China encerró a más de 1 millón de personas del etnia turcófana en campos de concentración. Países occidentales y Turquía han denunciado la violación a la libertad religiosa. El pedido de Dolkun Isa, presidente del World Uyghur Congress.
Washington (AsiaNews/Agencias) – “Muchos países musulmanes continúan callándose” sobre la persecución de los uigures, es más, sostienen la represión” hacia ellos: “es una vergüenza porque nosotros somos musulmanes y sufrimos una persecución religiosa”. Es cuanto declaró Dolkun Isa (Foto), presidente del World Uyghur Congress recibiendo el premio National Endowment for Democracy (Apoyo nacional por la democracia), fundado por el Congreso de los EEUU para la promoción de la democracia del mundo.
El premio, una estatuilla que recuerda a la diosa de la democracia- la estatua erigida por los estudiantes en la plaza de Tiananmen en 1989- fue confirmado hace 2 días, en ocasión de los 30 años de la masacre de estudiantes y obreros en la plaza de Beijing.
Los uigures, etnia turcófana que vive en Xinjiang, pide desde hace decenios una mayor autonomía política y económica, pero Beijing los acusa de separatismo y de terrorismo, justificando una áspera política de control militar.
En los meses pasados, también la ONU acusó a Beijing de haber construido campos de concentración para extirpar el radicalismo de más de 1 millón de uigures realizando el lavado del cerebro. Beijing se defiende diciendo que tales campos son en cambio lugares de adiestramiento profesional para la población allí encerrada.
Hasta ahora esta práctica- que recuerda el estilo nazi- fue condenada por los países occidentales y por Turquía, pero muchos otros países islámicos permanecieron en silencio. Para Isa China está violando la libertad de religión de la población uigur, obligándola a comer carne de cerdo, a beber alcohol y a no ayunar durante el Ramadán. “Si ellos se niegan- explica- son acusados de estar radicalizados”.