La Meca: entre tradiciĆ³n y modernidad, dos millones de peregrinos se preparan para el Hajj

La mayor peregrinación musulmana se realiza en el último mes del calendario islámico, el  Dhu Al Hijjah. Riad ha movilizado una dotación de 350.000 personas para garantizar la seguridad. Se ha impedido el ingreso de fieles provenientes del Congo, debido al ébola. Los líderes musulmanes lanzan una advertencia a los fieles: basta de selfies y mensajes en los lugares santos. Las mujeres deberán estar acompañadas por el mahram.


Riad (AsiaNews/Agencias) - Más de dos millones de musulmanes de todo el mundo están ultimando preparativos para participar en el Hajj, la tradicional peregrinación mayor hacia La Meca y Medina, los lugares santos del islam, que constituye uno de los cinco pilares de la religión de Mahoma. El evento coincide con el último mes del calendario islámico, el  Dhu Al Hijjah, y este año su realización está prevista del 9 al 14 agosto. Se llama a los fieles a cumplir una serie de rituales, que el profeta mismo llevó a cabo hace siglos. 

Las autoridades sauditas informan que el gobierno ha movilizado una dotación de 350.000 personas de varios sectores, desde policías a personal de ambulancias, para garantizar la seguridad de los peregrinos. Se ha prestado particular atención al peligro de la propagación de enfermedades: por ello, Riad ha dispuesto la prohibición del ingreso de musulmanes provenientes de la República Democrática del Congo (RDC), donde está en curso una gravísima epidemia de ébola. 

“El otorgamiento de visas de ingreso -subraya, en un comunicado, el ministerio de Relaciones Exteriores saudita- para las personas provenientes de la República Democrática del Congo ha sido bloqueado”. Cerca del 3% de la población congolesa profesa la religión musulmana, en tanto los peregrinos del África subsahariana representan el 10% de los fieles que se desplazan hacia La Meca, estimados en 2 millones.

El Hajj es considerado uno de los cinco pilares del islam, y todo buen musulmán debiera realizarlo al menos una vez en la vida. Arabia Saudita frecuentemente ha utilizado políticamente el permiso para llegar a La Meca; hace años que a los sirios se les prohíbe visitar la ciudad santa musulmana. 

La crisis entre Riad (sunita) y Teherán (chiíta), todavía vigente entre las dos grandes potencias de la región, ha impedido que los ciudadanos iraníes viajasen al reino en el 2016. En el pasado, la plana de líderes de Riad terminó en la mira de algunos imanes, que declararon que el gobierno saudita usaría el dinero proveniente del turismo religioso para financiar el terrorismo islámico.  

La peregrinación es vista como un gesto especial de devoción; sin embargo, con la difusión de los smartphones y las redes sociales, las personas parecen pasar más tiempo tomándose fotografías y selfies en lugares santos, para actualizar sus páginas personales o enviar mensajes, que cumpliendo los rituales previstos por la tradición. Es por ello que la Academia islámica de Coventry advirtió: “Antes de partir, se deberán desactivar todas las cuentas de las redes sociales y evitar tomar fotografías o enviar mensajes que no sean indispensables”. Son momentos “preciosos”, advierte el instituto, “por eso, no desperdicien el tiempo y úsenlo para dar gracias a Alá”.  

En estos días, cientos de miles de personas están llegando al reino saudita para participar en el evento y adoptar los rituales previstos por la tradición. Para las mujeres, sigue valiendo la regla de que para participar en la peregrinación, deberán estar acompañadas por un hombre, el mahram, siempre y cuando no sea factible casarse con él: por tanto, deberá ser el hijo, el padre o un hermano. 

Durante el Hajj, los fieles entran en un estado particular de pureza, conocido con el nombre de “Ihram”, que implica la obligación de vestirse con prendas de color blanco y llevar a cabo rituales específicos en materia de limpieza e higiene personal. Este “estado” peculiar conlleva simultáneamente la prohibición de realizar 11 acciones puntuales: la prohibición de mantener relaciones sexuales o conversaciones de trasfondo sexual en presencia de mujeres; realizar acciones que Alá juzgaría obscenas o transgresoras; cazar animales o ayudar a alguien a esconderse; usar perfumes o esencias; rasurarse, quitarse el vello o cortarse el cabello; cortarse las uñas; para los hombres, llevar prendas de vestir cosidas; calzar zapatos que cubran el hueso central del dorso del pie; cubrirse la cabeza con una gorra; para las mujeres, cubrirse el rostro, pero si se está en presencia de un hombre que no es su mahram, el rostro debe estar cubierto, pero el material no debe tocar la cara; por último, está prohibido causar daños de cualquier tipo, tanto material como físico, a otro musulmán.