Manifestaciones y enfrentamientos en el país. Cristianos y musulmanes exigen la dimisión del gobierno
de Pierre Balanian

El impuesto sobre los mensajes de Whatsapp y Facebook fue la gota que hizo rebasar ell vaso. Manifestaciones en Beirut, Nabatiyeh, Dawra, Jal el-Dib, Antelias y Jiye, al estilo de la Primavera Árabe. Escuelas y universidades permanecen cerradas. Un movimiento transversal que reúne a todas las confesiones y partidos. “¡Acabemos con la República feudal formada por líderes que solo piensan en enriquecerse! ”.


Beirut (AsiaNews) - Un proyecto de ley presentado por Mahmud Shukeir, ministro de Telecomunicaciones, que pretende imponer el pago de seis dólares mensuales a cualquiera que utilice Whatsapp o Facebook, se convirtió en la gota que hizo rebasar el vaso. En pocas horas, la ira de la gente desembocó en manifestaciones espontáneas, con personas de todas las edades y confesiones. A medida que oscurecía, el centro de la capital fue invadido por un grupo de manifestantes que a partir de las 21 horas fue creciendo hasta convertirse en una marea incontenible. Hacia la medianoche, las manifestaciones espontáneas se difundieron masivamente en otras zonas del país, desde Nabatiyeh en el extremo sur, hasta las zonas que limitan con Beirut, como Dawra, Jal el-Dib, Antelias y Jiye. A las 00.45, el ministro de Educación anunció que en el día de hoy permanecerán cerradas las escuelas y universidades debido a los cortes de calles por parte de los manifestantes. Desde Nabatiyeh, llegó la noticia de que un grupo de manifestantes había atacado la casa del diputado Hani Kbeissi. Otro grupo intentó irrumpir en la sede del Presidente del Consejo en Beirut, para ocupar el edificio. 

Hace meses que hay descontento entre los libaneses, por el elevado costo de vida, el aumento de los impuestos y la desocupación. Los últimos quince días han sido particularmente duros. Todo comenzó con el repentino aumento del tipo de cambio de la lira libanesa en relación con el dólar estadounidense. La moneda verde, que hace décadas permanecía estable, con un dólar equivalente a 1500 liras libanesas, de forma inexplicable llegó a rozar las 1510 liras en el tipo de cambio oficial, y 1640 en el mercado negro y en las casas de cambio. Los billetes estadounidenses prácticamente desaparecieron, y los bancos de negaron a entregar moneda en dólares. El motivo de esta crisis del dólar jamás ha sido revelado. Los rumores que circulan en los pasillos sugieren que la causa serían las sanciones americanas contra algunos bancos y contra Hezbollah, en tanto otras versiones aluden a un contrabando de dólares transportados y vendidos en Siria. El alza del cambio de la lira contra el dólar ha incrementado los precios al consumidor de todos los alimentos, que en el País de los Cedros se establecen en base a la moneda estadounidense. Cigarrillos, harina, pan, combustible: todo aumentó vertiginosamente. 

Otro factor que ha fomentado la indignación de los libaneses son los incendios que se propagaron durante dos días consecutivos en el territorio del Líbano (y también en Siria). En el Líbano, éstos fueron controlados gracias a una lluvia providencial y pusieron de relieve las lagunas existentes en el país, en lo que respecta a la mitigación de catástrofes naturales. Quedó claro que no existe un verdadero ente de Defensa Civil debido a la negativa del gobierno a crear y reforzar dicho organismo, aludiendo motivos confesionales. Existen dos entes de Protección civil: uno depende del Ministerio del Interior; el otro, funciona bajo la guía directa de la Oficina del Premier, pero ambos carecen de medios y presupuesto. Los incendios, que han convertido en cenizas miles de hectáreas de espacios verdes, han demostrado que los aviones antiincendios, adquiridos por cifras millonarias, fueron ineficaces y obsoletos, inutilizables. Para combatir el fuego, el gobierno tuvo que pedir ayuda a Chipre, que envió  dos aviones cisterna.

Por todas partes, el pueblo exige al unísono la dimisión del gobierno y de toda la clase política, sin excepción. El reclamo ha unido a musulmanes chiítas, sunitas, drusos, y a cristianos maronitas, melquitas, armenios, tanto viejos como jóvenes. Entre la juventud, algunos declaran: “Estamos asqueados, desocupados, sin esperanzas, nos roban, aumentan los impuestos, pero sin ofrecer a los ciudadanos ningún servicio social; y tampoco hay atención médica, educación ni pensiones sociales. Nos están hambreando: deben irse. ¡Acabemos con la República feudal formada por líderes que solo piensan en enriquecerse!”

Anoche, a las 22:30, el Ministro de Comunicaciones anunció el retiro de la propuesta de imponer tasas al uso de Whatsapp y Facebook, pero la gente en las calle ha decidido proseguir con la manifestación hasta lograr el retiro de toda la clase política, a la que consideran corrupta, y cuya impunidad es avalada por el sistema judicial. 

En medio de los manifestantes, por primera vez, también estuvieron presentes figuras religiosas. Un imán chiíta de Beirut comentó a AsiaNews que había salido a protestar a título personal, “contra la injusticia que padece el pueblo y contra el latrocinio de los gobernantes”. En Jal el Dib, un sacerdote maronita -que también participó, a título personal - se refirió al “derecho de los seres humanos a gozar de una vida buena y digna”. Un famoso presentador televisivo, Nishan, fue visto en las manifestaciones e invitó a cantantes y actores a salir a las calles y a unirse al pueblo en este momento histórico. 

El terror de los políticos es notable: por primera vez, surge un movimiento unitario libanés, libre de pertenencias religiosas, confesionales y partidistas. Fuentes de Mokhtara (en el  Chouf druso) han revelado a AsiaNews que el secretario del Partido Socialista Progresista, Walid Jumblat, se comunicó anoche por teléfono con el premier Saad Al Hariri, y le propuso que ambos presentaran su renuncia.

Las calles han sido cortadas luego de que algunos manifestantes incendiaron neumáticos y prometieron que no se retirarán hasta que el gobierno caiga. “No tenemos trabajo – dicen - no tenemos nada que hacer: resistiremos en la plaza hasta la caída del régimen”: definen al gobierno como un “régimen”, usando las palabras de la Primavera Árabe. La palabra a la orden del día es “Sawra” (Revolución)”. Anoche,  medida que pasaban las horas, la gente iba en aumento. Hacia las 2 de la mañana, las fuerzas del orden atacaron a los manifestantes, en un intento por dispersarlos. Cabe remarcar que años atrás, cuando las fuerzas del orden comenzaban a atacar a los manifestantes con cañones de agua y balas de goma, la gente se dispersaba y las manifestaciones llegaban a su fin.  Esta vez, la gente resiste y no se dispersa, está resuelta a permanecer en la plaza hasta la caída del gobierno.  

Se constatan incendios y daños en los edificios de la zona céntrica de Beirut. La gente destruye, expresando ira e intolerancia, decidida a no padecer ni soportar: “Son ellos los que nos han llevado a esto. Estamos sufriendo; ¡estamos hambrientos y pobres!”, gritan.