Chen Jiangang, abogado por los derechos humanos, está a salvo en los EEUU
de Wang Zhicheng

En el pasado abril trató de volar a EEUU, pero fue bloqueado en el aeropuerto. Había defendido a su colega Xie Gang, del grupo “709”, acusando a la policía de violencias y torturas. Temía amenazas de “desaparición forzada, de tortura y hasta de muerte”.

 


Beijing (AsiaNews)- Un abogado por los derechos humanos, al cual le fue prohibido dejar China, llegó a salvo a los EEUU con su familia. En un comunicado difundido ayer por su amigo, Chen Jiangang afirma que llegó al aeropuerto JFK  de Nueva York, durante la noche del 3 de agosto. En abril pasado él había tratado de dejar Beijing para ir a Seattle, donde había sido invitado por un año para estudiar inglés, pero las autoridades chinas se lo impidieron.

Chen forma parte del grupo de abogados por los derechos humanos que en 2015 han sufrido una dura represión con el arresto de cerca de 300 de ellos. La operación de policía fue denominada “709”, que se realizó el 9 de julio de ese año. Los abogados por los derechos humanos son un grupo de personalidades del mundo legal- entre éstos hay muchos cristianos protestantes y católicos- que aprovechando de las estrecheces de la ley china, trató de garantizar justicia a los campesinos cuyas tierras habían sido expropiadas, a comunidades cristianas subterráneas, a miembros del movimiento espiritual Falun Gong, y a disidentes. Muchos de ellos salieron de la cárcel muy probados desde el punto de vista físico y psicológico, a causa de las sufridas torturas

Chen defendió a uno de los abogados más en vista del grupo, Xie Yang y ausó a la policía de torturas y violencias contra su colega.

El 3 de mayo pasado él fue raptado por la policía junto a su familia- esposa y 2 hijos- y luego condenados a arrestos domiciliarios.

En el comunicado difundido ayer, Chen explica. “Me pusieron frente a amenazas de parte de responsables que representan al gobierno chino, por haber defendido claramente la ley, en el cuadro de una práctica normal. Estas amenazas me pusieron en el peligro de una desaparición forzada, de tortura o hasta de muerte”. 

Chen no explicó cómo logró dejar China, pero agradeció a amigos y organizaciones por los derechos humanos por su ayuda: “sin ellos- escribió- nuestra familia no habría podido alcanzar la libertad”.