Faisalabad: liberada la joven cristiana raptada, convertida y vendida como esposa

Shalet Javet testificó contra su raptor delante de la Alta corte de Lahore. Está preparada para “hacerlo una y otra vez, hasta cuándo no será encarcelado”. La joven de 15 años fue usada como esclava del sexo. “No es verdad que me convertí al islam por elección mía”, declara con valentía.


Islamabad (AsiaNews/Agencias)- Shalet Javed, la joven cristiana de 15 que fue raptada, vendida y dada como esposa a un hombre musulmán después de haber sido convertida por la fuerza, fue salvada de las manos de su torturador. Llorando, pero con gran valentía, narró ella misma delante del juez de la Alta corte de Lahore su terrible experiencia, hecha de torturas y repetidas violaciones. Al voluntario de la  British Pakistani Christian Association (BPCA) que está siguiendo el caso, dijo: “No es verdad que me convertí al islam por elección mía, fui obligada bajo amenaza. Jamás he perdido la esperanza. Continuaba rezando a Dios y le suplicaba que me liberase de mi humillante esclavitud.

La cuestión de Shalet, de 15 años es del 15 de marzo. La joven vive en el pueblo de Dhandra,, en el distrito de Faisalabad. Después de una pelea con un hermano, se fue de su casa y se refugió en lo de una amiga de familia, la señora Goshi (36 años), que la consideraba como una tía y vive en Salam Pura (a pocos Km de su pueblo). A la noche, cuando la madre Tasleem (35 años) vuelve a casa y no encuentra a la hija, inicia a buscarla. Goshi niega haberse encontrado con la joven, pero frente a la insistencia de Tasleem que la amenaza de denunciar todo a la policía, admite que la joven se encuentra en compañía de otra señora de nombre Rukhsana (42). Esta última confiesa que vendió a la joven cristiana a Rafel, un musulmán de 28 años, conocido por las autoridades por el tráfico de mujeres. La semana sucesiva, la familia recibe una carta que contiene el certificado de bodas islámico (Nikkat) de la hija con un musulmán de nombre Zafar Iqbal.

Gracias a las presiones de la Ong BPCA, la policía- al inicio reacia- registra la denuncia e inicia las investigaciones. A las 3 de la mañana del 10 de abril realizan un allanamiento en la habitación de Zafar, pero descubren que el hombre logró escapar antes de la llegada de los policías, gracias a una soplada. Pero la fuga precipitada del musulmán permitió a la joven Shalet poder aprovecharse de la distracción y poder escapar.

La joven narró que logró escapar, y que luego pidió a un peatón poder usar su celular para hacer una llamada. Así pudo llamar a sus padres Tasleem y Javed Masih que fueron a buscarla al instante. Al magistrado le dijo: “Fui usada como una esclava del sexo para satisfacer a mi marido, torturada y brutalizada. Pensé que mi vida ya estaba perdida, hasta que no tuve la oportunidad de escapar”.

A los activistas que la han ayudado agregó: “Dios escuchó mis plegarias y ahora estoy de nuevo con mi mamá y mi papá. Estoy tan agradecida al Señor. Fui violada y abusada por mi raptor, pero él no logró destruir mi espíritu. Hablé en el tribunal y testificaré siempre, hasta cuando el monstruo no será encarcelado. Jamás se debe hacer a ninguna otra lo que me hizo a mí”.

Wilson Chowdhry, presidente de la BPCA, subraya: “El caso de Shalet revela la verdad sobre los violadores musulmanes: esto es una terrible insinuación para cuando ellos afirman que las jóvenes cristianas se convierten en modo voluntario. Su confiarse en Dios, en modo incondicionado y su fe no obstante las adversidades, son un testamento para todos nosotros”.