Beijing le declara la guerra a las manifestaciones de Hong Kong
de Paul Wang

Zhang Xiaoming, el director de la Oficina para Hong Kong y Macao, se reunió con 500 delegados, parlamentarios y hombres de negocios favorables a Beijing, en la ciudad de Shenzhen. Las manifestaciones de Hong Kong se han convertido en una “revolución de color”, similar a la que devino en la caída de la URSS. Posible uso del ejército para restablecer el orden y la ley. Un joven estudiante fue arrestado de manera preventiva. En Internet, Diba, un grupo de trolls, disemina el desprecio por los jóvenes manifestantes. 

 


Shenzhen (AsiaNews) – Una guerra que se despliega en varios frentes -político, económico, social, informático- fue lanzada ayer por Beijing contra las manifestaciones que se vienen sucediendo en Hong Kong desde hace nueve semanas. En un inicio, motivadas por el reclamo de cancelar la ley de extradición a China -y apoyadas por jóvenes, activistas, abogados, empresarios y gente común y corriente-, las protestas se han transformado en un movimiento que también exige una reforma democrática del territorio. En las últimas semanas, la dureza del gobierno y de la Jefa del Ejecutivo, Carrie Lam -sorda a los reclamos de la opinión pública- y la respuesta cada vez más férrea de la policía, han desencadenado enfrentamientos -inclusive violentos - entre las fuerzas del orden y los manifestantes. A raíz de ellos se produjeron arrestos, pese a que las manifestaciones fueron, casi en su totalidad, no-violentas. Los reclamos de los manifestantes -que llegaron a convocar a más de dos millones de personas- siguen siendo los mismos: retirar definitivamente la ley de extradición, no tipificar como “revueltas” los enfrentamientos violentos; retirar los cargos contra los manifestantes arrestados durante los enfrentamientos y ponerlos en libertad sin ninguna precondición; poner en marcha una investigación pormenorizada e independiente sobre el uso excesivo de la fuerza por parte de la policía; implementar el sufragio universal en las elecciones del territorio. 

El gobierno chino,que se ha mantenido en silencio por varias semanas, el 29 de julio respaldó plenamente al Ejecutivo y a la policía de Hong Kong a través del vocero de la Oficina de Enlace entre China, Hong Kong y Macao.  En otra conferencia de prensa mantenida el 6 de agosto se reafirmó el apoyo a Carrie Lam y a la policía, pero hubo un freno respecto al posible uso del ejército chino para restablecer el orden.  Más bien se exhortó al “pueblo de Hong Kong” a hacer frente a las manifestaciones que amenazan poner en crisis la economía del territorio. En los días previos, tuvieron lugar enfrentamientos de grupos ligados a las Tríadas con manifestantes y peatones indefensos.

 

Desde Shenzhen

A partir de ayer, la estrategia china comenzó a vislumbrarse con mayor claridad. Zhang Xiaoming, el director de la Oficina para Hong Kong y Macao, acompañado por Wang Zhimin, responsable de la Oficina de Enlace de Hong Kong, realizó un seminario a puertas cerradas en Shenzhen. Al evento fueron invitados 500 personalidades del mundo de los negocios, parlamentarios -favorables al gobierno- del Parlamento de Hong Kong, delegados del territorio en la Asamblea Nacional Popular (el parlamento de Beijing) y en la Conferencia Política Consultiva del Pueblo Chino: el núcleo de poder pro-China en el territorio.  

Los medios solo pudieron asistir al seminario en los primeros 10 minutos. Algunas fuentes han recalcado que Zhang dijo que las protestas en Hong Kong se han vuelto muy similares a una “revolución de color” y que hay que “salvaguardar nuestra patria e impedir que Hong Kong se hunda en un abismo”. Las “revoluciones de color” con las que estallaron hacia el año 2000 en los países que solían pertenecer a la ex URSS, y China tiene un enorme terror de ellas. Hace años que el miedo de terminar como la URSS se ha apoderado de la conducción del Partido Comunista chino, dando lugar a un control absoluto sobre los medios, activistas, ONG y grupos religiosos. 

Zang ha reafirmado, una vez más, el apoyo al gobierno y a la policía de Hong Kong, subrayando que los delegados presentes deben respaldar a Carrie Lam, ya que es el único modo de “restablecer el orden”. De un modo más claro que otras veces, él dijo que si la crisis crece y excede el control del gobierno local, Beijing no se quedará mirando de brazos cruzados, dejando entrever la posibilidad de que el ejército chino pueda ser desplegado para restablecer la ley y el orden. Si bien él dejó abierta la posibilidad de una investigación independiente -un reclamo de los manifestantes-, dijo que esa no es la cuestión más urgente y que se pospondrá hasta que la situación esté más calma. 

Algunos legisladores y delegados de Hong Kong enseguida expresaron comentarios positivos sobre las palabras de Zhang. Entre ellos, podemos mencionar a María Tam, Elsie Leung, Regina Ip, Ip Kwok-him. Este último opinó que “todos los jóvenes de las manifestaciones” están siendo manipulados desde el exterior, recalcando lo que los medios chinos vienen diciendo hace tiempo. 

 

En Hong Kong

En tanto, en Hong kong, la policía se muestra cada vez más intransigente. Hace dos días, cinco policías vestidos de civil arrestaron a Keith Fong Chung-yin, de 20 años, líder de la asociación estudiantil de la Baptist University. En el barrio de Sham Shui Po, Fong acababa de comprar 10 lapiceras que emiten rayos láser, de las que suelen utilizarse en juegos. Los agentes lo arrestaron, con la acusación de que las lapiceras serían utilizadas contra ellos. Según la policía, durante las manifestaciones, los jóvenes apuntan rayos láser hacia los ojos de los policías, lo cual provoca daños graves en la vista. 

A causa del arresto preventivo, más de 1000 personas -entre ellas, muchos estudiantes que son compañeros de Fong- se manifestaron frente a la comisaría policial de Sham Shui Po, lanzando ladrillos y escribiendo eslóganes sobre los muros, mientras las fuerzas del orden lanzaban gases lacrimógenos para dispersar a la multitud. 

Anoche, otro centenar de estudiantes se reunió en Hong Kong Space Museum en Tsim Sha Tsui, iluminando la cúpula del edificio con los rayos láser, y a modo de broma, hacían comentarios del tipo: ¿Ya se está quemando el edificio? (foto 2).  

 

En la web

En las últimas semanas, un grupo nacionalista chino, que fue elogiado por los medios estatales, comenzó a librar una guerra informática contra los sitios y personas vinculados a las protestas contra el gobierno. El grupo, que se denomina “Diba”, es famoso por los ataques “troll” (mensajes provocadores, con el objetivo de perturbar la comunicación y los ánimos). 

Los perfiles de algunas personalidades de Hong Kong fueron inundados de críticas y en los sitios, a los manifestantes se los definió como “cucarachas”, “juventud de basural”, “zombies amarillos” (por el casco que los jóvenes llevaban colocado durante las manifestaciones), “perros”. Al referirse a los trolls, la gente de Hong Kong los llama “wumao”, “cinco centavos (de yuan)”, que es lo que se gana trabajando para la policía de la web, al criticar los posts donde se critica a China.  

Los Diba se han vuelto muy poderosos en Facebook, Weibo y Tieba, alcanzando los 20 millones de lectores. Diba no tiene lazos con el Partido Comunista, pero sus campañas sobre la política china y sobre política exterior están alineadas con la posición del gobierno de Beijing.