Emir de Qatar: el enfrentamiento contra Riad arriesga provocar 'heridas duraderas'

En el discurso a la nación el líder afirma que “las crisis pasan” pero una “mala gestión” puede causar “efectos permanentes”. El enfrentamiento con el Golfo signo del “fracaso” del GCC. El bloqueo no provocó efectos sobre la venta de petróleo y gas. Un llamamiento a la moral y a los valores. Ninguna referencia a los derechos.

 


Doha (AsiaNews/Agencias)- Las “crisis pasan”, pero hay cicatrices que “perduran en el tiempo” como la controversia económica y diplomática que, desde hace más de 1 año, ve opuestos a Doha y Arabia Saudita, esta última apoyada por las naciones del Golfo y por el mundo islámico. Es cuanto subrayó ayer el emir de Qatar,  Sheikh Tamim bin Hamad al-Thani en el anual discurso a la nación, dirigiéndose también a las naciones aliadas con Riad en la zona y pidiéndoles que respeten la soberanía del propio país y “no interferir” en los asuntos internos.
“La historia nos enseña- dijo al-Thani- que las crisis pasan, pero una mala gestión se deja a las espaldas efectos que después duran en el tiempo”.

Desde junio del año pasado, Arabia Saudita, Emiratos, Bahrein y Egipto han cortado toda relación con Qatar, acusado de financiar a grupos terroristas activos en la región, imponiendo un rígido embargo en mercaderías y productos. Los vértices del Emirato rechazan toda acusación y acusan a los rivales, los cuales quisieran provocar “un cambio” de régimen en el país.

Según analistas y expertos, el enfrentamiento entre Qatar y Arabia Saudita, tiene origen en las relaciones entre Doha y Teherán, que también recientemente confirmó el recíproco apoyo económico y diplomático. En realidad detrás de la controversia dentro del islam sunita entre Doha y Abu Dhabi aisló al pequeño emirato en el área del Golfo, acercando aún más a la República islámica, a Turquía y a Marruecos. Muchos bienes y productos entran a Qatar a través de Kuwait y Omán.

“Es realmente deplorable-prosiguió el emir de Qatar- que el perpetuarse de la crisis muestre toda su portada el fracaso del Consejo de cooperación de los países del Golfo (GCC) en el alcanzar los propios objetivos y en el satisfacer las aspiraciones de nuestro pueblo”. Él además quiso asegurar a sus ciudadanos, sosteniendo que la nación no sufrió los efectos negativos del boicot y continuará manteniendo el primado mundial en las exportación de hidrocarburos.

“El bloqueo-dijo- no provocó ninguna repercusión sobre la venta de nuestro petróleo y de gas natural”. El Estado, concluyó el emir, “está entusiasta de poder cumplir con todas sus obligaciones derivantes de los contratos tomados” y firmó otros “de largo alcance, el último de los cuales con Petro China, gigante chino de energía.

La crisis del Golfo hizo temer también en una posible (y nueva) asignación de los próximos mundiales de fútbol de 2022, programados justamente en Qatar. En el contexto de los trabajos de construcción de los estadios y de los nuevos establecimientos surgieron casos de abusos y gravísimas violaciones de los derechos de los trabajadores, que crearon más que una sombra sobre Doha. Pero, el año pasado las investigaciones y las acusaciones fueron archivadas.

Según las estimaciones dadas por el gobierno, para preparar la máxima reseña futbolística del mundo en Qatar, gasta cada semana cerca de 500 millones de dólares. Y recordando la riqueza de los propios conciudadanos, el emir concluyó recordando que ella “va acompañada por un análogo desarrollo de los valores y de la moral”, para evitar la afirmación de “un estado de corrupción social”. En cambio, no hizo ninguna referencia sobre el tema de los derechos humanos.