Jesuita indio: la Iglesia tiene derecho a intervenir en la sociedad

Siguiendo al Papa Francisco, el Pbro. Cedric Prakash espera que en la India, la Iglesia “se accidente, resulte herida, se ensucie” por estar "en salida". Nacionalistas hindúes critican las opiniones de los obispos sobre la política del país. El clamor generado por los fundamentalistas tiene una sola explicación: “están demasiado asustados o bien demasiado avergonzados por la realidad”.


Nueva Delhi (AsiaNews) – “Prefiero una Iglesia accidentada, herida y sucia por salir a las calles, en lugar de una Iglesia enferma por la cerrazón y la comodidad de aferrarse a sus propias seguridades”. Con una cita de la primera Exhortación apostólica del Papa Francisco, la Evangelii Gaudium, el Pbro. Cedric Prakash -sacerdote indio y responsable de Comunicación del Jesuit Refugee Service para la región medio-oriental- interviene sobre la cuestión que domina la escena en el último tiempo en la Iglesia india: si se debe intervenir o no en el debate político, en vista de las elecciones del 2019. Frente a este interrogante, y con mayor razón, habida cuenta de las críticas contra obispos que han intervenido en el tema recientemente, el padre Prakash no duda de ello: la Iglesia no puede ser muda espectadora de la sociedad.

En una carta enviada a AsiaNews, el jesuita cita las polémicas desencadenadas por los nacionalistas hindúes contra tres arzobispos de la Iglesia india: Mons. Thomas Macwan de Gandhinagar, Mons. Anil JT Couto de Delhi, y Mons. Filipe Neri Ferrao, de Goa. Al primero le apuntaron por haber expresado “legítimas preocupaciones y por pedir rezar” por las elecciones de diciembre del 2017 en Gujarat; en el caso de Mons. Couto, se lo acusa por haber pedido ayunar y rezar por las elecciones del 2019; por último, la carta pastoral de Mons. Ferro, que si bien se centra en la pobreza que hay que aliviar, fue publicitada, sobre todo, como una crítica al gobierno de  Narendra Modi.

El P. Prakash recuerda que algunos documentos anteriores, difundidos durante los encuentros oficiales de la Conferencia Episcopal india (CBCI) contienen temas mucho más delicados, en comparación con las cartas pastorales de los arzobispos recientemente citadas. En el cierre de la XXX Asamblea general de la CBCI del 2012, las jerarquías eclesiásticas sostienen que “nuestros corazones desean una India mejor”. Luego hablan del incumplimiento de los objetivos planteados por la Constitución India: “Justicia social, económica y política; libertad de pensamiento, expresión, credo, conciencia y fe; igualdad de condiciones y oportunidades; fraternidad, que asegura la dignidad del individuo, la unidad y la integridad de la nación”.  Afirma el jesuita que todos estos objetivos no-alcanzados, no hacen sino “aumentar las desigualdades, profundizar la brecha entre ricos y pobres, con las consiguientes tensiones, que luego se traducen en violencia”.  

La asamblea del 2014, informa el padre Prakash, trataba temas mucho más llamativos. En aquella ocasión, los obispos subrayaban “una tendencia al fundamentalismo, que trata de debilitar el carácter laico de nuestra nación”. Por eso, la CBCI reafirmaba la necesidad de un mayor involucramiento en favor de los “marginados, explotados, aquellos que sufren a causa de su discapacidad, que viven en las periferias del campo económico, cultural y social”.  Luego, hacía un llamamiento: “Queremos una Iglesia que sea realmente Iglesia para los pobres”.

Según el sacerdote, ambas declaraciones son “muy críticas en relación al gobierno, resaltan los males que afligen a la sociedad y sobre todo, desafían a las autoridades, pidiendo que se ocupen de garantizar los derechos y las libertades contenidos en la Constitución de la India, que éstos sean realmente garantizados para cada ciudadano del país”. Pero extrañamente, observa, en esas ocasiones “no hubo ningún presentador que haya gritado o denunciando la conspiración internacional, no hubo ninguna fuerza fascista y fundamentalista marchando por las ciudades para decir que se trataba de una interferencia del Vaticano, no hubo nadie que insistiera en que los obispos no debían meterse en la política”.

A este propósito, él se refiere a las duras acusaciones lanzadas por Surendra Jain, el secretario general conjunto del VHP (Vishwa Hindu Parishad, grupo ultranacionalista hindú). La semana pasada, él declaró que las Iglesias indias “conspiran con el Vaticano para desestabilizar al actual gobierno electo” del BJP (Bharatiya Janata Party), y luego hizo referencia a una presunta “conspiración para instalar gobiernos que puedan ser empleados del Vaticano”.

“La única razón que explica todo este ‘clamor’  de los pseudo-nacionalistas –concluye-, es que ellos estén demasiado asustados o demasiado avergonzados por la realidad”. Una realidad en la cual todos los católicos son llamados a ser “verdaderos discípulos de Jesús, y hacer todo lo que puedan para aliviar la pobreza, los sufrimientos y las injusticias”.