Hong Kong, la marcha pacífica (ilegal) y los enfrentamientos nocturnos (Fotos y Videos)
de Bernardo Cervellera

Pese a que la policía había negado el permiso, decenas de miles de personas de todas las edades se volcaron a la zona céntrica para “pasear”. Policías, acusados de “mafiosos” y de actuar la ley de forma “selectiva”. Lanzamiento de piedras, ladrillos y bombas molotov contra la sede del gobierno. Importantes daños en las estaciones de la línea metropolitana. Grupos de “mafiosos de Fujian” se enfrentaron con manifestantes y periodistas en North Point. El Card. Zen pide orar por Hong Kong.


Hong Kong (AsiaNews) – Una marcha en el centro de Hong Kong, ilegal pero pacífica, dio lugar a enfrentamientos entre manifestantes y la policía, haciendo arder el centro de la isla en Admiralty, Wan Chai y Causeway Bay. Anoche y hasta poco antes de la madrugada, se desencadenaron enfrentamientos entre grupos pro-China, vinculados con la mafia, y manifestantes anti-China en la periferia de la isla, en North Point y Fortress Hill, provocando cuando menos ocho heridos. 

En su origen, la marcha debía ser organizada por el Frente Cívico por los Derechos Humanos, que reúne a muchos grupos pro-democracia, y que en las últimas semanas había organizado marchas pacíficas a las que adhirieron millones de personas. Así todo, la policía denegó el permiso, aduciendo motivos de seguridad. Sin embargo, el movimiento anti-extradición difundió la indicación de reunirse igualmente, reivindicando el derecho de asamblea, y aconsejando a sus seguidores dirigirse a Causeway Bay para ir de “shopping” y luego dar un “paseo” hasta la zona de Central, en Chater Garden, el área que rodea el antiguo edificio del parlamento. 

Desde las 14:30, en una jornada de calor sofocante, varias decenas de miles de personas se volcaron a Causeway Bay. La convocatoria reunió a padres y madres con sus niños, ancianos, y sobre todo, jóvenes. Muchos vestían la “divisa” del movimiento: camisetas de color negro y máscaras sobre el rostro. En una clara crítica contra China, que pretende destruir la sociedad liberal de Hong Kong al negar la democracia, muchos agitaban banderas americanas, británicas, australianas y las de Hong Kong cuando todavía era colonia inglesa. La crítica más fuerte se desplegaba en carteles donde las estrellas de la bandera de China popular formaban una esvástica, con la leyenda “Chinazi” (foto 3).

Algunas personas, con megáfonos, gritaban eslóganes que luego eran repetidos por la multitud (“Liberar a Hong Kong: revolución de nuestro tiempo”; “Hong Kong, ponle aceite [un último esfuerzo-ndr]”), entonando el canto “Gloria a Hong Kong”, devenido una especie de himno el movimiento

En Wan Chai, cuando el largo cortejo pasó junto a la sede central de la policía, los eslóganes se fundieron en uno solo, gritado una y otra vez, al unísono: “¡Mafiosos, mafiosos, mafiosos!”.  En alusión a la connivencia -que ha quedado probada por un vídeo- del apoyo policial a los grupos mafiosos en Yuan Long, que atacaron a manifestantes y transeúntes en las inmediaciones del subterráneo metropolitano, sin que las fuerzas del orden intervinieran para detener la violencia. Es más, en los últimos días, en los enfrentamientos que se suceden aquí y allá entre grupos a favor de China y manifestantes pro-democracia, es una constante que la policía arresta a los manifestantes vestidos de negro, dejando en libertad a los otros. Por ello, se la acusa de “aplicar la ley de forma selectiva”.  

En Admiralty, al pasar frente a la sede oficial del gobierno de Hong Kong, la gente levantaba el brazo con la mano abierta, para indicar las “cinco”, es decir, las cinco peticiones a las que el movimiento exige una respuesta del gobierno: eliminar la ley de extradición; no tipificar como “revueltas” los enfrentamientos violentos; retirar las acusaciones que pesan sobre los manifestantes arrestados durante los enfrentamientos y liberarlos sin condiciones; poner en marcha una investigación a fondo e independiente sobre el accionar de la policía y su connivencia con grupos mafiosos; implementar el sufragio universal.

Carrie Lam, a cargo del Ejecutivo, luego de tres meses de manifestaciones aceptó cancelar definitivamente la ley. Sin embargo, descartó la idea de poner en marcha una investigación independiente sobre la conducta de las fuerzas del orden y postergó a un futuro próximo los diálogos sobre la democracia. El gobierno ya había prometido entablar diálogos hace tres años, durante el acampe de Occupy Central, pero no hubo ningún gesto concreto al respecto. De hecho, los líderes de los acampes fueron arrestados y algunos jóvenes manifestantes pro-democracia terminaron excluidos de las elecciones parlamentarias. Por todo ello, como cuenta a AsiaNews un joven estudiante que quiere permanecer en el anonimato, “seguiremos adelante nuestras batallas, aunque más no sea los fines de semana, pero no nos rendiremos jamás”. 

El muro de silencio del gobierno ante las “Cinco peticiones, ni una menos” -como claman los jóvenes en uno de sus eslóganes- y la creciente violencia de la policía, que, según algunos, es orquestada directamente desde Beijing, justifica a los ojos de los jóvenes las acciones de guerrilla urbana que estallaron anoche. Cuando la marcha ya estaba llegando su fin, un centenar de jóvenes, vestidos de negro y con máscaras en el rostro, comenzaron a lanzar piedras, ladrillos y bombas molotov contra la sede de gobierno. La policía respondió con gases lacrimógenos y balas de goma lanzadas a la altura de los ojos. 

Ante el lanzamiento de cócteles Molotov, la policía respondió con camiones hidrantes, que lanzaron agua coloreada, mezclada con sustancias urticantes. Una molotov dio contra un vehículo y desató un incendio. Acto seguido, la horda de radicales destruyó la entrada de la estación del subte metropolitano (MTR) de Admiralty y provocó daños en las estaciones de Causeway Bay y Man Chai. Se acusa a la MTR de trabajar para la policía, permitiéndole ingresar a la estaciones y golpear a jóvenes manifestantes y pasajeros. Es más, la empresa se niega a difundir públicamente las filmaciones de las cámaras de seguridad que dan cuenta de lo sucedido en la estación de Prince Edward el 31 de agosto pasado. Ese día, decenas de policías irrumpieron en el lugar, lanzaron gases lacrimógenos y gas pimienta y apalearon a pasajeros y manifestantes, manteniendo a estación secuestrada durante horas. 

Hacia la noche, los incidentes más graves se produjeron en Fortress Hill y North Point. Grupos de personas de aproximadamente cuarenta años, vestidos de blanco y amarillo, agitaron bancos y sillas, palos, cuchillos de cocina y botellas con líquido inflamable contra los peatones, atacando inclusive a algunos periodistas. 

Otros, auto-definiéndose como miembros de la “mafia de Fujian”, se enfrentaron con los manifestantes vestidos de negro, y con los periodistas que filmaban la escena. Varias personas resultaron heridas. Algunos medios destacan que la policía defendió a los “mafioso de Fujian”, que los protegió de la multitud y se los llevó del lugar.

Ayer, mientras se sucedían los enfrentamientos en Admiralty y Wan Chai, el Card. Joseph Zen, obispo emérito de Hong Kong, realizó un encuentro de oración en la iglesia de la Virgen del Carmen, y pidió a los participantes que orasen por Hong Kong (foto 4).