Culto baptista interrumpido por la policía. La persecución contra los grupos no ortodoxos
de Vladimir Rozanskij

La comunidad evangélica baptista de Verkhnebakanskij (Novorosíisk) está registrada ante el gobierno, pero no posee un edificio de culto y se reúne en domicilios de particulares. Según miembros de la policía, “todas las sectas baptistas, adventistas, pentecostales y demás son culpables de dividir la unidad espiritual del pueblo ruso”, y tienen que ser prohibidas.  


Moscú (AsiaNews) – En Verkhnebakanskij, un sector de la ciudad rusa de  Novorosíisk, la policía interrumpió una celebración religiosa de una comunidad evangélica baptista, aplicando la “ley Jarovoj" que prohíbe cualquier manifestación religiosa en domicilios particulares. El hecho sucedió el pasado 7 de abril.

Uno de los miembros de la comunidad, en cuya casa se celebraba el encuentro de oración, Evgenij Kokory, denunció y comentó el caso en Facebook, haciendo un llamamiento dirigido al presidente Vladimir Putin, en su calidad de “garante de la Constitución”. La comunidad estaba reunida para la liturgia cuaresmal de la Anunciación, que se celebra en armonía con el calendario ortodoxo. Durante el rito de la fracción del pan –la comunión, en el rito protestante- la policía irrumpió en el lugar sin previo aviso, acompañada por un representante de la comuna y por un miembro de la FSB, la policía política, junto a milicianos vestidos en uniforme de cosacos.

La comunidad está registrada ante las autoridades, ateniéndose a lo que marcan las normas, pero al no disponer de un edificio de culto, se reúne habitualmente en las casas de los fieles. Al producirse la irrupción, había 70 miembros de la comunidad, entre ellos, varios ancianos y niños. Las fuerzas del orden se dirigieron a los presentes “con epítetos vulgares y con gritos, amenazando a las mujeres y prohibiendo que se filmase con cámaras de video y celulares”. Los representantes de la FSB se apoderaron del altar junto a un policía, perturbando e impidiendo el desarrollo del culto, ofendiendo a los presentes de distintas maneras.

El reclamo de Kokory se concluye con un llamamiento, dirigido “a usted, Vladimir Vladimirovich, para que intervenga a fin de detener estos abusos, sobre todo en una ciudad heroica como Novorosíisk [famosa por la resistencia contra los nazis], donde la libertad de conciencia es violada de manera brutal por los representantes del Estado”.

Al día siguiente, el pastor fue a ver al dirigente local de la FSB, y mantuvo un coloquio de una hora y media, en el cual se refirió a la historia y a la situación actual de la comunidad, y a los hechos sucedidos el día domingo. Según el testimonio del mismo pastor, “el hombre de los servicios, una persona muy culta y competente en cuestiones históricas y religiosas, incluso recitó el Credo ortodoxo de memoria.... luego de decirme que todas las sectas –baptistas, adventistas, pentecostales y demás- son culpables de dividir la unidad espiritual del pueblo ruso, y que por ello deben ser prohibidas”.

El pastor y los fieles interrogados entendieron que tales declaraciones no son la opinión personal de un funcionario, sino una directriz de las autoridades estatales. Con respecto a la irrupción del día domingo, el responsable local de los servicios de seguridad dio a entender que semejantes acciones “de provocación” por parte de la policía no son casuales, sino que tienen como objeto suscitar una reacción de parte de los miembros de las comunidades que están bajo la mira, y tomar medidas más radicales para imponer el orden “religioso” a nivel local.

Al respecto, los fieles baptistas recuerdan que “continuaremos reuniéndonos como sea, porque este es un mandato del Salvador... es difícil asustar a los creyentes, nuestro abuelos y padres pasaron por cosas peores en los tiempos soviéticos”.

Las autoridades de Novorosíisk igualmente confirmaron la prohibición de reunirse a rezar en las casas, una medida que es aplicada con un rigor cada vez más extremo en todo el territorio de Rusia, en relación a las distintas comunidades protestantes.