Papa en Marruecos: diálogo entre los fieles para rechazar la intolerancia y la violencia en nombre de Dios

Francisco en su primer discurso en Rabat habla de fraternidad entre cristianos y musulmanes. “Es esencial desarrollar y asumir constantemente y sin ceder la cultura del diálogo como camino que hay que recorrer; la colaboración como conducta; el conocimiento recíproco como método y criterio”. “Un cambio de disposición hacia los migrantes, que los afirme como personas”.

 


Rabat (AsiaNews) – Diálogo entre cristianos y musulmanes para afirmar la convivencia rechazar la intolerancia y la violencia en nombre de Dios, apertura hacia quien está obligado a dejar su tierra y también la defensa de la naturaleza. Son los objetivos que el Papa Francisco se propone en la visita a Marruecos, comenzada hoy, expuestos ya en el primer encuentro de Francisco con el rey Mohammed VI, las autoridades del país, los representantes de la sociedad civil, el cuerpo diplomático acreditado en el país y el pueblo marroquí.

Es la ceremonia de bienvenida, que se realizó en la explanada de la Tour Hassan en Rabat. El Papa, llegado poco después de las 14, fue recibido en el aeropuerto con una insólita lluvia, además por el rey Mohammed VI. La ceremonia de bienvenida, con himnos, honores militares y representaciones de las delegaciones se desarrolló poco después en la ciudad.

Segunda visita papal a Marruecos, 30 años después del histórico discurso de Juan Pablo II en Casablanca, Francisco naturalmente puso en primer plano el diálogo interreligioso también con expresas referencias al Documento sobre la fraternidad humana, que él firmó en Abu Dhabi el 4 de febrero de 2019 junto al rector de la universidad de Al- Azhar, Muḥammad Aḥmad al-Tayyib, considerado la más alta autoridad exponente del islam sunita. El mismo rey, por otro lado, en su saludo afirmó la necesidad de diálogo, tolerancia y respeto entre las personas de credos diversos.

Francisco, que definió a Marruecos como “puente natural entre África y Europa”, afirmó que para construir un mundo más solidario es “esencial desarrollar y asumir constantemente y sin cedimientos la cultura del diálogo como camino que hay que recorrer, la colaboración como conducta; el conocimiento recíproco como método y criterio (cfr. “Documento sobre la fraternidad humana”, Abu Dhabi, 4 de febrero de 2019). Y este camino que estamos llamados a seguir sin jamás cansarse, para ayudarnos a superar juntos las tensiones y las incomprensiones, las máscaras y los estereotipos que llevan siempre al miedo y a la contraposición; y así abrir el camino a un espíritu de colaboración proficua y respetuosa. De hecho, es indispensable oponer al fanatismo y al fundamentalismo la solidaridad de todos los creyentes, teniendo como referencias inestimables de nuestro obrar los valores que nos son comunes. En esta perspectiva, estoy contento de poder visitar dentro de poco el Instituto Mohammed VI para imanes, predicadores y predicadoras, deseado por Vuestra Majestad, con la finalidad de dar una información adecuada y sana contra todas las formas de extremismo, que llevan a menudo a la violencia y al terrorismo y que, en cada caso, constituyen una ofensa a la religión y a Dios mismo”.

“Un diálogo auténtico- dijo- nos invita a no subestimar la importancia del factor religioso para construir puentes entre los hombres y para afrontar con suceso los desafíos precedentemente evocados. De hecho, en el respeto de nuestras diferencias, la fe en Dios nos lleva a reconocer la eminente dignidad de todo ser humano, como también de sus derechos inalienables. Nosotros creemos que Dios creó a los seres humanos iguales en derechos, deberes y dignidad y que los llamó a vivir como hermanos y a difundir los valores del bien, de la caridad y de la paz. Es por esto por que la libertad de conciencia y la libertad religiosa- que no se limita a la sola libertad de culto sino que debe permitir a cada uno a vivir según la propia convicción religiosa- están inseparablemente unidas a la dignidad humana. En este espíritu, siempre necesitamos pasar de la simple tolerancia al respeto y a la estima por los otros”.

Francisco que esta mañana, antes de partir, se encontró con dos familias de migrantes marroquíes, recordó en el discurso de Rabat que en Marruecos se realizó la Conferencia intergubernamental sobre el Pacto mundial para una migración segura, ordenada y regular que “adoptó un documento que quiere ser un punto de referencia para la entera comunidad internacional. Al mismo tiempo, es verdad que falta aún mucho para hacer, especialmente porque se necesita pasar de los compromisos tomados con aquel documento, al menos a nivel moral, a acciones concretas y especialmente a un cambio de disposición hacia los migrantes, que los afirme como personas, no como números, que reconozca en los hechos y en las decisiones políticas los derechos y la dignidad”.

El último tema afrontado por el Papa fue la tutela de la naturaleza. “El genuino diálogo que queremos desarrollar- dijo- nos lleva también a tomar en consideración al mundo en el cual vivimos, nuestra casa común. Por lo tanto, la Conferencia internacional sobre los cambios climáticos, COP 22, que se realizó también aquí en Marruecos, confirmó una vez más la toma de conciencia de muchas Naciones sobre la necesidad de proteger el planeta en el cual Dios nos puso para vivir y contribuir a una verdadera conversión ecológica para un desarrollo humano integral”. Es en una verdadera solidaridad entre las naciones y los pueblos para encontrar “soluciones justas y duraderas a los flagelos que amenazan la casa común y la supervivencia misma de la familia humana” junto a un “diálogo paciente y prudente, franco y sincero, que podemos esperar encontrar respuestas adecuadas, para invertir la curva del calentamiento global y lograr erradicar la pobreza (cfr. Enc. “Laudato si”, 175).