‘Cuerpos mutilados y huesos rotos’: la amenaza de Xi Jinping, contra los tibetanos y Hong Kong
de Wang Zhicheng

Muchos refugiados tibetanos presentes en Nepal se han manifestado, para protestar por la visita del presidente chino. La ira de Beijing contra Ted Cruz, quien aprecia el movimiento anti-extradición de Hong Kong. Para China, Cruz dice ‘mentiras descaradas” y “tonterías”. La intervención militar en Hong Kong “siempre es posible”.     


Beijing (AsiaNews) – El presidente chino, Xi Jinping, actualmente de visita en Nepal, ayer amenazó con destruir a cualquiera que se atreva a reclamar la independencia respecto a China y a cualquier fuerza externa que colabore con este proyecto.  

Según los medios nepaleses, Xi habría dicho: “Cualquiera que procure dividir a China en cualquier parte de la nación terminará con el cuerpo mutilado y los huesos rotos. Y cualquier fuerza externa que sostenga estas tentativas de dividir a China será calificada por el pueblo chino como un sueño inútil”. 

La frase amenazante se refiere ante todo a los numerosos refugiados que viven en Nepal, que han protestado por su visita y que han sido detenidos por el gobierno nepalés. Sin embargo, según los observadores, la advertencia también va dirigida a Hong Kong y a Taiwán.  

Una fuente de AsiaNews en China ha comentado: “En Hong Kong, siempre es posible una intervención militar”. 

Desde hace cuatro meses, en Hong Kong se despliega un movimiento “sin líder” que desafía al gobierno local, reclamando plena democracia y autonomía (pero no la independencia). Beijing considera este movimiento como una “revolución de color” que pretende la independencia y está siendo orquestada por “fuerzas extranjeras”, y en particular, por los EEUU. Hace dos días, la oficina de Asuntos Exteriores de Beijing criticó duramente al senador republicano Ted Cruz, de visita en el territorio, quien expresó su solidaridad con el movimiento anti-extradición, y juzgó el mismo como “no violento”.  Un vocero de dicha oficina de gobierno acusó a Cruz de decir “mentiras descaradas” y “tonterías”, defendiendo “elementos de extrema violencia”. 

De hecho, el movimiento es en su gran mayoría no violento. Sin embargo, existen sectores extremistas que, ante la rigidez del gobierno y la violencia policial, responden cometiendo vandalismos, destruyendo y arrojando bombas molotov. 

Las palabras de Xi también parecen dirigidas a Taiwán. El 10 de octubre pasado, con ocasión de los 100 años de la República de China, la presente taiwanesa Tsai Ing-wen defendió la autonomía de Taiwán, frente al intento de Beijing de engullir el territorio. Para Beijing, Taiwán es “una isla rebelde” que debe ser traída de vuelta – inclusive, por la fuerza– a la madre patria. 

Hace décadas que el Partido Comunista chino se muestra como garante de la unidad del país, dispuesto a combatir cualquier intento de autonomía o independencia.