Refugiados sirios, azotados por el mal tiempo y sin atención médica: 15 niños muertos

Trece de las pequeñas víctimas eran menores de un año. Ocho muertos en el campo de refugiados situado sobre la frontera con Jordania. Los otros pertenecen a familias que huyen de los enfrentamientos entre la coalición de EEUU y el ISIS. Alerta de UNICEF: se acorta la vida de los niños. El nuevo enviado especial de la ONU se encuentra en Damasco para reunirse con los emisarios del gobierno.   

 


Damasco (AsiaNews) – Al menos 15 niños de familias de refugiados sirias -13 de ellos, menores de un año- han muerto en las últimas semanas a causa del mal tiempo que castiga la región y por la falta de comida y atención médica. De las víctimas registradas, ocho estaban en el campo de refugiados de Rukban –en la frontera con Jordania- donde desde hace años 45.000 personas aguardan poder sortear el confín.  

Los otros niños murieron mientras sus familias intentaban huir de los combates en curso entre las fuerzas árabo-kurdas -sostenidas por los EEUU- y las milicias del Estado islámico (EI, ex ISIS) en la región oriental de Hajin,  provincia de Deir al-Zour.

El mal tiempo también causó enormes dificultades en las nuemrosas comunidades de refugiados sirios esparcidos por el Líbano. Se sucedieron varios días con vientos fuertes, lluvias torrenciales, temperaturas polares y nieve, provocando inundaciones, aludes y daños en más de 360 centros de acogida situados entre el Líbano, Jordania y Siria, donde se alojan poco menos de 12.000 personas.

Una niña de apenas 8 años fue arrastrada por las aguas y murió en la localidad septentrional de Minieh, en Líbano. Cuando, menos 600 refugiados fueron evacuados del valle de la Bekaa, siempre a causa del mal tiempo. La agencia de la ONU dedicada a la infancia confirma que el frío intenso y la falta de atención médica para las madres, antes y después del parto, han empeorado las condiciones, ya críticas, en el campo de Rukban, donde el 80% de la población está formado por mujeres y niños.

“La vida de los niños -subraya el director regional de UNICEF, Geert Cappelaer- se acorta cada vez más, por problemas de salud que se podrían prevenir o tratar”. No tenemos excusas, agrega el diplomático, “para que todo esto esté sucediendo en el siglo XXI. Si no se garantiza el acceso a las atenció médica, a la protección y al refugio, cada vez morirán más niños. La historia nos juzgará por estas víctimas en Rukban, Deir al-Zou y en otrras zonas de Siria”.

El lugar que reviste mayor prelocupación es el campo de refugiados situado en la frontera con Jordania. Desde 2015, decenas de miles de refugiados viven dentro de 10.000 tiendas improvisadas en el desierto oriental de Siria, un área remota y aislada. Los huéspedes del centro quieren cruzar la frontera hacia el reino Hachemita, pero las autoridades de Amán han cerrado las fronteras en 2016, luego de un ataque de bomba en el cual murieron 6 soldados jordanos.

En noviembre, por primera vez en 10 meses, un convoy de ayudas humanitaria logró llegar al centro.

La situación de emergencia que atraviesan los refugiados es uno de los tantos temas que deberá afrontar el nuevo enviado especial de la ONU para Siria, Geir Pederson, quien hizo su arribo a Damasco en el día de ayer. El diplomático noruego, que reemplaza a  Staffan De Mistura, se reunirá por primera vez con la dirigencia del gobierno sirio. En un tuit difundido a pocas horas del cara a cara, él declaró que su intención es tener  “encuentros productivos” para emprender un camino de paz, estable y duradero.