Papa: en los Emiratos, comienza una nueva página en el diálogo entre Cristianismo e Islam

En la audiencia general, Francisco recorrió las etapas del viaje que acaba de realizar. En el Documento sobre la Fraternidad Humana, “juntos, afirmamos la vocación común, de todos los hombre y mujeres, a ser hermanos, en tanto hijos e hijas de Dios; condenamos todas las formas de violencia, especialmente aquellas que se revisten de motivaciones religiosas y nos comprometemos a difundir en el mundo los valores auténticos y la paz”. 


Ciudad del Vaticano (AsiaNews) – El viaje del Papa Francisco a los Emiratos Árabes Unidos “ha escrito una nueva página en la historia del diálogo entre Cristianismo e Islam y en el compromiso de promover la paz en el mundo, cimentados en la fraternidad humana’. Es lo que dijo el Papa en su discurso durante la audiencia general del día de hoy.

En las palabras dirigidas a las siete mil personas presentes en la Sala Pablo VI, Francisco resaltó, en particular, el valor de la fraternidad, fundada sobre un origen común, Dios, y las visiones en común respecto al hombre y la sociedad, contenidas en el documento firmado junto al Gran Imán de Al-Azhar.    

Por último, Francisco dedicó un pensamiento a los hechos ocurridos el sábado pasado, cerca del archipiélago de las Bahamas, donde “se hundió un barco que llevaba a bordo decenas de migrantes provenientes de Haití, en busca de esperanza y de un futuro de paz. Mi pensamiento lleno de afecto –dijo- se dirige a las familias probadas por el dolor, así como al pueblo haitiano, azotado por esta nueva tragedia. Los invito a unirse a mi oración por todas las personas desparecidas dramáticamente y por los heridos”.

Previo a ello, Francisco resaltó que el viaje, que fue “breve, pero muy importante” estuvo conectado con el encuentro del 2017 en Al-Azhar, en Egipto.

“Por primera vez –prosiguió- un Papa visitó la península árabe. Y la Providencia ha querido que fuese un Papa llamado Francisco, 800 años después de la visita de San Francisco de Asís al sultán al-Malik al-Kamil. He pensando muchas veces en San Francisco durante este viaje: me ayudaba a guardar en el corazón el Evangelio, el amor de Jesucristo, mientras vivía los distintos momentos de la visita; en mi corazón estaba el Evangelio de Cristo, la oración al Padre [pidiendo] por todos sus hijos, especialmente por los más pobres,  por las víctimas de las injusticias, de las guerras, de la miseria…; la oración para que el diálogo entre el Cristianismo y el Islam sea un factor decisivo para la paz en el mundo de hoy”.  

 

Francisco luego agradeció a las autoridades árabes por la hospitalidad mostrada y a Mons. Paul Hinder, vicario apostólico de Arabia del Sur, “que ha preparado y organizado el evento para la comunidad católica”. El Papa dedicó un recuerdo especial a la posibilidad que tuvo de saludar al primer sacerdote que fue a estas tierras. Francisco contó que él está ciego, en silla de ruedas, pero “tiene una sonrisa...”.

El Papa luego resaltó que al tomar la palabra luego de los coloquios con las autoridades, en su discurso durante el encuentro inter-religioso en Abu Dabi, “centré la atención en el valor de la fraternidad fundada sobre nuestro origen común en Dios, de quien deriva la dignidad inviolable de toda persona. Por tanto, es imposible justificar el acto de violencia que fuere en nombre de Dios; es más, eso lo ofende gravemente y contradice el espíritu de la religión. Pero, ¿Cómo custodiar, realmente, como hermanos, la familia humana? Esto es posible mediante el coraje de la alteridad, el diálogo y la oración. Sólo así la paloma de la paz podrá realmente levantar vuelo, con las dos alas: la educación y la justicia”.

“Además de los discursos, en Abu Dabi, se dio un paso más: el Gran Imán de Al-Azhar y yo hemos firmado el Documento sobre la Fraternidad Humana, en el cual juntos afirmamos la vocación común de todos los hombres y mujeres a ser hermanos, en tanto hijos e hijas de Dios; condenamos todas las formas de violencia, especialmente aquella que se reviste de motivaciones religiosas, y nos comprometemos a difundir en el mundo los valores auténticos y la paz. Este documento será estudiado en las escuelas y en las universidades de muchos países”. Y sirve para que crezca la fraternidad humana. En una época como la nuestra, en la cual hay una fuerte tentación de ver en acto un enfrentamiento entre la civilización cristiana y la islámica, e incluso de considerar las religiones como fuentes de conflicto, hemos querido dar un ulterior signo, claro y decidido, de que, muy por el contrario, es posible encontrarse, es posible respetarse y dialogar, y que aún en la diversidad de las culturas y de las tradiciones, el mundo cristiano y el islámico aprecian y protegen los valores en común: la vida, la familia, el sentido religioso, el honor por los y el respeto por las personas mayores, la educación y los jóvenes, y tantos otros”.

Francisco recordó, por último, que en los Emiratos Árabes Unidos “vive aproximadamente un millón de cristianos, e incluso más: trabajadores originarios de varios países de Asia”. Y al referirse a la celebración de la misa, dijo: “¡Eran muchísimos! Dicen que el estadio tiene una capacidad para 40.000 personas, y con las pantallas instaladas afuera, fueron 150.000”. “En la misa, que fue concelebrada con los patriarcas, los arzobispos mayores y los obispos presentes, rezamos de una manera especial por la paz y la justicia, con una intención particular por el Oriente Medio y por Yemen”.

“Este viaje –concluyó- pertenece a las ‘sorpresas’ de Dios. Alabémoslo entonces, a Él y a su Providencia, y recemos para que las semillas esparcidas den frutos según su santa voluntad”.