esta amistad. El primero se dio hace más de un año: el 16 de mayo de 2018 (Video), una delegación enviada por la asamblea Sangha de Wat Phra Chetuphon (máxima autoridad religiosa del Templo) donó al Papa Francisco las traducciones en caracteres pali-tailandeses de las Sagradas Escrituras de Phra Malai, antiguo texto sagrado budista que el rey Rama VII regaló a Pío XI en 1934. De la delegación formaba parte Phra Rajapariyattimuni (Foto 1), que contribuyó al trabajo de 3 años en calidad del Comité para la transliteración.

Entre el 1° y el 11 de noviembre de 2018, el  Wat Phra Chetuphon festejó el 230mo aniversario del Templo. Para la ocasión el abad el Ven. Phra Thepweeraporn, el 9 de noviembre recibió a una delegación del Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso guiada por Mons. Ángel Ayuso Guixot, en ese tiempo secretario del organismo que ahora preside. Entre el 7 y el 9 de marzo de 2019, la asamblea Sangha de Wat Phra Chetuphon fue al Vaticano para participar en la conferencia “Religiones y los objetivos del desarrollo sustentable”, organizada por la Santa Sede y las Naciones Unidas (ONU). El evento representó una nueva ocasión para encontrar al Papa Francisco.

“Tailandia es un país budista, pero la amistad no tiene religión”, subraya el monje. “Por esto, la visita del Papa Francisco a nuestro país hizo felices a todos los tailandeses, monjes o laicos. Yo me encontré con Su Santidad 2 veces, e intercambié con él sólo pocas palabras. Sin embargo, pude notar que son 3 las características distintivas de su personalidad. l Santo Padre es ante todo un hombre simple: conduce una vida modesta pero es capaz de un pensamiento elevado; es una persona de corazón bueno, gentil hacia todos: basta ver cuando s detiene para besar a niños, ancianos. discapacitados; además el pontífice es está sereno, apaciguado desde cuándo tiene y no desea cosas pomposas. Todo el mundo, prescindiendo de la religión de pertenencia, debería tomar ejemplo de él y aspirar a estas 3 cosas: simplicidad, gentileza y apaciguamiento”.

“Estoy convencido que las religiones-prosigue Phra Rajapariyattimuni –tenemos todos la misma finalidad: educar a las personas para que no hagan cosas malas. Budismo y cristianismo aspiran a responder a las mismas preguntas: ‘¿Cómo podemos crear la paz, calma y armonía dentro de la sociedad?’. ‘¿Cómo servir a ocuparnos de los más débiles?’: ‘¿Cómo prevenir las guerras?’. Sobre las bases de tales preguntas, las 2 religiones pueden fundar una proficua colaboración. No obstante las diferencias, cristianos y budistas están llamados a responder a la misma llamada. Cristianismo y budismo son similares a las alas del pájaro: trabajan juntas y permiten al ave poder volar”. La amistad conduce a la colaboración y a través de esta última, a un camino común. De este modo, podemos hacer el bien y alcanzar la armonía”.

“En Tailandia-concluye el vice abad de Wat Pho- los cristianos trabajan dentro de una comunidad budista sin tener el objetivo de convertir a las personas. Lo mismo vale para los budistas. Cuando el Papa Juan Pablo II visitó Tailandia, yo era un joven monje de 23-24 años. En ese tiempo, algunos budistas no comprendieron el significado de su venida. Esta vez en cambio no hubo problemas, sólo felicidad. Yo soy testigo de la larga amistad entre budismo tailandés y catolicismo. En los días pasados, muchos budistas participaron en los eventos oficiales incluida la misa la misa en el Estadio nacional-una función religiosa cristiana. Esta es la prueba de la bella relación que nos une”.