Moscú, Fiesta de la Transfiguración: manzanas, barcos y renovación espiritual
de Vladimir Rozanskij

En la festividad se recuerda la “metamorfosis” del paganismo al cristianismo. Incluso los cambios sociales de la revolución son vistos como una “renovación tabórica”. El patriarca Kirill, en San Petersburgo. 


Moscú (AsiaNews) - Ayer, 19 de agosto, según el calendario ortodoxo y con gran participación popular, se celebró la Fiesta de la Transfiguración, también llamada la fiesta del “Salvador de las manzanas”. En efecto, los rusos recibieron a su manera la tradición heredada de los griegos, que atribuían a la fiesta la “metamorfosis” del paganismo al cristianismo, sustituyendo las bacanales de la cosecha de uvas con las manzanas. En la antigua Rusia, el licor popular era el hidromiel destilado artesanalmente en el campo; el vodka recién fue introducido por Pedro El Grande en el siglo XVIII, y fue importado de los países Bálticos, tras la conquista del territorio. 

En una famosa composición, el poeta Shmelev explica la bendición de las manzanas como una “corrección del pecado original”, ya que el fruto prohibido fue la causa de la caída de Adán y Eva. La bendición de las manzanas es como una “nueva creación”, fuente de continua inspiración en la Rusia de ayer y de hoy.  

La popularidad de la “luz tabórica” se arraigó en Rusia como signo de renacimiento, sobre todo luego de la larga noche del “yugo tártaro”. Testimonio de ello son los extraordinarios íconos de Teófanes El Griego y de Andrej Rublev, a principios del Siglo XV, y tanto otros iconos sobre el mismo tema, antiguos y nuevos, así como las numerosísimas iglesias rusas dedicadas, justamente, a la Transfiguración. 

No solo iglesias, sino también plazas, calles y pueblos ostentan el título de la Preobrazhenie, que es como de denomina, en ruso, a la revelación de Jesús a los discípulos Pedro, Juan y Santiago. Es famosísimo el primer buque de asalto con 66 cañones, llamado precisamente Preobrazhenie Gospodne, que a fines del siglo XVIII se cubrió de gloria, a las órdenes del legendario contralmirante Ushakov. El regimiento de la guardia imperial más antiguo, que fue protagonista de tantos acontecimientos de la historia rusa y que congregaba a la élite de la aristocracia, se llamaba Preobrazhenskij Polk.

La Transfiguración ha sido exaltada por muchos poetas rusos e incluso por los cantores de la revolución, como Blok y Esenin, que veían los cambios sociales como una “transformación espiritual”. El mayor escritor ruso, Lev Tolstoj, describe el alma rusa en la “transfiguración” de Natasha Rostova, la protagonista femenina de La Guerra y la Paz

En la fiesta se recita el moleben, dando gracias a Dios “por los dones de la tierra”, como de hecho hizo el patriarca Kirill (Gundjaev) al presidir la liturgia de la vigilia en la Catedral de la Virgen de Kazán, en San Petersburgo, su ciudad natal. Construida en el Siglo XIX, con un pórtico que imita el de San Pedro, en Roma, la catedral también fue “transfigurada” y restituida al culto después de décadas sacrílegas del régimen soviético, durante el cual ésta fue transformada en Museo del Ateísmo. El patriarca subrayó su deseo de celebrar precisamente en la Kazanskaja para magnificar el milagro del renacimiento espiritual de Rusia en los últimos años. 

El día de la fiesta, Kirill presidió el rito en otra catedral petersburguesa, la del Salvador Transfigurado, donde recordó los 265 años de su consagración. Se trata de una de las pocas iglesias que siempre permanecieron abiertas -incluso después de la revolución- y donde el joven Kirill celebraba cuando era monje, y luego, obispo. En ella, se custodia el icono venerado por Pedro El Grande, el “Salvador, no pintado por mano humana”, bendecido por el patriarca en memoria del mismo zar reformador.