Para los lìderes de Occupy Central, penas de hasta 16 meses de prisión
de Paul Wang

Los académicos Benny Tai y Chan Kin-man fueron llevados a prisión. El pastor Chu Yi-ming fue condenado, pero la sentencia quedó en suspenso a causa de su avanzada edad y estado de salud. No hubo sentencia para la parlamentaria Tania Chan, que debe ser operada por un cáncer de cerebro dentro de dos semanas. Ser “ingenuos” en la democracia y en la creencia en el principio de “una anciòn, dos sistemas”. Benny Tai, cristiano protestante: “Estoy en paz y lleno de esperanza”.  

 


Hong Kong (AsiaNews) – Los tres mayores líderes de Occupy Central, una de las experiencias de desobediencia civil más masivas en la historia del territorio, fueron condenados a 16 meses de prisión; otros seis colaboradores fueron sentenciados a penas más leves.

Benny Tai, profesor de Derecho, y Chan Kin-man, profesor de Sociología, recibieron 16 meses y ya se encuentran en la cárcel. El pastor Chu Yiu-ming, de 75 años, también fue condenado a 16 meses, pero el cumplimiento de su pena quedó en suspenso a causa de su avanzada edad y su estado de salud. Todos ellos fueron condenados por conspiración orientada a perturbar el orden público y por incitación a ello.

Otros miembros del grupo recibieron sentencias de ocho meses de prisión y cumplimiento de cierta cantidad de horas en tareas comunitarias. Para la parlamentaria Tanya Chan, de 47 años, no se dictó sentencia: su abogado hizo una presentación del precario estado de salud de la mujer, que padece un cáncer en el cerebro y debe ser operada dentro de dos semanas.

Las sentencias fueron emitidas por el juez Johnny Chan Jong-herng, de la Corte de West Kowloon.

El magistrado definió a los condenados como unos “ingenuos”, por pensar que podrían traer la democracia al territorio con un mero “chasquido de dedos”.

El movimiento de Occupy Central estalló en septiembre de 2014 y prosiguió con un acampe que duró cuatro meses, luego de que Beijing anulara los reclamos de sufragio universal de la mayoría de la población del territorio, imponiendo un método de elección del jefe del Ejecutivo por parte de un comité (elegido mayormente por Beijing), que opta de una lista de candidatos (elegidos por Beijing).

Al comentar el veredicto, Chan Kin-man resaltó que quizás, efectivamente, ellos han sido “mucho más ingenuos al creer en ‘una nación, dos sistemas’, el eslogan con el cual Beijing siempre prometió que el territorio habría de tener un alto grado de autonomía.

A su llegada a la corte, los imputados fueron recibidos por un grupo de activistas pro-democracia que llevaban vistosos paraguas amarillos y vestían remeras estampadas con la leyenda: “Yo no fui incitado”, dando a entender que la participación de las más de 800.000 personas en el acampe fue una decisión completamente libre y personal.

Los paraguas amarillos se han convertido en el símbolo del movimiento, ya que muchos jóvenes los utilizaron para protegerse de los camiones hidrantes de la policía.

También estuvo presente un grupo de personas favorables a Beijing, que gritó eslóganes como “Ahora deben pagar”.

Benny Tai es un cristiano protestante. Antes de ingresar en la corte, junto a otros presentes, rezó y cantó algunos himnos. Y comentó: “Estoy en paz y lleno de esperanza”.