Patriarca maronita: diversidad religiosa y cultural, para salvar al Líbano de la deriva

Para el purpurado es esencial “salir” de la lógica del sí e ir hacia el otro. Esta es la “clave” del diálogo “en familia” y en la “vida social y nacional”. Al gobierno la tarea de realizar el plan de la recuperación económica y financiera, atacando al “contrabando”. Apoyo de los docentes en dificultad y perseguir el objetivo de la “justicia de la verdad” contra torturas y violencias.

 


Beirut (AsiaNews/OLJ)- Los libaneses deben reconciliarse con “la diversidad cultural y religiosa” que caracteriza al país de los Cedros. Es cuanto afirmó el patriarca maronita. el Crad. Beshara Raï. volviendo una vez más sobre las tensiones que animan a una nación definida “a la deriva”, a causa de las decisiones de políticos e instituciones incapaces de salvaguardar un mosaico único en el mundo. “Salir de sí mismo e ir hacia el otro- subrayó el purpurado a los fieles en la misa dominical- es la clave del diálogo y del vivir común, en familia como también en la vida social y nacional”. 

Desde la sede patriarcal de verano de Dimane, en el Norte del Líbano, el Card. Raï explicó que sin esta apertura “la vida social se disgrega” y queda sujeta “a los antagonismos de las pertenencias partisanas y políticas”. En el plano nacional, agrega, se multiplican “las enemistades” y la crisis se agrava mientras se multiplican los “discursos acusadores” en los medios y en la red.

El purpurado auspicia que el gobierno sea capaz de aplicar el plan de recuperación económica y financiera, desarrollado recientemente en la cumbre en Baabda. La condición, advierte, es que el Estado “controle el contrabando en los puertos y en los aeropuertos, como también en las fronteras, una realidad que los dirigentes conocen demasiado bien”.

Dirigiéndose a la dirigencia del Estado, políticos e institucionales, el patriarca maronita pidió hacerse cargo del pago de los 6 meses de sueldos atrasados, que les corresponden a los docentes de las escuelas privadas. Muchos de éstos, en los últimos días, salieron a las calles a protestar contra los emolumentos perdidos. El Card. Raï puso en guardia contra los despidos que las escuelas serían obligadas a realizar y de la crisis social que derivarían en caso de una falta de apoyo.

“Como cristianos y libaneses- subrayó- estamos obligados a difundir la cultura del diálogo (...), la cultura de la justicia en la verdad, lejos de la opresión, de coacción obtenida mediante golpes y torturas, finalizadas a la extorsión de falsos testimonios. La referencia es contra las acusaciones lanzadas recientemente contra la dirigencia de los servicios de seguridad interna y de su director Imad Osman, que habría utilizado “dossier laborados con arte” y aplicado “torturas” contra los detenidos en las celdas más escondidas de la institución. 

El día precedente, el 17 de agosto, el purpurado patrocinó una cena organizada por la universidad del Santo Espíritu de Kaslik, organizada por la Fundación maronita en el mundo; un evento en honor de un centenar de jóvenes maronitas que ganaron en los meses pasado un concurso organizado en los 16 países de la diáspora maronita en el mundo. 

Al finalizar de la alegre cena, los participantes se encontraron en presencia del purpurado, el nuncio apostólico en Líbano, Mons. Joseph Spiteri, del superior de la Orden libanesa maronita Nehmetallah Hachem  y de los máximos cargos de la Fundación. Entre las varias intervenciones sobresalen aquellas de 3 personalidades maronitas, presentadas como modelos para los jóvenes: Tom Barrack, consejero del presidente de EEUU, Donald Trump; Gilbert Chaghouri, empresario en Nigeria; Riad Salamé, gobernador del Banco del Líbano. Los tres han subrayado el carácter cultural y político excepcional y fuera de los común que caracteriza al país.