Card. Sako a los nuevos obispos de Mosul y Bagdad: trabajar por la Iglesia e Irak

El purpurado preside la misa de consagración del nuevo arzobispo y del auxiliar de Bagdad, que se celebra en la catedral de San José. A Mons. Najij pide reconstruir el tejido social y eclesiástico de la metrópolis del norte, ex capital del Isis. Y reconstruir la confianza con los musulmanes. El pedido a los fieles: apoyar a vuestros obispos en su misión.

 


Bagdad (AsiaNews)- Amar la Iglesia Caldea “reforzando la unidad” en la relación con el patriarca y todos sus componentes; amar a la “madre patria” Irak, fuente “de nuestra identidad” y “trabajar duro por su estabilidad”, para “poder alcanzar la paz” y “moverse hacia el progreso y la estabilidad”. Es la invitación que el patriarca caldeo, el Card. Louis Raphael Sako dirige al nuevo arzobispo de Mosul y al auxiliar de Bagdad, en la homilía de la consagración episcopal celebrada hoy (en la Foto, un momento de la ceremonia) en la catedral de S. José. El purpurado recuerda a ellos haber “heredado la fe de Santo Tomás”, el apóstol de la iglesia oriental y que deberán “guiar” su “pueblo al Señor”.

Para la comunidad caldea y por todo Irak hoy es una jornada de fiesta, porque celebra de hecho el retorno a pleno título de un pastor en aquellas que, por años, fue el bastión del Estado islámico (EI, ex Isis) y en el cual los yihadistas cometieron terribles atrocidades. Al padre dominico, Najib Mikhael Moussa la tarea de reconstruir el tejido social y eclesial de Mosul, además de reiniciar las relaciones con la población musulmana.

Dirigiéndose a él, el Card. Sako subraya las dificultades que le esperan al prelado en una diócesis “devastada”. Igualmente, la misión es la de “reforzar la alegría de la liberación y establecer la esperanza de un retorno” a pleno título de los cristianos. Para hacer esto él deberá “trabajar en estrecho contacto con las personas de buena voluntad”, también musulmanes, para “reconstruir la confianza” entre las diversas componentes de la sociedad de Mosul.

El obispo advierte el primado caldeo, deberá “promover la coexistencia y desmantelar los residuos que quedaron del Isis, entre los cuales la ideología, las costumbres y la moralidad”. Un gran desafío, advierte, que exige una “activa participación de la Iglesia y de los cristianos en la vida pública” de una ciudad destruida “casi por entero” en sus iglesias más antiguas. “Que tú seas- afirma- en nuevo Jonás para Nínive”.

El Card. Sako luego se dirigió el nuevo auxiliar de Bagdad, Mons. Robert Jarjis, del cual recuerda el “suceso” en los años vividos como párroco, en los cuales vivió en modo “independiente”. Ahora, en cambio, él deberá tener una impostación más “comunional” de la vida y ser un miembro activo “del equipo patriarcal” trabajando con “entusiasmo, comprensión, amor y humildad”.

En la ceremonia de hoy han participado obispos de todo Irak, además que embajadores, ministros en representación del gobierno, líderes religiosos musulmanes chiíes y sunitas, familiares y amigos. A los fieles presentes, el Card. Sako pidió acompañar y apoyar a los dos nuevos prelados en su misión “con el amor, el respeto y las oraciones” para que “el pueblo alrededor nuestro” es un elemento “de fuerza”.

El episcopado, recuerda el primado caldeo, es una “llamada” no un “privilegio” y el obispo “no es otra cosa que un servidor”. En particular, en la tradición asirio-caldea él es llamado “Abun Maalia” que significa “padre” que trata a los hijos “de igual modo, con amor y ternura” y lejos de toda discriminación. “El obispo-concluye el Card Sako- que las personas son sus socios y deben trabajar unidos como un único cuerpo para el bienestar y la prosperidad de la Iglesia” utilizando “sabiduría, escucha, paciencia y capacidad de relacionarse con sus propios asistentes”.