Yakarta recupera la calma tras dos noches de violencia
de Mathias Hariyadi

El presidente Widodo promete “tolerancia cero” con los revoltosos. Hay cientos de personas arrestadas en toda la capital. Las autoridades ponen restricciones a las redes sociales y medios, para prevenir la difusión de fake news. Obispos: “Estamos preocupados por la falta de unidad nacional”.


Yakarta (AsiaNews) – Esta mañana, las calles del centro de Yakarta han vuelto a la calma, tras dos noches de enfrentamientos entre las fuerzas de seguridad y cuantos cuestionan el resultado de las elecciones del mes pasado, que han concedido al presidente indonesio Joko Widodo un segundo mandato. Widodo se muestra abierto al diálogo “con todo aquél que quiera contribuir al progreso de la nación”, y promete “tolerancia cero” con quien amenace la democracia. El candidato derrotado, Prabowo Subianto, invita a sus sostenedores a regresar a su casas y descansar, tras haberlos exhortado a “evitar la violencia física”.  Los obispos indonesios manifiestan que están “preocupados por la falta de unidad nacional” y condenan los desórdenes, a la vez que invitan a guardar respeto por la Constitución y la ley. En tanto, las autoridades adoptan medidas orientadas a limitar temporalmente el uso de las plataformas de redes sociales, a fin de prevenir la difusión de noticias falsas y contenidos que inciten al odio.

Los manifestantes reunidos frente a la sede central de la Agencia de Control Electoral (Bawaslu) comenzaron a dispersarse en las primeras horas del día. Algunos se retiraron del barrio de Petamburan, la base operativa del movimiento islamista Islamic Defender Front (FPI). Los grupos reunidos en otras zonas de la capital también se dispersaron. Cientos de personas fueron arrestadas en toda Yakarta, incluyendo a 72 individuos que participaron en la revuelta frente a la sede de la Bawalsu, a 156 de los enfrentamientos en Petamburan y 29 de la revuelta en Gambir. Se ha constatado que muchos de los manifestantes provienen de lugares alejados de Yakarta (provincia de Banten, Java Central y Java Occidental), y la policía ha encontrado que algunas personas registradas llevaban consigo sobres conteniendo dinero. El vocero de la Policía Nacional, el inspector Gral Muhammad Iqbal, ayer declaró que “los incidentes son premeditados y los manifestantes recibieron dinero para generar el caos”.

Pocas horas después de las declaraciones de Iqbal, el presidente Widodo convocó a una conferencia de prensa en el Palacio de Estado, con la presencia de la cúpula de las fuerzas armadas (foto 2), Entre los altos oficiales se encontraba el mariscal y jefe de la Fuerza aérea Hadi Tjahjanto, el comandante en jefe de las Fuerzas Armadas indonesias (TNI), y el Gral Tito Karnavian, jefe de la policía. “No toleraré ningún intento de obstaculizar la seguridad pública, el proceso democrático o la unidad de nuestro país”, declaró Widodo. El general Wiranto anunció que las autoridades ya han identificado a los provocadores y a los “verdaderos actores” detrás de la violencia. A pesar de que ya poseen algunas pruebas, los investigadores aún necesitan de fundamentos legales para entregar a estas personas a la justicia.

Esta mañana, los obispos indonesios difundieron una declaración con respecto a la violencia desatada en los últimos días. El documento lleva la firma de Mons. Vincentius Sensi Potokota y del Pbro. Paulus Christian Siswantoko, presidente y secretario ejecutivo de la Komisi Kerawam – la Comisión de Laicos de la Conferencia Episcopal (KWI). “Estamos muy preocupados -se lee en la nota- por el hecho de que no estemos unidos como nación, ni siquiera frente al anuncio de la Comisión Electoral General (Komisi Pemilihan Umum – KPU) sobre los resultados oficiales [de las elecciones]. Apreciamos mucho lo actuado por la KPU y la Bawaslu, por el esfuerzo que sus funcionarios han realizado a fin de facilitar las operaciones de votación. Condenamos firmemente todo acto de violencia y anarquía, ya que para nosotros, estos no son un modo apropiado de expresar la divergencia y las opiniones contrarias: éstas no hacen más que nublar nuestro proceso democrático. Mostremos respeto por nuestra Constitución y nuestras leyes, porque este sistema legal garantiza nuestros reclamos de justicia. Esperamos que los líderes políticos y religiosos demuestren su importante rol de promotores de la cohesión y se vuelvan guardianes de la ética y de la vida social”.