La tragedia del camión frigorífico y la trata de chinos y vietnamitas

Crece el número de personas víctimas del tráfico de seres humanos. Cada año, miles de clandestinos ingresan al Reino Unido a través de los puertos europeos. Las historias y las fotos de los que han muerto en Essex conducen a los investigadores hasta una pista que los lleva a Francia.


Londres (AsiaNews/Agencias) – Todos los años, miles de clandestinos tratan de ingresar al Reino Unido a través de los puertos europeos, generalmente escondiéndose en vehículos. El último episodio que salió a la luz data de dos días atrás: en un aparcamiento cercano a una autopista, en la provincia de Amberes, la policía belga descubrió a 12 hombres escondidos en un camión frigorífico. Los agentes rescataron a 11 sirios y a un sudanés y los entregaron a los funcionarios de Inmigraciones. El 23 de octubre pasado, en Essex (en el sudeste de Inglaterra), los agentes británicos hallaron los cadáveres de 39 personas dentro de un camión frigorífico. El conductor del vehículo, que había llegado a Inglaterra a través del puerto belga de Zeebrugge, ahora está acusado de homicidio culposo, tráfico de seres humanos, inmigración ilegal y lavado de dinero. Los investigadores consideran que las víctimas podrían ser migrantes provenientes de Vietnam o China, que intentaban ingresar ilegalmente al Reino Unido. Aún no queda claro cómo murieron: si fue por congelamiento, o asfixiados.

Los camiones frigoríficos suelen ser un blanco fácil, ya que de esta forma es más fácil sortear los scanners térmicos en los controles fronterizos. El macabro hallazgo en Essex trajo al centro de la escena el creciente número de ciudadanos vietnamitas y chinos traficados en territorio británico. Según la National Crime Agency (NCA), tomando en cuenta los 702 casos registrados solamente en el 2018, la ciudadanía vietnamita es aquella más afectada en episodios de esclavitud, con la salvedad de británicos y albaneses. Al mismo tiempo, el número de víctimas chinas ha aumentado un 50%, pasando de las 293 del año 2017, a 451 – incluyendo 17 niños – el año pasado. El dato coloca a China en el cuarto puesto del triste ránking.

Al menos 25 de las 39 personas – ocho mujeres y 31 hombres – que murieron tras ingresar al Reino Unido a través del pequeño puerto mercantil de Purfleet (Essex) fueron identificadas como provenientes de Vietnam, muchas incluso venían del mismo pueblo, en el nordeste del país. Las nacionalidades de las otras víctimas aún no han sido confirmadas. La policía de Essex se niega a confirmar que los pocos documentos hallados en algunos cuerpos sean pasaportes chinos falsos. Sin embargo, el hecho de que la policía en un principio haya identificado a las víctimas como chinos genera interrogantes respecto a la participación de las tríadas en la trata.  

El tráfico de seres humanos, drogas y esclavas sexuales representan negocios multimillonarios en el Reino Unido. Los expertos afirman que el viaje desde Vietnam hasta Europa cuesta entre 10.000 y 40.000 dólares estadounidenses. Este monto ha sido confirmado por las familias de algunas de las 39 víctimas. Sin embargo, a esta cifra debe sumarse las deudas que las víctimas de la trata contraen antes de partir. Se espera que éstas salden la deuda a través del trabajo que se ven forzadas a realizar. Según el Ministerio del Interior británico, gran parte de las mujeres chinas traficadas terminan en salas de masajes y burdeles. Con 420 detenidas en el 2018, ellas representan el grupo más numeroso entre la población carcelaria femenina envuelta en delitos conectados con la Inmigración.  

Pero lo cierto es que las historias y las fotos de las personas que se presume han muerto en el camión frigorífico empujan a los investigadores a seguir una pista más, que conduce a Francia. El país es un cuello de botella en la red de traficantes: es visto como una suerte de trampolín hacia Londres. Sin embargo, si bien es fácil llegar a París desde Alemania, Bélgica o incluso desde Polonia, es mucho más difícil – y costoso – llegar al Reino Unido una vez que se está en territorio francés. Thi Hiep Nguyen, una de las mayores expertas en el tráfico de ciudadanos vietnamitas en Francia, subraya que para las bandas criminales “es más rápido encontrar un camión que vaya directo a Inglaterra desde Bélgica o Alemania, evitando París”. Y agrega: “Solo los más ricos pueden permitirse esa ruta. Las 39 víctimas de Essex no podían pagar este tipo de travesía. No tenían mucho dinero, y pagaron con su vida”.