Párroco de Gaza: ‘La población está desesperada, pero continuamos esperando en la paz’

Desde la clausura del paso de Kerem Shalom, comienzan a faltar las cosas elementares. La electricidad está reducida a 4 horas diarias, con una media hora de interrupción. El deseo de irse, “para buscar otra vida en otro lugar”. El apoyo de la Iglesia a la comunidad cristiana.


Gaza (AsiaNews)- La población de la Franja de Gaza “no tiene esperanza”, pero “vive esperando lo peor”. Lo dice a AsiaNews, l p. Mario Da Silva, párroco de la pequeña comunidad cristiana.

La reciente clausura del paso de Kerem Shalom, activa desde el 9 de julio, empeoró la situación de la Franja, ya insostenible desde hace meses. La población vive con 4 horas de energía eléctrica, en las cuales hay una interrupción de media hora. “Con la clausura-comenta el párroco-comienzan a faltar las cosas elementares. La gente inicia a preocuparse y a preguntarse si habrá combustible, comida. Ya comenzaron a faltar”.

Entre la población serpentea la desesperación, ya agravada por la falta de pagos a los empleados públicos, que no reciben los sueldos desde hace meses, o reciben el 50% cada 2 meses”.

“Dada la situación en la cual estamos viviendo-continúa el p. Da Silva- la gente se espera siempre lo peor. Desde el punto de vista de las violencias, la situación mejoró, pero están igualmente desesperados. Parece que las noticias que llegan no sean jamás buenas. Después de las violencias de los meses pasados, uno podría esperarse un buena noticia, pero no: las noticias son siempre peores”.

La única noticia positiva llega del frente egipcio: el Cairo abrió el paso de Rafah (reservado sólo al paso de personas) ya desde el inicio del Ramadán. Sin embargo esta nueva noticia demuestra también la falta de esperanza de los palestinos de la Franja para el futuro: miles de personas salieron y ya no volverán. “Hay un deseo general de irse-afirma el párroco- para encontrar otra vida en otro lugar. No hay esperanza que las cosas mejoren”.

Por su parte la Iglesia trata de tutelar a la pequeña comunidad cristiana en todos los modos posibles, creando ocasiones de trabajo para los jóvenes cristianos de Gaza. Unos 50 trabajan para la Iglesia. “Hemos creado también un centro de cultura para enseñar inglés, a usar la computadora y cosas similares para que se queden”. La parroquia trata también de sostenerlos económicamente a los 110 empleados públicos de la comunidad que se quedaron sin sueldo. “Todos los meses damos 200-250 dólares, para que los cristianos puedan seguir adelante”. Tantos esfuerzos, que sin embargo no bastan. “Es muy poco aquello que podemos hacer- comenta-así que cuando encuentran una ocasión tratan de irse”.

En junio, la Iglesia ofreció a 200 niños de la comunidad cristiana la posibilidad de frecuentar un campo de verano, hospedándolos desde las 8,30 a las 16.00, “para dar a ellos un  poco de alivio”. Julio está dedicado a los jóvenes, “para dar a ellos un poco de alegría” y el mes próximo será reservado a las familias.